Los obispos no logran cerrar el documento sobre terrorismo que Rouco anunci¨® hace un a?o
El cardenal de Madrid reitera la "notoria urgencia" del texto, que los prelados estudian desde ayer
Los obispos, uno por uno, quieren cerrar esta semana la redacci¨®n de un documento "sobre el terrorismo y la aportaci¨®n de la Iglesia en su erradicaci¨®n", prometido hace un a?o por el cardenal Rouco, pero la asamblea de prelados, reunida desde ayer en Madrid, no parece estar en condiciones de hacerlo. Lo reconoci¨® su portavoz, Juan Jos¨¦ Asenjo, minutos antes de que Rouco se refiriera en su discurso a la "notoria urgencia" y la "prioridad" que se quiere dar a ese texto. La necesidad de este pronunciamiento episcopal sobre el terrorismo y sus causas, que se negocia desde hace un a?o, se precipit¨® a ra¨ªz de la agria pol¨¦mica suscitada en mayo tras la pastoral de los obispos vascos sobre la Ley de Partidos y la ilegalizaci¨®n de Batasuna.
Atormentada por la herida dejada entre sus fieles tras el enfrentamiento que se produjo entre la Iglesia y el Gobierno del PP a ra¨ªz de la pastoral de los prelados vascos de 30 de mayo pasado, la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE) quiere proclamar cuanto antes que jam¨¢s ha dejado de condenar el terrorismo. Pero ahora quiere ir m¨¢s lejos: busca, adem¨¢s, demostrar que la Iglesia tambi¨¦n ha hecho "aportaciones para la erradicaci¨®n" de esa lacra social, m¨¢s all¨¢ de las reiteradas execraciones.
En plena pol¨¦mica sobre la pastoral de los obispos de Bilbao, San Sebasti¨¢n y Vitoria, el Gobierno de Aznar llam¨® a consultas al nuncio (embajador) del Vaticano en Espa?a, Manuel Monteiro, para expresarle su disgusto por la actitud episcopal. Era la primera vez que ocurr¨ªa desde la muerte de Franco. El Ejecutivo presidido por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar reclamaba, sin conseguirlo, que el Vaticano forzase una rectificaci¨®n de los autores de la pastoral, y esperaba, adem¨¢s, tambi¨¦n en vano, un pronunciamiento de la Conferencia Episcopal, o del cardenal Rouco, desautoriz¨¢ndolos. El enfrentamiento fue tan agrio que el propio Aznar calific¨® de "perversi¨®n moral" la actitud de los prelados, a lo que el cardenal de Barcelona, Ricard Maria Carles, le replic¨® que "un presidente del Gobierno no puede llamar inmorales a los obispos".
La huella de la trifulca no se ha cerrado, pero ya se saben algunas de sus consecuencias: de entonces ac¨¢ han disminuido entre el 3% y el 5% las aportaciones voluntarias de los cat¨®licos a su Iglesia, bien a trav¨¦s de las limosnas, o mediante la declaraci¨®n de la renta del pasado ejercicio fiscal.
Por eso la CEE tiene prisa en hablar, y quiere hacerlo alto y con detalle. El cardenal Rouco record¨® ayer a sus compa?eros de episcopado que "hace ahora un a?o" hab¨ªan aprobado, en asamblea plenaria, "el Plan Pastoral Una Iglesia esperanzada. "?Mar adentro!", y que, entre las acciones previstas entonces, "por su notoria urgencia", hab¨ªan dado "prioridad al cumplimiento de la acci¨®n 16, prevista en el n¨²mero 78 del Plan: elaborar un documento sobre el terrorismo y la aportaci¨®n de la Iglesia a su erradicaci¨®n". Rouco dijo, adem¨¢s, que la Comisi¨®n Permanente de la CEE, "en su reuni¨®n del pasado junio", hab¨ªa concretado c¨®mo realizar ese delicado encargo: "Como estudio del terrorismo, de sus causas, or¨ªgenes y consecuencias".
Pero los tiempos de la Iglesia siempre son lentos. Al d¨ªa de ayer, el citado documento no era m¨¢s que un borrador sobre el que buena parte de los 80 prelados con derecho a voto en la conferencia apenas pod¨ªan pronunciarse porque lo desconoc¨ªan. Se sabe por otros debates sobre el mismo tema que algunos obispos tienen como ciudadanos una sensibilidad nacionalista muy firme, y que otros tantos son ac¨¦rrimos defensores de un nacionalismo espa?olista. Por eso asumen que es casi imposible que en una semana puedan llegar a acuerdos definitivos sobre c¨®mo presentar a la opini¨®n p¨²blica un documento tan complejo y en el que la Iglesia se juega la amistad de un amplio sector de sus fieles.
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