Contra el secretismo del Pent¨¢gono
Los periodistas de EE UU se unen ante una eventual guerra en Irak
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El portavoz de la Fuerza A¨¦rea de EE UU dijo a los periodistas reunidos en la sala de prensa: "Un n¨²mero indeterminado de personas, de una unidad no especificada, abandon¨® esta semana la base de Peterson. Su misi¨®n, ad¨®nde va y cu¨¢nto tiempo precisar¨¢n no pueden ser desvelados. ?Alguna pregunta?". La an¨¦cdota la cuenta John Diedrich, especialista en temas militares del diario Colorado Springs Gazatte, y revela el grado de opacidad con el que se est¨¢n desarrollando buena parte de las operaciones militares de EE UU en distintos puntos del mundo.
Para hacer frente a ese secretismo, el pasado mes de septiembre se cre¨® en EE UU una organizaci¨®n llamada Military Reporters and Editors (MREs), promovida por un grupo de los mejores y m¨¢s experimentados periodistas "de guerra" norteamericanos. Su principal queja es la imposibilidad de acceder libremente a las tropas estadounidenses no s¨®lo en los escenarios de batalla, sino incluso en sus propias bases. Seg¨²n recoge el Instituto Poynter, una de las escuelas y centros de debate sobre periodismo m¨¢s afamadas del pa¨ªs, son ya muchos los periodistas que han protestado por las restricciones a que se ven sometidos. Tom Bowman, del Baltimore Sun, denunci¨® haber encontrado "restricciones de pesadilla" para informar sobre las tropas en Kandahar: "Al no tener acceso libre a nuestras bases, y s¨®lo poder hacer visitas guiadas, esto termina pareci¨¦ndose a un parque tem¨¢tico". "Si ¨¦ste va a ser el est¨¢ndar informativo en Irak, ya anuncio que estoy muy preocupado".
"Tenemos la obligaci¨®n de conocer qu¨¦ est¨¢n haciendo en nuestro nombre", dice Walter Cronkite
James Crawley, de San Diego Union Tribune, asegur¨®: "Los reporteros hemos estado secuestrados en Camp Rhino (una base en Afganist¨¢n). Los ¨²nicos que pueden moverse con las tropas son los propios informadores de los marines. A los civiles nos dejan detr¨¢s". Incluso periodistas como Kirk Kicklighten, ex capit¨¢n de los marines, se queja de que no le hayan dejado moverse por el campo de reclutamiento de Perris Island sin un oficial de prensa. Muchos temen que si hay guerra con Irak, las Fuerzas Armadas quieran que los periodistas, b¨¢sicamente, est¨¦n sentados en una sala de briefing.
Uno de los primeros en lanzar la voz de alarma fue el veterano Walter Cronkite, que lleva semanas denunciando que los americanos no saben lo suficiente sobre las acciones de sus tropas. "Tenemos la obligaci¨®n de conocer qu¨¦ est¨¢n haciendo en nuestro nombre", mantiene. Cronkite apoy¨® los anuncios del manifiesto Common Cause, en los que, junto al ex gobernador de Nueva York Mario Cuomo o la escritora Amy Tan, cuestionaban que Irak sea una aut¨¦ntica amenaza para EE UU.
Muchos de los reporteros y corresponsales de guerra de EE UU est¨¢n convencidos de que la guerra contra Irak tendr¨¢ lugar a primeros de a?o. De hecho, la primera actividad del MREs ha sido organizar la semana pasada en Washington un seminario titulado Informar sobre la pr¨®xima guerra: Irak, y varios peri¨®dicos han anunciado que enviaban a algunos de sus periodistas a cursillos especializados sobre guerra biol¨®gica. Se trata no s¨®lo de una medida de protecci¨®n, sino tambi¨¦n de salir al paso, porque temen que el Pent¨¢gono utilice esa eventual amenaza iraqu¨ª para impedir todav¨ªa m¨¢s el libre movimiento de periodistas. Seg¨²n John Hendren, de Los ?ngeles Times, "¨¦sa ser¨¢ la excusa para darnos la peor cobertura que hemos tenido nunca". El curso que m¨¢s ¨¦xito parece tener es el de la empresa brit¨¢nica Centuri¨®n Risk Assessment Service, que ha contado ya con alumnos del Boston Globe, Christian Science Monitor o Chicago Tribune.
La inquietud de muchos periodistas por la forma en la que se est¨¢ informando sobre la guerra contra el terrorismo ha quedado patente incluso en los ¨²ltimos art¨ªculos del ombusman de The Washington Post, Michael Gelter. El defensor de los lectores ha criticado dos decisiones de su medio: recoger insuficientemente una conferencia de Edward Kennedy en la John Hopkins University, en la que puso en entredicho que existieran pruebas que justificaran un ataque a Irak y reflejar en primera ¨²nicamente con una foto la gran manifestaci¨®n antiguerra celebrada en Washington. "Mucha gente est¨¢ preocupada por la posibilidad de que se inicie una guerra y merecen que sus opiniones se reflejen en algo m¨¢s que una l¨ªnea", apunt¨®.
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