Un tribunal de apelaci¨®n condena a Andreotti a 24 a?os por el asesinato de un periodista
El senador hab¨ªa sido absuelto en primera instancia del mismo delito en octubre de 1999
El ex primer ministro italiano Giulio Andreotti, uno de los puntales de la Primera Rep¨²blica, fue condenado ayer a 24 a?os de c¨¢rcel como instigador del asesinato en 1979 del periodista Carmine Mino Pecorelli. La sentencia del Tribunal de Apelaci¨®n de Perugia, emitida poco antes de las siete de la tarde, echa por tierra la absoluci¨®n dictada en septiembre de 1999 por otro tribunal de la misma ciudad. Junto a Andreotti, de 82 a?os, los jueces condenaron ayer a 24 a?os de prisi¨®n al mafioso Gaetano Badalamenti, y confirmaron la absoluci¨®n de los restantes cuatro acusados.
La decisi¨®n de los jueces, tras dos d¨ªas de deliberaciones, desconcert¨® al pa¨ªs y pill¨® desprevenidos a los medios de comunicaci¨®n, que no cre¨ªan posible una condena. En el aula de la c¨¢rcel de Capanne, donde se ley¨® la sentencia, no estaban ninguno de los acusados.
El camino a la condena definitiva a¨²n es largo, porque los abogados de Andreotti, que ayer reaccionaron con desconcierto, anunciaron que recurrir¨¢n al Tribunal Supremo una sentencia que cay¨® como un mazazo sobre la clase pol¨ªtica italiana. En su domicilio de Roma, el anciano senador vitalicio fue capaz de responder a la prensa con una frase medida y sopesada: "Siempre he cre¨ªdo en la justicia y seguir¨¦ creyendo, aunque esta tarde me cuesta m¨¢s trabajo aceptar semejante absurdo", dijo.
Alessandro Cannavale, el fiscal que ha representado a la acusaci¨®n p¨²blica, tanto en el juicio de primera instancia como en el que concluy¨® ayer, se neg¨® a comentar la sentencia. Un veredicto en cierto modo sorprendente, porque da la vuelta al de primera instancia, en el que Andreotti fue absuelto por falta de pruebas. Seg¨²n la tesis de la acusaci¨®n, aceptada en cambio por los dos jueces y los seis jurados populares que lo condenaron ayer, fue Giulio Andreotti el hombre que encarg¨® a la Mafia el asesinato de Carmine Mino Pecorelli, ocurrido el 20 de marzo de 1979 en una calle de Roma.
Un crimen oscuro ligado a los sucesos m¨¢s siniestros de la Primera Rep¨²blica, una larga etapa durante la que el hoy senador vitalicio fue el verdadero factotum de la pol¨ªtica italiana. Franco Coppi, abogado del senador vitalicio, calific¨® la sentencia de "desconcertante". "Esperamos conocer las motivaciones, pero el fallo parece dibujar un delito con instigadores, pero sin ejecutores, lo que parece indicar que los arrepentidos han sido considerados cre¨ªbles", dijo.
Durante a?os, la investigaci¨®n sobre el asesinato de Pecorelli qued¨® en v¨ªa muerta hasta que el m¨¢s famoso de los arrepentidos de la Mafia, Tommaso Buscetta, fallecido hace un par de a?os, mencion¨® en 1993 el nombre de Andreotti como el del pol¨ªtico que habr¨ªa pedido a Cosa Nostra un peque?o favor, silenciar para siempre a Pecorelli, que con sus molestas exclusivas en la revista de investigaci¨®n pol¨ªtica OP turbaba la paz de la Democracia Cristiana en general, y la suya propia. El testimonio de Buscetta en Palermo represent¨® un golpe definitivo para la carrera pol¨ªtica de Andreotti, obligado a responder tambi¨¦n ante la justicia de supuestas conexiones mafiosas.
La hip¨®tesis del fiscal era que el estadista hab¨ªa optado por la soluci¨®n final al saber que Pecorelli pose¨ªa parte de un memorial secreto escrito por el l¨ªder de la Democracia Cristiana, Aldo Moro, mientras fue prisionero de las Brigadas Rojas, entre marzo y mayo de 1978, que le perjudicaba. La decisi¨®n de los jueces de Perugia tendr¨¢ necesariamente influencia sobre la segunda sentencia de la que depende el futuro de Andreotti, la que prepara el Tribunal de Apelaci¨®n de Palermo, que le est¨¢ juzgando por un presunto delito de asociaci¨®n mafiosa, a partir de las confesiones de otro arrepentido, Balduccio di Maggio. En octubre de 1999, un tribunal palermitano le absolvi¨® de estos cargos, pero los fiscales recurrieron y en el nuevo juicio reclaman para Andreotti 10 a?os.
