El consumo de sal en Espa?a supera lo recomendado para evitar la hipertensi¨®n
La OMS insta en su ¨²ltimo informe a poner menos sal en los alimentos procesados
El consumo excesivo de sal como condimento en las sociedades industrializadas, la ingesta de alimentos en conserva, el incremento de la comida precocinada o la costumbre de utilizar el salero para a?adir sal causan un elevado consumo de este condimento que favorece el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, y especialmente la aparici¨®n de hipertensi¨®n arterial. En el caso de la hipertensi¨®n, la excesiva presi¨®n de la sangre acaba da?ando las arterias que llevan sangre al coraz¨®n, el cerebro, los ri?ones y otros ¨®rganos. Los expertos aconsejan un consumo de hasta cuatro gramos de sal al d¨ªa. En Espa?a se consumen entre cuatro y siete gramos, cantidad que en algunas zonas alcanza un promedio de entre 10 y 15 gramos, cifras claramente excesivas y potencialmente nocivas.
Se aconseja consumir hasta 4 gramos de sal al d¨ªa; en Espa?a se consumen entre 4 y 6
El informe sobre la salud en el mundo 2002 de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), recientemente publicado, destaca la importancia de la hipertensi¨®n como causa de mortalidad, con 7,1 millones de fallecimientos anuales en todo el mudo, lo que representa el 13% de las muertes, seg¨²n se dice en el informe. Diversas investigaciones coinciden en que el 62% de los accidentes cerebrovasculares y el 42% de los infartos de miocardio est¨¢n causados por la hipertensi¨®n. De ah¨ª que en este ¨²ltimo informe de la OMS se inste a los gobiernos de los pa¨ªses "a adoptar pol¨ªticas y programas que promuevan intervenciones en el conjunto de la poblaci¨®n, como por ejemplo la reducci¨®n de la cantidad de sal en los alimentos procesados".
La OMS y otros organismos internacionales recomiendan el consumo de sal yodada tanto en adultos como en ni?os y sobre todo en mujeres durante el embarazo. En Espa?a existe la Fundaci¨®n Sal y Salud que sigue los criterios de estas instituciones y se encarga, entre otras cosas, de informar y difundir las ventajas del consumo de la sal yodada en la dieta (www.fundaci¨®nsalysalud.org y tel¨¦fono 93 223 78 90).
"Un d¨¦ficit del consumo de yodo puede producir cretinismo o deficiencia de madurez cerebral, p¨¦rdida de audici¨®n, ciertos retrasos mentales, problemas relacionados con el crecimiento y bocio. Por lo tanto, si se aprovecha el consumo habitual de sal con yodo se contribuye a prevenir estos problemas.
Distintos estudios demuestran que los espa?oles no alcanzan el consumo de yodo m¨ªnimo que necesita el organismo, que oscila "entre 150 y 200 microgramos diarios para la poblaci¨®n general y entre 200 y 250 microgramos para las gestantes", explica Llu¨ªs Vila, endocrin¨®logo del hospital de la Cruz Roja de Barcelona, perteneciente al grupo de trabajo sobre yodaci¨®n de la Sociedad Espa?ola de Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n (SEEN).
El excesivo consumo de sal en Espa?a se basa m¨¢s en la tradici¨®n de utilizar el salero para a?adir sal a alimentos que ya est¨¢n condimentados que al peso de las comidas precocinadas, que suelen tener mayor contenido de sal y que en otros pa¨ªses desarrollados son consumidas en mayor proporci¨®n. Otra fuente de ingesta excesiva de sal la constituyen los embutidos, las conservas, los alimentos procesados y los propios medicamentos.
La sal que se ingiere se puede eliminar por las secreciones digestivas, por las heces, pero sobre todo por el sudor y la orina. "Para conocer la cantidad de sal que una persona consume se analiza la cantidad de sodio que se elimina en la orina de 24 horas, conocido como natriuresis, y que se expresa en milimoles. Una persona que tiene un promedio de ingesta de sal de entre 10 y 15 gramos presentar¨ªa una eliminaci¨®n de sodio de 170 a 270 milimoles y una que ingiera entre 5 y 6 gramos eliminar¨ªa entre 80 y 100 milimoles", declara Luis Ruilope, responsable de la Unidad de Hipertensi¨®n del hospital Doce de Octubre de Madrid.
Seg¨²n los datos de un estudio realizado en esta Unidad de Hipertensi¨®n en 2000, en el que se analizaron a unos 4.000 enfermos, s¨®lo el 10% de los pacientes sigue el consejo de reducir la ingesta de sal, normalmente aquellas
ersonas que padecen una enfermedad cr¨®nica como hipertensi¨®n arterial, o que han sufrido un ictus o un infarto cerebral.
"Los pacientes aceptan mejor el consejo cuando la enfermedad se manifiesta, pero se necesita personal para que les recuerde que tienen que reducir el consumo. La ingesta baja de sal es beneficiosa porque, junto con el tratamiento hipertensivo, facilita el control de la presi¨®n arterial y tambi¨¦n porque, como consecuencia del mejor control, disminuye el gasto farmac¨¦utico", agrega Luis Ruilope.
Equilibrio osm¨®tico
La sal (cloruro s¨®dico), uno de los minerales m¨¢s preciados en las antiguas civilizaciones, ejerce un papel regulador esencial en el organismo, que se basa fundamentalmente en mantener el volumen l¨ªquido extracelular o intersticial, el que se encuentra entre las c¨¦lulas y dentro de los vasos sangu¨ªneos.
El agua constituye entre el 60% y el 65% de la masa corporal total. Dos terceras partes se halla repartida dentro de las c¨¦lulas o espacio l¨ªquido intracelular y el tercio restante est¨¢ situado en el l¨ªquido extracelular. Excepto los tres litros que forman parte del plasma sangu¨ªneo en el sistema circulatorio, el resto del l¨ªquido intersticial, compuesto en m¨¢s del 85% por cloro y sodio, se distribuye por los espacios que quedan entre las c¨¦lulas, con las que establece un contacto directo y de intercambio de sustancias. El agua necesita la sal para estar en equilibrio osm¨®tico con el organismo.
"Para regular la sal que se ingiere y la que se elimina existen unos sensores que informan de la cantidad que tenemos y que nos inducen a tomar m¨¢s sal cuando hay d¨¦ficit de este mineral y a beber m¨¢s agua cuando hay una disminuci¨®n de volumen", explica el doctor Juan Soler, jefe de servicio de endocrinolog¨ªa del hospital de Bellvitge de Barcelona y presidente de la Sociedad Espa?ola de Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n (SEEN).
"Se trata", a?ade, "de unas hormonas segregadas por la gl¨¢ndula suprarrenal, de las que la m¨¢s importante es la aldosterona, que hacen que retengamos sodio. Otras hormonas segregadas en el hipot¨¢lamo (estructura que se encuentra en el sistema nervioso central) regulan la sensaci¨®n de sed y el agua que perdemos por el ri?¨®n. ?ste es el ¨®rgano que elimina la sal, pero son los otros dos mecanismos endocrinos, junto con los sensores situados en los vasos sangu¨ªneos, los que dan la orden".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.