Miseria competitiva

Una de las pruebas evidentes de que la pol¨ªtica econ¨®mica de los ¨²ltimos gobiernos se ha limitado a aprovecharse sin m¨¢s de la bonanza del ciclo econ¨®mico es que la competitividad de la econom¨ªa espa?ola no s¨®lo no mejora, sino que en algunos aspectos empeora a velocidad de v¨¦rtigo. Los ¨ªndices de competitividad miden las mejoras que se introducen en una econom¨ªa a trav¨¦s de las normas legales que promueve el Gobierno o las decisiones de inversi¨®n que adopta. Si nos atenemos al informe sobre Competitividad Global del Foro Econ¨®mico Mundial, difundido ayer, veremos los mediocres resultados cosechados. Respecto al ?ndice de Crecimiento Global o competencia macroecon¨®mica, que mide el nivel tecnol¨®gico, la eficiencia de la Administraci¨®n y la estabilidad econ¨®mica, Espa?a mantiene un decoroso, aunque insuficiente, vig¨¦simo segundo puesto. Y respecto al de Competitividad Microecon¨®mica, que mide la calidad de la gesti¨®n empresarial, cae hasta el vig¨¦simo quinto lugar, a la cola de los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea y s¨®lo por encima de Portugal y Grecia.

El informe del Foro revela con perfecci¨®n de miniaturista las ventajas y las carencias de la econom¨ªa espa?ola. El potencial de crecimiento es elevado, m¨¢s que el de pa¨ªses como Francia, Italia o Irlanda, gracias a una posici¨®n de partida relativamente m¨¢s baja y a los beneficiosos efectos de la estabilidad econ¨®mica proporcionados por la integraci¨®n en el euro. Pero las ventajas se agotan pr¨¢cticamente en esa estabilidad. Cuando se examinan indicadores de calidad, la econom¨ªa espa?ola se hunde en niveles muy bajos, que producen cierto bochorno.

Ocupa el puesto 47 sobre 80 cuando se mide el ¨¦xito del Gobierno en promocionar las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n, puesto que refleja el fracaso del plan Info XXI, tan publicitado por el Ejecutivo; ocupa el puesto trig¨¦simo -siempre sobre 80- en n¨²mero de usuarios de Internet, y resultan sencillamente escandalosos los indicadores de independencia judicial -puesto 46- y de neutralidad en las decisiones institucionales (36). No es admisible que, despu¨¦s de la ret¨®rica desplegada por el Gobierno sobre las reformas legales y estructurales aplicadas, resulte que Espa?a ocupa el puesto 75 en lo que se refiere a obst¨¢culos regulatorios para los negocios.

Estamos hablando de lacras graves, en l¨ªnea con las carencias de inversi¨®n tecnol¨®gica y competitividad real que han denunciado informes recientes como el de la CEOE o los indicadores de convergencia real actualizados recientemente por el Banco de Espa?a. La calidad del crecimiento de la econom¨ªa espa?ola es tan baja que desmiente la ret¨®rica reformista. La deplorable situaci¨®n en innovaci¨®n tecnol¨®gica y en calidad de la gesti¨®n de las empresas pone en riesgo el ritmo del crecimiento futuro y la aproximaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola al club de los pa¨ªses m¨¢s avanzados.