"Algunos hombres se pusieron a llorar"

"Estaba en el puente de mando y o¨ª un ruido muy grande, como si fuera una explosi¨®n. Ni cinco minutos despu¨¦s, el barco empez¨® a escorarse. Fue entonces cuando lanc¨¦ el primer mensaje de socorro. La tripulaci¨®n estaba muy asustada, algunos de los hombres se pusieron a llorar y supe que s¨®lo podr¨ªan complicar las cosas". As¨ª comienza la declaraci¨®n ante las autoridades espa?olas del capital del Prestige, Apostolos Mangouras, nacido el 23 de enero de 1935 en la isla griega de Ikaria, y con una experiencia mar¨ªtima de 44 a?os.

"Cuando baj¨¦ del puente de mando a la cubierta, orden¨¦ abrir el tanque de lastre, que iba vac¨ªo, para llenarlo con agua del mar y as¨ª equilibrar el buque. Una vez all¨ª abajo, comprob¨¦ que el golpe, adem¨¢s de abrir un agujero en el casco, hab¨ªa provocado que se abrieran dos ojos [tapas de registro] del tanque n¨²mero cuatro de estribor". Por esos ojos escapaba el fuel a toneladas. "Si las planchas hubieran estado viejas", explica Mangouras, "el barco se hubiera desmoronado, se hubiera ca¨ªdo a pedazos, pero se fue abriendo conforme el mar lo golpeaba, como un abrelatas".