La limpieza choca con la falta de medios

Un ej¨¦rcito heterog¨¦neo, en el que se mezclan ecologistas con operarios p¨²blicos y de empresas contratadas, trataba ayer de borrar el rastro viscoso y negro que se ha adherido a las playas del norte de A Coru?a. Los equipos de limpieza trataban de sobreponerse, a base de voluntarismo, a los precarios medios -cubo y pala la mayor¨ªa de las veces- y, en algunos lugares, al fuel que segu¨ªa afluyendo.

La Administraci¨®n s¨®lo dispone de 435 personas, casi una por cada kil¨®metro de litoral afectado, para borrar de arenales y rocas las pestilentes huellas del Prestige. Para atajar la sensaci¨®n de desbarajuste, el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, se puso ayer al tim¨®n.

En Mux¨ªa, en la Costa da Morte, los hoteles obligan a los clientes a que dejen los zapatos en la recepci¨®n. A las puertas de la mayor¨ªa de las casas, los trozos de cart¨®n sustituyen a los felpudos. La marea negra tizn¨® la playa y el paseo mar¨ªtimo y se ha ido extendiendo como un reguero por las calles del pueblo. A ¨²ltima hora del viernes, nueve operarios de una empresa contratada por la Xunta recog¨ªan los residuos en el arenal. Pero sus esfuerzos resultaban in¨²tiles ante las oleadas de fuel que segu¨ªa arrastrando el mar. La situaci¨®n mejor¨® ayer con la llegada de 120 voluntarios, estudiantes madrile?os.

Rajoy tambi¨¦n tuvo ocasi¨®n de contemplar esa masa pastosa que se ha apoderado del paisaje de la costa gallega. Se la mostraron medio centenar de activistas de Greenpeace, que le aguardaban a la puerta del edificio de la Delegaci¨®n del Gobierno en Galicia, en A Coru?a, embadurnados con los residuos del Prestige, tambi¨¦n empleado a modo de tinta para escribir el texto de su pancarta: "Oil kills" (el petr¨®leo mata). Rajoy, que ha asumido la presidencia de la comisi¨®n interministerial que se encargar¨¢ de la crisis, cancel¨® un acto que ten¨ªa previsto en Madrid y se acerc¨® hasta A Coru?a para ponerse al mando de las operaciones.

Una de las primeras medidas ha sido elaborar un plan de limpieza de la costa tras las numerosas cr¨ªticas recibidas por la descoordinaci¨®n y falta de medios. Se van a contratar 450 personas m¨¢s, se pondr¨¢n excavadoras en todas las playas y se abrir¨¢n oficinas por comarcas con medios inform¨¢ticos para organizar las operaciones. Rajoy adelant¨® que, de momento, se han recogido 900 toneladas de desperdicios, pero nadie sabe calcular cu¨¢nto queda a¨²n en los arenales.

El vicepresidente pas¨® un mal trago en una tumultuosa comparecencia ante la prensa, en la que las incisivas preguntas de los enviados especiales de otros pa¨ªses pusieron a prueba su flema. Los informadores portugueses lo acribillaron para que reconociese que los tanques del buque, hundido en alta mar, siguen filtrando combustible, lo que Rajoy neg¨®. Por momentos, el vicepresidente estuvo contra las cuerdas. "La prensa internacional dice que el Gobierno espa?ol ha actuado con incompetencia", le espet¨® un corresponsal. "No estoy de acuerdo", respondi¨®. "?Por qu¨¦ no solicitaron antes ayuda internacional?". "La pedimos cuando cre¨ªmos que hab¨ªa que hacerlo". "Una semana despu¨¦s del accidente, Alemania segu¨ªa esperando una indicaci¨®n para mandarles un barco". "No estoy de acuerdo. Ese barco llega el lunes ... ?No vamos a convertir esto en un debate!", estall¨®.

Rajoy tambi¨¦n sostuvo que no puede hablarse de "marea negra" sino de una "situaci¨®n compleja" por la proliferaci¨®n de "manchas localizadas". Poco despu¨¦s, un comunicado de Fomento advert¨ªa que persiste un "grave riesgo de contaminaci¨®n en la costa" por la llegada de vertidos del mar. En su l¨ªmite m¨¢s septentrional, el fuel amenaza ahora los ricos bancos de percebe de Cedeira y Estaca de Bares. En alta mar, la mayor concentraci¨®n de fuel se registra a 150 kil¨®metros de Finisterre, donde hay una mancha de 19 kil¨®metros de largo por 29 de ancho.