Rold¨¢n, semilibre

La concesi¨®n del tercer grado a Luis Rold¨¢n, lo que le permite salir diariamente de la c¨¢rcel con la obligaci¨®n de pernoctar en ella, es una decisi¨®n discutible, con independencia de que se atenga a la letra de la ley. El da?o causado por Rold¨¢n como director general de la Guardia Civil fue inmenso, como se desprende de la sentencia que le conden¨® a 31 a?os de prisi¨®n, a pagar una multa de 1.600 millones de pesetas y a indemnizar a Hacienda con 1.000 millones por delitos de estafa, malversaci¨®n, cohecho y fraude fiscal.

El tercer grado concedido a Rold¨¢n no supone ning¨²n recorte de su condena, pues sigue en prisi¨®n en condiciones de semilibertad propias del r¨¦gimen abierto. Pero es muy cuestionable la aplicaci¨®n al caso de los criterios de reinserci¨®n social que deben justificar tal medida. ?Puede considerarse reinsertado, o en v¨ªas de serlo, alguien que sigue sin devolver 1.600 millones de pesetas obtenidos mediante la apropiaci¨®n de fondos reservados, la percepci¨®n de comisiones por adjudiaciones de obras y el cobro de supuestos servicios de seguridad a empresas amenazadas por ETA?

El disfrute de algunos beneficios penitenciarios no es autom¨¢tico: est¨¢ sujeto a criterios valorativos. No constituye ning¨²n desprop¨®sito que en el caso de grandes estafadores como Rold¨¢n la aplicaci¨®n de las medidas de reinserci¨®n se condicione, al menos, al prop¨®sito de devolver lo robado. Ni su condena ni el cumplimiento de la pena convierten a Rold¨¢n en leg¨ªtimo poseedor de los millones que rob¨®. En situaci¨®n de similibertad est¨¢ en mejor disposici¨®n de poder controlar ese dinero oculto en alg¨²n para¨ªso fiscal, y m¨¢s tentado a arriesgar la fuga para disfrutarlo. Es decir, Rold¨¢n puede culminar su larga trayectoria delictiva apropi¨¢ndose definitivamente de lo robado, lo que agravar¨ªa la alarma social que sigue provocando su actuaci¨®n, en contra de lo que se?ala el juez de vigilancia penitenciaria. Si eso sucede alguna vez, que no sea porque se le dan facilidades.