Con licencia para copiar
La implantaci¨®n de programas de 'software' abierto crece 10 veces m¨¢s r¨¢pido que las ventas del comercial
La corriente recorre China, pasa por Wall Street, se dirige a Hollywood y llega a Extremadura. Son ya miles las empresas y gobiernos de todo el mundo que han decidido dejar de comprar programas de ordenador y cambiarlos por soluciones de software abierto, una corriente que defiende que los programas deben ser libremente creados, modificados y distribuidos. Es un desaf¨ªo de primer orden para la mayor empresa de software comercial, Microsoft, que cree que este movimiento puede acabar con la innovaci¨®n de la industria.
Merrill Lynch, Dresdner y organismos de gobiernos como China o Espa?a son algunos de los que se han 'pasado' a este movimiento
El usuario puede utilizar el programa como y donde quiera y modificarlo, y deber¨ªa distribuirlo a otros usuarios
Richard Stallman estaba muy enfadado. Una de las impresoras del laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT (Massachusetts Institute of Technology), en el que trabajaba como programador a mediados de los 80, hab¨ªa empezado a masticar todos los folios que pasaban por su interior, y luego los expulsaba en forma de nieve de papel. Stallman llam¨® entonces al fabricante de la impresora. Quer¨ªa arreglarla, y cre¨ªa saber c¨®mo hacerlo, as¨ª que pidi¨® a la empresa el c¨®digo fuente de la impresora, es decir, el libro de instrucciones inform¨¢ticas donde reside su secreto de programaci¨®n. La empresa se neg¨®. La impresora, dec¨ªa, es nuestra, nosotros la hemos creado, y tenemos derecho a explotar sus ventas; no vamos a desvelar c¨®mo es su interior. Richard Stallman decidi¨® entonces abanderar un movimiento que liberara el software, es decir, que permitiera que los programas inform¨¢ticos pudieran ser libremente estudiados, modificados y, despu¨¦s, distribuidos.
?sta fue una de las decisiones que han marcado el movimiento del software libre, un nombre que intenta abarcar un mundo complejo y heterog¨¦neo y que, hasta hace muy poco, s¨®lo interesaba a los expertos que lo creaban.
Pero el software abierto ha explotado. Seg¨²n IDC, las implantaciones de sistemas operativos escritos en software libre est¨¢n creciendo diez veces m¨¢s que las del comercial. El software abierto funciona en grandes empresas como Merrill Lynch, 7-Eleven, Amazon o Dresdner; ha ayudado a crear pel¨ªculas como Titanic, Shrek o La comunidad del anillo; y une a agencias y organismos de Gobiernos como el espa?ol, el chino, el alem¨¢n o el noruego.
?Qu¨¦ es exactamente un programa libre? Cuando un usuario compra una licencia de software propietario, como las de Microsoft, Oracle o SAP, est¨¢ pagando por un derecho de uso. El programa s¨®lo puede ser modificado por la compa?¨ªa que lo cre¨®, y copiarlo est¨¢ considerado pirater¨ªa. Un usuario de software libre tiene otros derechos: utilizar el programa, modificarlo y distribuirlo. En realidad, no s¨®lo puede distribuirlo, sino que, seg¨²n la filosof¨ªa de este movimiento, deber¨ªa hacerlo.
Precio e independencia
Las ventajas que, seg¨²n los defensores del software libre, tiene el modelo est¨¢n relacionadas con estos derechos: precio -no hay que pagar licencia-, flexibilidad -puedes dise?ar el software como t¨² quieras- e independencia, porque nadie controla el software libre. El usuario no depende de la voluntad de un ¨²nico fabricante al que, quiz¨¢, no le interese seguir vendiendo el producto que utiliza. "Puedes confiar en una empresa, o confiar en un modelo", resume Jes¨²s Gonz¨¢lez-Barahona, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos y uno de los principales expertos -y defensores- de este movimiento en Espa?a.
Microsoft, la mayor compa?¨ªa de software comercial del mundo, est¨¢ preocupada. No es a¨²n una cuesti¨®n de n¨²meros. En 2001, seg¨²n Gartner, m¨¢s del 90% de los programas que se utilizaban en el mundo eran comerciales. Pero la popularidad del software libre se est¨¢ extendiendo, particularmente la de Linux, el sistema libre m¨¢s conocido y que ya hace funcionar al 15% de los servidores -grandes m¨¢quinas empresariales-.
Microsoft se ha tomado este asunto tan en serio que ha estudiado, investigado y argumentado cada posici¨®n de los defensores del software libre. Para ella, sus inconvenientes son las ventajas de sus defensores. Sobre el precio, Microsoft explica que, "en muchas ocasiones", es m¨¢s caro contratar una empresa que instale software libre que comprar licencias de Windows. Respecto a la flexibilidad, Microsoft cree que "la personalizaci¨®n del software no depende de que se tenga acceso al c¨®digo fuente, al menos, para el 99% de los usuarios". Dice que los programas abiertos son "elitistas", ya que "su desarrollo est¨¢ m¨¢s orientado a la ¨¦lite t¨¦cnica que a los usuarios". Sobre la independencia, "?qui¨¦n garantiza que quien hizo esa implantaci¨®n siga existiendo?", a?ade.
