Florencia, otra Europa es posible
Tambi¨¦n en nuestra Europa, con retrocesos importantes en materia de bienestar social, donde la extrema derecha est¨¢ cada vez m¨¢s presente y la UE ocupada con la ampliaci¨®n, se ha consolidado con fuerza un amplio movimiento social que reniega del sistema neoliberal imperante. Este movimiento se ha reunido estos d¨ªas en Florencia para celebrar el primer Foro Social Europeo, con principios y objetivos heredados del Foro Social Mundial de Porto Alegre.
Como siempre, parece que el motivo de preocupaci¨®n m¨¢s importante sea la posible "invasi¨®n de la ciudad" por parte de "esos antiglobalizadores violentos que causan todo tipo de desperfectos all¨¢ por donde van"; al menos ¨¦ste ha sido el inter¨¦s del propio Silvio Berlusconi, que se ha dedicado no a responder a los temas de discusi¨®n del encuentro, sino a crear xenofobia internacional frente a este Foro. Tambi¨¦n ayud¨® a dar esta imagen la escritora italiana Oriana Fallaci, comparando a los participantes en el evento con los fascistas de Mussolini, anunciando el Apocalipsis en Florencia y haciendo un llamamiento especial a la pasividad de los florentinos.
Pero la realidad es que Florencia, donde esta vez no coincid¨ªa ninguna cita oficial, ha acogido hospitalariamente a asociaciones, sindicatos, economistas, organizaciones de desarrollo, feministas, ecologistas, pacifistas, partidos de izquierda, diferentes movimientos sociales, en fin, miles de personas (35.000 delegados inscritos m¨¢s unos 20.000 participantes individuales) entusiasmadas por compartir pac¨ªficamente inquietudes y propuestas en torno a multitud de asuntos relacionados con una globalizaci¨®n alternativa ante la actual liberalizaci¨®n econ¨®mica.
Los di¨¢logos m¨¢s esperados y concurridos han sido los dedicados a la relaci¨®n entre los movimientos sociales y los partidos pol¨ªticos europeos, as¨ª como los relativos a las guerras en el mundo. El tema central de todo el Foro ha sido la b¨²squeda del bien com¨²n, reinterpretando este concepto y coincidiendo en que s¨®lo puede darse como resultado de las luchas sociales. El papel de los partidos pol¨ªticos de izquierda, por tanto, deber¨ªa ser el de conseguir los objetivos de las propuestas del movimiento social, para lo cual su colaboraci¨®n y mediaci¨®n ante los diferentes organismos nacionales e internacionales es indispensable. Se tratar¨ªa, por tanto, y en palabras de Bernard Cassen, " de que los partidos y los movimientos sociales lleguen a una convergencia paralela". Adem¨¢s, habr¨ªa que ir m¨¢s all¨¢ y sumar a la l¨®gica electoral la necesaria utop¨ªa para transformar el mundo, y el movimiento tiene que recordar al mundo pol¨ªtico cu¨¢les son los objetivos fundamentales por los que se debe luchar.
Respecto a los conflictos internacionales, el movimiento social se define pac¨ªfico y, por tanto, est¨¢ radicalmente en contra de las guerras que, bajo la imagen de defender la seguridad internacional, se entablan para conseguir m¨¢s recursos econ¨®micos y para aumentar el dominio del m¨¢s fuerte. La doctrina de la guerra preventiva del Gobierno de Estados Unidos no es m¨¢s que la materializaci¨®n de este principio. La acci¨®n militar contra Irak no tiene nada que ver con la defensa de los derechos humanos, es una lucha por el petr¨®leo. La guerra, se dijo en este Foro (mientras el Consejo de Seguridad de la ONU votaba acompa?ar al Gobierno de Bush en su cruzada personal contra Irak), es el enemigo principal del movimiento social, porque es el enemigo principal de la humanidad, y los pa¨ªses europeos no deben cooperar con esta neocolonizaci¨®n.
Hay que resaltar el eje transversal principal del Foro, el modelo econ¨®mico actual, basado en una l¨®gica de competencia mundial y no en una l¨®gica de democracia consolidada donde tengan prioridad los derechos humanos, la paz y la justicia social. La pol¨ªtica del bien com¨²n, dijo Susan George, se construye a partir de la unidad de fuerzas antag¨®nicas al modelo neoliberal imperante, basado en la exclusi¨®n, a partir de un modelo incluyente basado en extender los servicios p¨²blicos como derechos exigibles.
La multitud aclam¨®, en las salas donde se debat¨ªan los problemas del mundo, a los ponentes Bernard Cassen, Jos¨¦ Bov¨¦, Pietro Ingrao (ex presidente del Parlamento italiano), Vittorio Agnoleto (Foro Social Mundial) y Fausto Bertinotti (refundaci¨®n comunista).
Se acusa habitualmente al movimiento social de que, ante la extendida pobreza en el mundo, adopta una actitud de debate cr¨ªtico sin proponer soluciones alternativas. Pues bien, espero que no les parezcan pocas las siguientes: auditor¨ªas respecto a la deuda externa e interna de los pa¨ªses del Sur; establecimiento de impuestos a los flujos financieros (tasa Tobin), acompa?ados de la supresi¨®n de los para¨ªsos fiscales; desarrollo s¨ª, pero a partir de la autonom¨ªa de los pueblos y ambientalmente sostenible; soberan¨ªa alimentaria; educaci¨®n universal; garant¨ªas sociales ante la precariedad laboral; democracia participativa y resistencia civil.
Y llegamos al s¨¢bado 10 de noviembre, d¨ªa de la manifestaci¨®n. Un mill¨®n de personas, seg¨²n los organizadores (500.000 reconocidas por la polic¨ªa), recorrimos las calles de Florencia en contra de la guerra. Pero tambi¨¦n a favor del derecho de asilo y de la libre circulaci¨®n de los inmigrantes, contra el neoliberalismo y la precariedad laboral. Jornada absolutamente pac¨ªfica y festiva ante la presencia de 7.000 polic¨ªas respetuosos y sin ninguna actitud de represi¨®n violenta. Berlusconi atribuy¨® el rotundo ¨¦xito de la convocatoria a su actitud garante del derecho a manifestarse. No faltar¨ªa m¨¢s. Un ni?o de pocos a?os contemplaba la manifestaci¨®n desde la acera, con el signo de la victoria y un cartel colgado de su carrito: "Grazie ragazzi, domani anche io lotter¨° perch¨¨ un'altro mondo sia possibile" ('gracias j¨®venes, ma?ana yo tambi¨¦n luchar¨¦ para que otro mundo sea posible').
Lourdes R¨ªos es directora del Observatorio de Derechos Humanos-DESC.
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