"Espa?a va bien para los de siempre"
Lupe Torres, con su esposo enfermo y dos hijas en paro, afirma: "Ahora la gente, adem¨¢s de explotada, est¨¢ atemorizada"
Lupe Torres, malague?a de 53 a?os, sabe lo que se rompe por dentro cuando uno tiene que guardar en cajas un negocio familiar sudado a lo largo de 30 a?os. Tuvo que hacerlo en 1997, cuando su marido, Juan Florido, sufri¨® el primer infarto cerebral despu¨¦s de pasar un a?o consumi¨¦ndose por la angustia de ver que su cristaler¨ªa, en otro tiempo pr¨®spera, ya no s¨®lo no daba para alimentar a sus tres hijos, sino que se hab¨ªa convertido en un infierno de impuestos y facturas de proveedores a los que no hab¨ªa c¨®mo hacer frente.
La enfermedad dej¨® a Juan incapacitado para trabajar. Sus casi 40 a?os de cotizaci¨®n como aut¨®nomo le dejaron una pensi¨®n de 42.000 pesetas. Por entonces sus hijas Miriam y Leticia, que hoy tienen 21 y 20 a?os respectivamente, estudiaban Fotograf¨ªa en un centro p¨²blico de Formaci¨®n Profesional. Las deudas de la cristaler¨ªa obligaron a la familia a hipotecar su vivienda, ya terminada de pagar, y a las dos adolescentes a dejar los estudios y ponerse a buscar trabajo.
Hoy, el ¨²nico que sigue estudiando en la familia es Juan Jes¨²s, el hijo peque?o, de 17 a?os, un estudiante brillante que en los ¨²ltimos a?os ha bajado su rendimiento por los problemas familiares. "De alguna manera ¨¦l se siente presionado por esta situaci¨®n, y me da pena", susurra Lupe cuando ¨¦l no la escucha.
Para Miriam y Leticia, los cinco ¨²ltimos a?os han sido un continuo peregrinaje por cursos del INEM y contratos basura, el m¨¢s largo de ellos de una semana de duraci¨®n. Miriam est¨¢ apuntada en una empresa de trabajo temporal (ETT). Su hermana Leticia pasa de eso. "Estoy en contra de las ETT. Conf¨ªas en que te busquen trabajo, pero lo que hacen es explotarte y quedarse una parte de tu sueldo", explica.
Lupe ya no intenta buscar trabajo. Adem¨¢s de su marido, tiene a su cargo a un cu?ado y a su suegra, ambos muy enfermos. Los cuida con un mimo y una alegr¨ªa infinitos. "Ellos nos han ayudado siempre a salir adelante con su pensi¨®n", cuenta. El poco tiempo que le queda libre lo dedica a su asociaci¨®n de vecinos, de la que es presidenta.
Tambi¨¦n milita activamente en el Partido Comunista. "Yo no pod¨ªa haber sido otra cosa m¨¢s que comunista, porque empec¨¦ a trabajar en una f¨¢brica a los 13 a?os, siendo una ni?a, y me suspendieron tres d¨ªas de empleo y sueldo por estornudar", se r¨ªe. Lupe invirti¨® gran parte de los 19 a?os que pas¨® en la f¨¢brica en intentar mejorar las condiciones de trabajo de sus compa?eros desde el comit¨¦ de empresa. Ahora dice que lamenta haberse ido. "En vez de avanzar estamos retrocediendo, porque ahora la gente adem¨¢s de explotada est¨¢ atemorizada y es incapaz de unirse para reclamar nada. Cada vez dan menos becas, cada vez hay menos cobertura social. Dicen que Espa?a va bien, y yo digo que va bien para los de siempre", protesta. Lupe acaba el discurso y se refugia en su eterna sonrisa. "Yo tiro con pan y aceite; lo que me preocupa es el futuro de mis hijos".
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