?lex Rigola recomienda a los pol¨ªticos que vean su montaje de 'Juli C¨¨sar'
El director presenta en el Lliure de Gr¨¤cia su personal visi¨®n de la tragedia de Shakespeare
De nuevo, tras su inolvidable Titus Andr¨°nic, ?lex Rigola vuelve a Shakespeare. Y lo hace esta vez, tambi¨¦n en el Lliure de Gr¨¤cia, con otra tragedia romana: nada menos que Juli C¨¨sar, una obra que, para el director, 'habla sobre todo de pol¨ªtica, de c¨®mo conseguir el poder y de c¨®mo convencer a la gente'. Rigola considera que la pieza presenta sumo inter¨¦s para los pol¨ªticos y les anima a acudir a ver el espect¨¢culo 'para que reflexionen sobre su trabajo'.
Los muchos seguidores de Rigola estar¨¢n encantados de saber que, pese a que el director afirma que se ha contenido, su espect¨¢culo -que se estrenar¨¢ el pr¨®ximo jueves- contiene los esperados ingredientes que son el sello de su estilo. El director, responsable de la adaptaci¨®n a partir de la traducci¨®n de Salvador Oliva, incorpora a la obra un perro tipo rottweiler propiedad de Julio C¨¦sar -y que representa en parte a la loba romana-, imprime una fisicidad coreogr¨¢fica al movimiento de los actores, y entre las m¨²sicas que se escuchan durante la representaci¨®n figuran la de Underworld -los de la banda sonora de Trainspotting- y dos referencias a Apocalypse now: la cabalgata de las valquirias y The end de The Doors. Adem¨¢s, los c¨¦lebres parlamentos p¨²blicos de la pieza, dividida por Rigola en dos partes bautizadas World y War, se hacen con micr¨®fono. La escenograf¨ªa deja al desnudo las paredes 'hist¨®ricas' del Lliure y se basa en un lin¨®leo blanco que se va ensuciando al comp¨¢s de la actividad pol¨ªtica de la acci¨®n.
En el reparto, compuesto por 13 personas que en vez de togas lucen esmoquin, est¨¢n David Selvas (Bruto), Pere Arquillu¨¦ (Antonio), Ferran Carvajal (C¨¦sar) y Julio Manrique (Casio). Varios personajes masculinos, como L¨¦pido o Metelo, est¨¢n encarnados, en divertida inversi¨®n de los usos shakespearianos, por actrices. El director explica que lo ha hecho ante la evidencia de que la mujer se ha vuelto omnipresente en la vida pol¨ªtica.
A la vista del s¨²bito inter¨¦s shakespeariano mostrado por la crema de la clase pol¨ªtica en las recientes sesiones de recitado de textos del bardo en el Lliure de Montju?c, la invitaci¨®n de Rigola a los pol¨ªticos a ver su Juli C¨¨sar parece m¨¢s que pertinente. M¨¢s a¨²n porque entre los interrogantes que el director considera que sintetizan la obra y su aproximaci¨®n a la misma figuran ¨¦stos: ?qui¨¦n tiene ¨¦tica?, ?qui¨¦n la deja de tener?, ?qui¨¦n quiere mandar?, ?qui¨¦n es pol¨ªtico?, ?por qu¨¦?
El inter¨¦s de Rigola por Juli C¨¨sar, seg¨²n explic¨® ayer ¨¦l mismo, arranca de cuando asisti¨® a un concierto de su amigo Albert Pla. 'Al cantar un tema sobre un terrorista y pronunciar las palabras 'un pol¨ªtico muerto, un pol¨ªtico menos', toda la sala se puso espont¨¢neamente a aplaudir. Eso me hizo pensar. Al cabo de unos d¨ªas tuve la oportunidad de hablar con un pol¨ªtico y preguntarle por el apoyo de su formaci¨®n a la Ley de Partidos; me respondi¨® que la mayor¨ªa estaban en contra, pero que era necesario desde el punto de vista electoral. 'Aqu¨ª la cag¨¢is', pens¨¦ yo; cuando intentas llegar al poder por encima de tus ideas, ?qui¨¦n quieres que te crea?'. A juicio de Rigola, eso tiene su traslaci¨®n al mundo de Juli C¨¨sar. 'Matar a C¨¦sar significa que todo est¨¢ permitido para conseguir unos fines. Y eso es abrir la Caja de Pandora'.
Otro tema de la pieza, en opini¨®n del director, es el de si hay que anteponer la raz¨®n a los sentimientos. Rigola est¨¢ m¨¢s que de acuerdo en la opini¨®n de Harold Bloom de que Julio C¨¦sar es una obra m¨¢s sutil y ambigua en lo que se refiere a los personajes de lo que parece. 'Es un error creer que Bruto es el malo de la pel¨ªcula y Marco Antonio el superbueno. ?Por qu¨¦ no est¨¢ Marco Antonio en el senado cuando asesinan a C¨¦sar? ?Se ha dado fiesta? ?Tiene campeonato de petanca?'.
Rigola subray¨® que es objetivo b¨¢sico del espect¨¢culo 'no aburrir' y dijo que ha estado reflexionando acerca de 'qu¨¦ hemos hecho la gente del teatro para cargarnos al p¨²blico', para llegar a la conclusi¨®n de que, para recuperarlo, se requiere 'hacer un teatro culto pensado para un p¨²blico mayoritario'.
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