Mazazo
Tras la absoluci¨®n clamorosa que dio paso a una verdadera santificaci¨®n de Andreotti y permiti¨® a buena parte de la clase pol¨ªtica nacional dar un suspiro de alivio, la condena lleg¨® ayer como un mazazo. Andreotti, que en octubre asisti¨® en primera fila a la canonizaci¨®n de Josemar¨ªa Escriv¨¢ de Balaguer, fundador del Opus Dei, y que el jueves fue saludado con afecto por Juan Pablo II en la C¨¢mara de los Diputados, que visitaba por primera vez un Papa, es un hombre admirado y bien visto tanto en los ambientes del poder como en la Santa Sede, que confiaba en la confirmaci¨®n de su absoluci¨®n.
En el juicio de primer grado no fue aceptada la tesis de la acusaci¨®n, a falta de pruebas materiales. Cannevale hab¨ªa manejado h¨¢bilmente los "m¨²ltiples indicios" suministrados por Buscetta, que neg¨® poco antes de su muerte haber mencionado el nombre de Andreotti. Pero el fiscal ha sostenido hasta el final que Gaetano Badalamenti, de 79 a?os (que en estos momentos cumple una condena de 43 a?os en Estados Unidos), recibi¨® personalmente el encargo de "complacer" al estadista, mientras otro mafioso, Giuseppe Pipo Cal¨®, de 71 a?os, habr¨ªa encontrado a los presuntos ejecutores, Massimo Carminati, de 44 a?os, ex terrorista de extrema derecha, y el mafioso Michelangelo La Barbera, de 59 a?os.
A todos se les ped¨ªa la cadena perpetua; sin embargo, los jueces han confirmado la absoluci¨®n para los tres presuntos ejecutores del asesinato y para el juez Claudio Vitalone, estrecho colaborador de Andreotti.
Berlusconi: "Una justicia enloquecida"
Las declaraciones de sorpresa y de solidaridad con el senador vitalicio Giulio Andreotti fueron numerosas desde el primer momento, tanto de representantes de la coalici¨®n de Gobierno (derechista) como de la oposici¨®n (izquierdista), sin dejar de lado a la jerarqu¨ªa de la Iglesia cat¨®lica.El m¨¢s rotundo en condenar a los jueces fue el primer ministro, Silvio Berlusconi, que afronta y ha afrontado varios juicios. "Andreotti es v¨ªctima de una justicia enloquecida que hay que reformar", dijo Il Cavaliere, que retom¨® su discurso de condena a "los sectores politizados de la magistratura" que "han intentado cambiar el curso de la pol¨ªtica democr¨¢tica y reescribir la historia de Italia", afirm¨® en clara alusi¨®n a la fiscal¨ªa de Mil¨¢n, donde surgi¨® el movimiento de la judicatura Manos Limpias, que destap¨® el esc¨¢ndalo de Tangentopoli, un caso de corrupci¨®n que acab¨® con la Democracia Cristiana y el Partido Socialista.M¨¢s moderado, el cardenal Achille Silvestrini se limit¨® a calificar de "incre¨ªble" la decisi¨®n de los jueces perusinos. "Nadie pod¨ªa prever semejante cosa", dijo el purpurado. "Es algo que produce un gran disgusto, sobre todo cuando se conoce a la persona y se sabe lo que ha hecho en tantos a?os en los que ha asumido alt¨ªsimas responsabilidades al servicio del pa¨ªs".Los l¨ªderes del Olivo, los democristianos Pierluigi Castagnetti y Clemente Mastella, utilizaron parecidos t¨¦rminos. "Es incre¨ªble. Sentencias as¨ª ponen a prueba a los que nos empe?amos en creer en la imparcialidad de la justicia", dijo Castagnetti. La ex ministra de centro-izquierda, Anna Finocchiaro, declar¨® prudentemente que habr¨¢ que esperar a las motivaciones de la sentencia para emitir una opini¨®n. Hasta Antonio di Pietro, el ex fiscal del grupo de jueces Manos Limpias, hoy metido a pol¨ªtico, alert¨® de la necesidad de mantener la calma, evitando la exasperaci¨®n. Para Di Pietro, ser¨¢ el Tribunal Supremo el que decida entre dos sentencias contrapuestas. "No me unir¨¦ al coro de los que denigrar¨¢n a Andreotti ni al de los que la emprender¨¢n contra la justicia", a?adi¨®.
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