Los autores alemanes salen al mundo
Cuatro destacados escritores defienden sus proyectos literarios frente a las etiquetas comerciales
"Hay muchos m¨¢s libros que autores". Lo dice -refieri¨¦ndose a su pa¨ªs- el poeta Durs Gr¨¹nbein, uno de los escritores que han pasado por Madrid durante la Semana de las Letras Alemanas, que se cierra el martes con una velada literaria dedicada a Hans Magnus Enzensberger. "Me refiero a autores con voz propia y con un proyecto literario s¨®lido, con algo personal que contar", a?ade.
Un despacho del C¨ªrculo de Bellas Artes, el pasado mi¨¦rcoles por la tarde. Durs Gr¨¹nbein (Dresde, 1962), Uwe Timm (Hamburgo, 1940), Ingo Schulze (Dresde, 1962) y Marcel Beyer (W¨¹rttemberg, 1965) han aceptado la invitaci¨®n para reunirse a hablar de literatura. Son s¨®lo una m¨ªnima parte del batall¨®n de autores alemanes que han pasado en las ¨²ltimas semanas por Barcelona, primero, y por Madrid, despu¨¦s, para dar a conocer c¨®mo son y c¨®mo escriben hoy los escritores del gran pa¨ªs europeo.
"Es muy dif¨ªcil contar historias sobre un mundo que est¨¢ sujeto a cambios tan bruscos"
Ahora se habla, por ejemplo, de la llamada "generaci¨®n de Berl¨ªn". ?Cu¨¢nto hay de real como proyecto literario detr¨¢s de ese grupo de escritores, cu¨¢nto de etiqueta, de f¨®rmula comercial? Los cuatro escritores reunidos se desmarcan del fen¨®meno. Dicen que son mayores que todos ellos. Admiten que hubo un boom de nuevos escritores alrededor de 1995 y 1996. Tambi¨¦n sugieren que su proyecci¨®n pudo deberse, m¨¢s que a la calidad de sus propuestas, al af¨¢n de las editoriales por vender. Uwe Timm, sin embargo, subraya: "El libro forma parte de la industria cultural y vivimos en un sistema capitalista. Nadie escapa a las estrategias comerciales de las editoriales, e incluso el proyecto m¨¢s raro y subterr¨¢neo termina por aparecer".
Un mundo nuevo
La cuesti¨®n de la pol¨ªtica salta a primer t¨¦rmino. Para muchos de los autores alemanes j¨®venes, la pol¨ªtica es algo que forma parte de la historia, es algo que s¨®lo puede interesar a la gente mayor. Eso cuentan. Ingo Schulze se extiende un poco m¨¢s: "Despu¨¦s de la II Guerra Mundial surgi¨® una nueva realidad que cambi¨® radicalmente el paisaje europeo, y que nos meti¨® en un mundo de bloques divididos. A partir de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, las cosas empezaron a ir demasiado de prisa. Es muy dif¨ªcil ponerse a contar historias en torno a un mundo que est¨¢ sujeto a cambios tan acelerados. Hace falta tener un poco de aire, alguna distancia".
Ingo Schulze sabe de lo que habla. Uno de sus libros, Historias simples (Destino), daba cuenta de las tremendas dificultades que padecieron algunos habitantes de Altenburg, de la antigua Rep¨²blica Democr¨¢tica, para adaptarse al nuevo mundo que surg¨ªa detr¨¢s del tel¨®n de acero.
Schulze habla de su impotencia para encontrar la forma adecuada de reflejar cambios vertiginosos. "Al final siempre tienes que decantarte por un estilo, y sabes que al elegir un estilo y no otro renuncias a muchas cosas que tambi¨¦n te hubiera gustado contar". En los libros de Schulze, en eso est¨¢n todos de acuerdo, hay una mirada pol¨ªtica. "Aunque a veces se expresa a trav¨¦s de la creaci¨®n de atm¨®sferas y estados de ¨¢nimo, como hace Carver", comenta Uwe Timm, que tambi¨¦n ha reflejado los derroteros del presente en novelas como La noche de San Juan (Alfaguara), que se desarrolla en Berl¨ªn y que recoge, a trav¨¦s de los avatares de un periodista que hace un reportaje sobre la patata, los cambios m¨¢s recientes de la capital alemana.
Sea como sea, el presente como tal presente no es el reducto sobre el que opera la literatura. Durs Gr¨¹nbein es rotundo: "La perspectiva sociol¨®gica no es lo fundamental para un escritor. Puede formar parte de su obra, pero al escribir uno habita a veces en tiempos muy distintos, y tambi¨¦n en paisajes diferentes, que pueden llegarle a uno a trav¨¦s de sus lecturas, del tema que aborda, de las formas que utiliza".