"Pero no estamos en contra del modelo de software libre, del que estamos aprendiendo mucho", explica Isaac Hern¨¢ndez, director de marketing de Microsoft Ib¨¦rica. La compa?¨ªa est¨¢ compartiendo algunos de los secretos del c¨®digo de Windows con administraciones p¨²blicas y universidades. Y es que Microsoft es consciente de que esta batalla se est¨¢ librando en el frente pol¨ªtico (ver p¨¢gina 7) y en el educativo. Los estudiantes de inform¨¢tica pasan gran parte de su tiempo desarrollando programas libres, los ¨²nicos a cuyo c¨®digo pueden acceder. Microsoft, denuncian sus competidores, est¨¢ regalando licencias a universidades, "algo que siempre hemos realizado", responde la compa?¨ªa.
V¨ªnculos empresariales
En el terreno empresarial, Microsoft se siente m¨¢s c¨®moda. Las compa?¨ªas cambian a Linux, principalmente, en servidores "de alto volumen y bajo coste", explica Jes¨²s Pedraza, director de IDC Espa?a, y Microsoft sigue dominando el 90% de los ordenadores personales. La compa?¨ªa conserva, adem¨¢s, importantes v¨ªnculos con grandes consultoras, que no venden Linux, y los peque?os fabricantes de aplicaciones que dise?an sus productos para Windows, y que necesitan a Microsoft para subsistir, no se "arriesgan" -en palabras de una empresa espa?ola- a trabajar para Linux.
Las principales empresas del sector est¨¢n jugando un papel muy importante en esta lucha libre. IBM vende ordenadores y servicios con Linux. "El software libre cambia el valor para el cliente del simple producto al servicio", explica ?ngel Huerta, director de Software de IBM para Espa?a y Portugal. Sun tambi¨¦n ha apostado por Linux, y desarrolla su programa Open Office en abierto. "El m¨¦todo de trabajo es colaborativo, unos construyen sobre los descubrimientos de otros, lo que garantiza la innovaci¨®n", dice Gabriel Jim¨¦nez, responsable de Servicios Web de Sun Ib¨¦rica. SAP y Oracle venden sus programas de gesti¨®n y bases de datos, respectivamente, para Linux. "Estar¨¦ feliz con cualquier cosa que me evite pantallas azules [se?al de que Windows se cuelga]", dice Les Hayman, presidente de SAP en Europa.
Y es que, para los competidores de Microsoft, Linux es una oportunidad de oro para acabar con el poder de Windows. "Muchos de nuestros competidores apoyan Linux como producto y, sin embargo, son fabricantes de software industrial, lo que demuestra que no creen en el modelo de desarrollo libre", dice Hern¨¢ndez. Larry Ellison, presidente de Oracle, ha explicado p¨²blicamente que su negocio, las bases de datos, es "demasiado cr¨ªtico" como para que funcionen aplicaciones libres. Hayman dice algo similar: "SAP lleva 30 a?os en el mercado, tiene millones de clientes, as¨ª que es complicado replicar este modelo sin cobrar por ello", dice.
El mundo abierto sigue creciendo. Una encuesta de Morgan Stanley a 225 directores de inform¨¢tica refleja que el 31% de ellos hab¨ªa sustituido recientemente servidores Windows por Linux. Pero Microsoft sigue aumentando sus ingresos; en el a?o fiscal 2002 vendi¨® un 10% m¨¢s que en 2001, y las implementaciones de Linux, seg¨²n IDC, se est¨¢n haciendo a costa del sistema Unix, que Microsoft no vende. Sus competidores creen, en todo caso, que la ola libre alcanzar¨¢ pronto a Microsoft. Scott McNealy, presidente de Sun y enemigo ¨ªntimo de Bill Gates, suele decir: "Estamos entrando en un mundo de sistemas abiertos, y un mundo sin puertas [Gates] no necesitas ventanas [Windows]".
El mito de la 'gratuidad' y otras cuestiones
?Qui¨¦n crea el software libre? Millones de programadores en todo el mundo est¨¢n, en este momento, creando y modificando software libre. Internet ha revolucionado su tarea, porque facilita la comunicaci¨®n y la descarga del software.?C¨®mo trabajan los programadores? "En cierto sentido, es como volver a la ciencia b¨¢sica", explica Jes¨²s Gonz¨¢lez-Barahona. La idea es que, como hacen los cient¨ªficos de otras especialidades, los programadores estudien el c¨®digo fuente, publiquen sus descubrimientos -agujeros de seguridad, vulnerabilidades a virus inform¨¢ticos, mejoras- y permitan a otros beneficiarse de sus conocimientos.Si el software es gratuito, ?de qu¨¦ viven los programadores? Es cierto que no hay que pagar licencias de uso como en el mercado propietario. Pero hay empresas -los cosechadores de c¨®digo- que recogen los descubrimientos de la comunidad, los empaquetan en CD y los venden como distribuciones. Otras, como las espa?olas ?ndago o Esware Linux, cobran por desarrollar e implantar soluciones en software libre. No es, en fin, que estas empresas no hagan dinero. Es que lo hacen de otra manera: vendiendo servicios en lugar de productos.?Hay licencias en el software libre? B¨¢sicamente hay dos tipos de licencias. La GPL, que dise?¨® el propio Stallman, establece la obligaci¨®n de redistribuir a la comunidad los cambios que se hayan realizado en el c¨®digo fuente; la BSD, en cambio, permite al programador quedarse con sus descubrimientos. Las luchas entre estas dos maneras de entender el software libre han dividido, en ocasiones, a este movimiento. Microsoft dice que la GPL acaba con la innovaci¨®n.
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