Los males de la globalizaci¨®n
La globalizaci¨®n est¨¢ sometida a tensiones sin precedentes, que reverberan en todas partes. La mayor parte del ?frica subsahariana, Suram¨¦rica y Oriente Pr¨®ximo est¨¢ sumida en el estancamiento o el declive econ¨®mico. Estados Unidos, Europa occidental y Jap¨®n est¨¢n empantanados en un crecimiento lento y se arriesgan a una nueva recesi¨®n. Y se vislumbra la guerra con Irak.
Para los defensores de los mercados abiertos y el libre comercio, esta experiencia plantea importantes desaf¨ªos. ?Por qu¨¦ corre peligro la globalizaci¨®n? ?Por qu¨¦ sus beneficios se concentran al parecer en unos cuantos lugares? ?Se puede conseguir una globalizaci¨®n m¨¢s equilibrada?
No existen respuestas f¨¢ciles a estas cuestiones. Los mercados abiertos son necesarios para un crecimiento econ¨®mico pleno, pero no basta con ellos. Algunas regiones del mundo han obtenido un enorme provecho de la globalizaci¨®n, particularmente el este de Asia y China en los ¨²ltimos a?os. Sin embargo, a algunas regiones les ha ido p¨¦simamente, especialmente al ?frica subsahariana.
'Estando como estamos al borde de una guerra, es urgente poner en marcha el duro trabajo de hacer que la globalizaci¨®n funcione para todos'
El Gobierno de EE UU pretende que la mayor¨ªa de los problemas de los pa¨ªses pobres son de su propia cosecha. El crecimiento lento de ?frica, afirman los l¨ªderes estadounidenses, se debe al mal gobierno africano. La vida, sin embargo, es m¨¢s complicada.
V¨¦ase el caso de los pa¨ªses mejor gobernados de ?frica: Ghana, Tanzania, Malawi y Gambia. Todos han experimentado descensos en sus niveles de vida a lo largo de las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, mientras otros pa¨ªses asi¨¢ticos que obtienen un peor resultado en la comparaci¨®n internacional de pr¨¢cticas de gobierno (Pakist¨¢n, Bangladesh, Myanmar y Sri Lanka) experimentaron un mayor crecimiento.
Lo cierto es que el rendimiento econ¨®mico no est¨¢ determinado s¨®lo por las normas de gobierno, sino por la geopol¨ªtica, la geograf¨ªa y la estructura econ¨®mica. Los pa¨ªses con grandes poblaciones, y por tanto grandes mercados internos, tienden a crecer m¨¢s r¨¢pidamente que los pa¨ªses con una poblaci¨®n peque?a.
Los pa¨ªses costeros tienden a superar en eficacia econ¨®mica a aquellos que no tienen acceso al mar. Los pa¨ªses con altos niveles de malaria tienden a soportar un crecimiento m¨¢s lento que los que tienen niveles m¨¢s bajos de dicha enfermedad. Los pa¨ªses en desarrollo que lindan con mercados ricos, como es el caso de M¨¦xico, tienden a conseguir mejores resultados que los pa¨ªses alejados de los principales mercados.
Estas diferencias importan. Si los pa¨ªses ricos no prestan atenci¨®n a estas cuestiones estructurales, nos encontraremos con que la brecha entre los ganadores y los perdedores del mundo continuar¨¢ ensanch¨¢ndose. Si los pa¨ªses ricos culpan a los pa¨ªses desafortunados (aduciendo que en cierto modo no son cultural o pol¨ªticamente aptos para beneficiarse de la globalizaci¨®n) no s¨®lo crearemos bolsas de pobreza m¨¢s profundas, sino tambi¨¦n un descontento creciente. Ello a su vez desembocar¨¢ en niveles de violencia cada vez mayores, reacciones negativas y terrorismo.
Por tanto, es hora de adoptar un planteamiento m¨¢s serio de la globalizaci¨®n que el que los pa¨ªses ricos, especialmente EE UU, ofrecen. Deber¨ªa empezar con la tarea m¨¢s urgente: satisfacer las necesidades b¨¢sicas de los pueblos m¨¢s pobres del mundo. En algunos casos su sufrimiento puede aliviarse a trav¨¦s de un mejor gobierno dentro de sus pa¨ªses. Pero en otros, una mirada sincera a la evidencia revelar¨¢ que las causas b¨¢sicas son las enfermedades, la inestabilidad clim¨¢tica o el alejamiento de los mercados.
Una globalizaci¨®n con ¨¦xito exige que pensemos m¨¢s como m¨¦dicos que como predicadores. En vez de castigar a los pobres por sus 'pecados', deber¨ªamos hacer diagn¨®sticos cuidadosos, como har¨ªa un buen m¨¦dico, para cada pa¨ªs y regi¨®n, a fin de comprender los factores que retardan el crecimiento econ¨®mico y el desarrollo.
Ya se deber¨ªan haber afrontado las complejidades de la globalizaci¨®n con seriedad. La ideolog¨ªa 'de talla ¨²nica' del Consenso de Washington est¨¢ acabada. Estando como estamos al borde de una guerra, es urgente poner en marcha el duro trabajo de hacer que la globalizaci¨®n funcione para todos. Puede hacerse, si suprimimos las anteojeras ideol¨®gicas de los ricos y ponemos en marcha una asociaci¨®n entre los ricos y los pobres. Nuestro futuro com¨²n depende de ello.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.