Las complicaciones de un pa¨ªs sometido en el presente a cambios radicales. Pero, por otro lado, sigue estando el pasado, un pasado muchas veces cargado con las sombras de la culpabilidad y que, en buena medida, ha habitado muchas de las obras de los autores alemanes de generaciones anteriores. Marcel Beyer se ha acercado tambi¨¦n a los complejos rastros que ha dejado el nazismo. Personalmente, la tragedia le queda lejos, as¨ª que en Esp¨ªas (Debate), su ¨²ltima novela traducida, aborda aquellos tiempos a trav¨¦s de unos ni?os que investigan la historia de un abuelo que form¨® parte de la Legi¨®n C¨®ndor. "Hay que hacer una distinci¨®n inicial entre pasado e historia", dice Beyer. "La historia es cosa de los historiadores. El pasado nos pertenece a todos, y lo dif¨ªcil para un escritor es encontrar la forma de contarlo. En mi caso, s¨®lo puedo acercarme a lo que pas¨® desde cuanto me ocurre y est¨¢ ocurriendo en el presente. No me interesa hacer una reconstrucci¨®n de lo que pas¨®, sino encontrar aquello que me parece importante y que ha permanecido oculto, en silencio".
Beyer llama la atenci¨®n sobre el tremendo peligro de mezclar realidad y ficci¨®n -"hay algunas fronteras que no se pueden atravesar sin faltar a la verdad"- a la hora de abordar el pasado. Un pasado que se ha visto, seg¨²n Schulze, cubierto por un espeso silencio. Timm, por su parte, recuerda una novela que retrat¨® desde una perspectiva fraternal a uno de los brutales jefes nazis, Adolf Eichmann, llam¨¢ndolo "hermano Eichmann", para dar idea de lo dif¨ªcil que resulta comprender "la atrocidad de lo que pas¨®".
Sintetizar el largo encuentro con los cuatro escritores alemanes no es tarea f¨¢cil. Al final, el nombre del cr¨ªtico Reich-Ranicki salta en la conversaci¨®n. "No se puede hablar siempre de la literatura en categor¨ªas", interviene Gr¨¹nbein, el poeta que aborda en su obra de forma despiadada el mundo de la civilizaci¨®n moderna y que ha publicado sus reflexiones existenciales en una especie de diario, Das erste Jahr (El primer a?o, a¨²n sin traducir). Poco antes hab¨ªa dicho: "Cada escritor construye su obra siempre en di¨¢logo con lo que han escrito otros antes que ¨¦l. Lo que te hace diferente es c¨®mo encuentras tu voz entre las otras que resuenan sobre ti. Pero esas voces no son s¨®lo alemanas. La literatura no tiene hoy fronteras".
La imaginaci¨®n contra la crisis
Ahora que las letras alemanas muestran su variedad fuera de sus fronteras, el mundo editorial se ve azotado por la crisis. Esta ¨²ltima fue una de las conclusiones que arroj¨® la ¨²ltima Feria Internacional del Libro de Francfort. El caso es que ha sido la propia feria, junto a los institutos Goethe de Barcelona y Madrid, los que han organizado estas semanas. Frente a la amenaza de la crisis, un poco de imaginaci¨®n: ¨¦sa parece ser la lecci¨®n. Aun as¨ª, hubo tiempo tambi¨¦n en Madrid para analizar lo que se cuece detr¨¢s del -mayor o menor- glamour de los escritores. Sigrid L?ffler, cr¨ªtica alemana, y Manuel Rodr¨ªguez Rivero, profundo conocedor de los avatares del libro en Espa?a desde actividades muy diversas, dialogaron sobre Qui¨¦n decide qu¨¦ leemos: Pol¨ªtica editorial y mercado del libro hoy, moderados por Michi Strausfeld, una de las editoras que m¨¢s han hecho para comunicar las literaturas de ambos pa¨ªses.Sobre sus lecturas, sus pasiones literarias y su relaci¨®n con la tradici¨®n alemana hablaron tambi¨¦n Timm, Gr¨¹nbein, Beyer y Sculze. Las obras de autores como Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez o Alejo Carpentier no tardaron en aparecer en la conversaci¨®n de Uwe Timm: "La riqueza de registros y la variedad formal de los latinoamericanos me han estimulado de una manera decisiva", coment¨®.Para hablar de sus gustos, Marcel Beyer cit¨® una "antolog¨ªa que re¨²ne a los autores que est¨¢n fuera de los grupos". "No me suelen interesar los escritores que son muy conocidos porque sus f¨®rmulas terminan por banalizarse. Me interesa m¨¢s frecuentar a escritores que buscan caminos m¨¢s personales, los que no pueden clasificarse f¨¢cilmente".Durs Gr¨¹nbein reconoci¨® haberse interesado en los ¨²ltimos tiempos por todos aquellos autores que escribieron durante el Tercer Reich. "Lo que ocurri¨® despu¨¦s hizo que fueran r¨¢pidamente olvidados. Nadie quiso hablar ya de aquel tiempo y, sin embargo, son esos autores los que muchas veces reflejaron mejor lo que estaba sucediendo".Ingo Schulze, por ¨²ltimo, dijo: "Thomas Mann es el estilo. Alfred D?blin, en cambio, es una colecci¨®n de estilos. Busc¨® formas distintas seg¨²n lo que ten¨ªa que contar. Es un reto que me interesa mucho m¨¢s".
Babelia
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