Una ley para integrar
Nadie discute el esp¨ªritu de la norma, pero los no nacionalistas disienten de su desarrollo
Hace hoy veinte a?os, el pleno del Parlamento vasco inici¨® un debate que concluy¨® con la aprobaci¨®n de la ley que pon¨ªa los cimientos para convertir a Euskadi, a largo plazo, en una comunidad realmente biling¨¹e. Dos d¨ªas despu¨¦s, el 26 de noviembre de 1982, la C¨¢mara auton¨®mica aprob¨® con un amplio consenso la Ley de Normalizaci¨®n del Uso del Euskera, un marco que pretend¨ªa "permitir a aquel que libremente quisiese vivir en euskera pudiese hacerlo de manera real y efectiva", explica el que era entonces consejero de Educaci¨®n, el f¨ªsico Pedro Miguel Etxenike. ?l mismo a?ade que es un prop¨®sito f¨¢cil de formular pero dif¨ªcil de lograr. Nadie discute, no obstante, que la lengua vasca ha florecido en estas dos d¨¦cadas con una intensidad dif¨ªcil de imaginar entonces.
La ley reconoce el derecho de los vascos a expresarse en castellano y/o en euskera, establece la oficialidad de ambos idiomas, proscribe la discriminaci¨®n por raz¨®n de lengua y obliga a la Administraci¨®n a crear los mecanismos necesarios para que quien lo desee pueda dirigirse a las instituciones en lengua vasca, estudiar en euskera y ser informado a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n en este idioma. Para garantizar este derecho se establec¨ªa la progresiva euskaldunizaci¨®n del personal de la Administraci¨®n p¨²blica en la comunidad aut¨®noma vasca. Y tambi¨¦n le obliga a promover su su uso social.
Etxenike recuerda de aquel momento hist¨®rico la obsesi¨®n por elaborar una pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica "integradora", porque "lograr el biling¨¹ismo real s¨®lo es posible con la adhesi¨®n de todos". Tampoco olvida que el entonces el lehendakari, Carlos Garaikoetxea, proclamaba que para salvar la lengua vasca "era necesaria una ley de concordia". Los negociadores de los partidos se pusieron a la tarea. Su gestaci¨®n llev¨® m¨¢s de un a?o de arduas negociaciones que duraron hasta los ¨²ltimos minutos en el pleno. Al final, la Ley de Normalizaci¨®n del Uso del Euskera fue aprobada con el mayor grado de unanimidad alcanzado hasta entonces en el Parlamento vasco. Un nivel de acuerdo in¨¦dito en las ¨²ltimas legislaturas en la C¨¢mara de Vitoria. Quienes la negociaron a?oran la capacidad de entendimiento de aquellos tiempos.
El encargado de negociarla en nombre de los socialistas, Jos¨¦ Antonio Maturana, recuerda que "hubo mucha discusi¨®n en la ponencia", que el PSE hizo varias enmiendas transaccionales y AP, una enmienda a la totalidad. La ense?anza, que a la larga ha sido el motor de la expansi¨®n del euskera, fue el ¨¢mbito en el que mayores fueron las discrepancias, recuerda el ex consejero. Las diferencias surgieron "m¨¢s de la desconfianza mutua que de otra cosa", rememora Etxenike.
La ley fue votada art¨ªculo por art¨ªculo. El entonces parlamentario por Euskadiko Ezkerra (EE) y hoy gerente de Euskaltzaindia, Jos¨¦ Luis Lizundia, recuerda como "muy positivo" que muchos de los art¨ªculos obtuvieran el respaldado de todos los grupos que se sentaban en el Parlamento: el PNV, EE, el Partido Socialista de Euskadi (PSE), Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico (UCD), el Partido Comunista de Euskadi (PCE- EPK) y Alianza Popular (AP). Este ¨²ltimo, el que m¨¢s discrepancias ten¨ªa, apoy¨® al final en torno al 40% de los art¨ªculos, a?ade Lizundia, quien particip¨® en las negociaciones para alumbrar la ley en representaci¨®n de su partido. El Gobierno central, socialista entonces, present¨® sendos recursos de inconstitucionalidad contra las leyes normalizadoras del euskera, el catal¨¢n y el gallego. El Tribunal Constitucional rechaz¨®, en 1986, aspectos formales de las tres, pero declar¨® constitucional el fondo de las normas en los tres casos.
Un nuevo "pacto ling¨¹¨ªstico"
Hoy nadie discute el esp¨ªritu de la ley. S¨ª existen, en cambio, discrepancias en los partidos no nacionalistas sobre el desarrollo de la norma y los plazos y ritmos con los que se ha aplicado. Por eso, el ex parlamentario Maturana sugiere la necesidad de, transcurridos 20 a?os, hacer balance sobre los aciertos y errores de la ley -"una de las b¨¢sicas en la construcci¨®n de la autonom¨ªa"- y de su desarrollo, para "alcanzar un nuevo pacto ling¨¹¨ªstico". El ex parlamentario socialista cree que se ha forzado en exceso la euskaldunizaci¨®n en zonas castellanoparlantes, que se han puesto plazos demasiado cortos que ni siquiera respond¨ªan a la demanda social.
Etxenike considera que la aplicaci¨®n de la ley ha provocado m¨¢s dificultades que injusticias o conflictos".
Etxenike considera que es "importante atraer [a la ciudadan¨ªa] a la lengua [vasca] no porque sea un s¨ªmbolo, sino porque es ¨²til y atractiva". En este sentido, Maturana insiste en destacar el prestigio que ha alcanzado la lengua vasca de la mano de autores como Bernardo Atxaga, Ram¨®n Saizarbitoria, Felipe Juaristi o Lourdes O?aederra. Adem¨¢s, las traducciones les han permitido ganar lectores dentro y fuera de Euskadi.
El martes pasado, cuando Etxenike, Maturana y Lizundia, entre otros, participaron en un debate sobre la Ley de Normalizaci¨®n del Euskera organizado por la Fundaci¨®n Buesa, el primer consejero de Educaci¨®n record¨® que "apoyar el euskera no conlleva apoyar cualquier acci¨®n pol¨ªtica que en su nombre se haga", y a greg¨® que "es antidemocr¨¢tico tacharles de enemigos del euskera" a quienes critican actuaciones concretas.
Etxenike rememora tambi¨¦n los principios que rigieron la gestaci¨®n de la ley: ser "flexible y abierta", porque el logro del biling¨¹ismo exige "saber rectificar, acelerar y frenar" para cumplir el "mandato constitucional" de eliminar obst¨¢culos que lo impidan o dificulten; "no ser impositiva", porque ampara la libertad del ciudadano para elegir el idioma y "pone deberes a la Administraci¨®n". Hab¨ªa que ser "firmes en los principios y flexibles en su aplicaci¨®n", resume.
De todos modos, la Ley del Euskera de 1982 no surgi¨® de la nada. Lizundia considera esencial tener presentes sus antecedentes. La Constituci¨®n de la Rep¨²blica, los tres proyectos de Estatuto de autonom¨ªa, incluido el tercero, que estuvo vigente unos meses tras el alzamiento franquista, ya contemplaban la oficialidad del euskera. Tras la recuperaci¨®n de la democracia, la Constituci¨®n de 1978 ampara el biling¨¹ismo en las comunidades con lengua propia. Lizundia tambi¨¦n recalca que todos los partidos con representaci¨®n parlamentaria en la ¨¦poca (eran diez), en sus borradores para el Estatuto de Gernika, contemplaban "de una manera m¨¢s o menos gradual el car¨¢cter oficial al euskera en el Pa¨ªs Vasco".
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