Un coraz¨®n de oro
El pasado a?o se cre¨® en Sevilla la Asociaci¨®n de Pacientes Card¨ªacos Virgen Macarena, con el ¨²nico fin de poder ayudar con sus vivencias, angustias y miedos pasados a nuevos enfermos que tuvieran la desgracia de padecer problemas cardiovasculares. Muchos de estos socios, jubilados o con invalideces laborales, tienen como filosof¨ªa de vida la devoluci¨®n en forma de tiempo, trabajo y dedicaci¨®n hacia los dem¨¢s lo mucho que la sociedad les ofreci¨® en sus a?os de actividad laboral, y han formado un equipo de voluntariado para el que las horas del d¨ªa son insuficientes en su af¨¢n de ayudar a los enfermos, que son sorprendidos por un accidente card¨ªaco ajeno unas horas antes a sus vidas. Tras los cuidados m¨¦dicos, ellos est¨¢n ah¨ª haci¨¦ndoles ver que pasaron por el mismo trance y ahora disfrutan de salud.
Comparten con nosotros, los profesionales de la salud, labores preventivas que poco lejos llegar¨ªan sin su ayuda y son los altavoces que nos permiten transmitir hasta los ¨²ltimos rincones el mensaje de que haciendo las cosas razonablemente bien se puede vivir mucho m¨¢s y, sobre todo, mucho mejor.
En este mundo tan convulso, con una medicina masificada, impersonal y defensiva, la estrecha relaci¨®n con esta asociaci¨®n nos ha ense?ado que entre todos podemos hacer las cosas mejor. Los m¨¦dicos podemos y debemos superarnos, por lo menos tanto como los pacientes, en el rigor, dedicaci¨®n y respeto mutuo. Para ello no hacen falta grandes estructuras f¨ªsicas, aunque s¨ª una fuerte predisposici¨®n psicol¨®gica a hacerlo mejor; pero a nadie se le oculta que cuando nos enfrentamos a la enfermedad, en este caso cardiovascular, no estamos ante un cuento de hadas. Nos posicionamos muchas veces ante uno de los problemas vitales m¨¢s importantes, sino el que m¨¢s, que tiene el ser humano y ante el que las autoridades sanitarias y pol¨ªticas tienen la enorme responsabilidad de responder con recursos, ayudas y soluciones para que el camino de la relaci¨®n m¨¦dico-enfermo adem¨¢s de gratificante sea eficaz.
Hace muchas d¨¦cadas, la tisis era el principal problema de salud p¨²blica y se construyeron multitud de dispensarios antituberculosos, despu¨¦s, con la explosi¨®n demogr¨¢fica, fueron las maternidades las que inundaron nuestras ciudades. Hoy son las enfermedades cardiovasculares las que ocupan m¨¢s del 30% del tiempo de nuestras urgencias, consultas y hospitalizaciones, y quiz¨¢ no se haya tenido a¨²n la rapidez de reflejos para adecuar la realidad sanitaria a esta demanda en forma de n¨²mero de camas, especialistas, ec¨®grafos, personal auxiliar, psic¨®logos, salas de hemodin¨¢mica, etc¨¦tera, aunque no nos cabe duda de que se est¨¢ en ello.
En el ¨¢rea sanitaria Virgen Macarena se tiene la voluntad de hacer las cosas mejor y estoy seguro de que en much¨ªsimas otras ¨¢reas tambi¨¦n. Allanemos entre todos las dificultades, pero sin olvidar que cuanto m¨¢s alto es el nivel de decisi¨®n, mayor el de responsabilidad.
Recibieron tambi¨¦n los primeros corazones profesionales tan valiosos como Manuel Guevara y el profesor Jos¨¦ Mar¨ªa Cruz Fern¨¢ndez, presidente de la Sociedad Espa?ola de Cardiolog¨ªa. Si cada a?o hay motivos para hacer nuevas entregas de corazones, significar¨¢ que a pesar de las dificultades hay motivos para la esperanza.
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