Red Conecta imparte cursos de tecnoesperanza a los grupos m¨¢s desfavorecidos
Mujeres, inmigrantes y gitanos reciben formaci¨®n inform¨¢tica en 22 aulas repartidas por Espa?a
"Acostumbrada a quitar el polvo a los ordenadores; ¨¦sta es la primera vez que me siento delante de uno". Mariluz, inmigrante suramericana, limpiadora en un centro de e-business, ahora aprende a enviar correos electr¨®nicos. Mariluz no hab¨ªa tecleado un ordenador hasta que se embarc¨® hace unas semanas en un curso de formaci¨®n de la Red Conecta. "Soy como un bebecito que empieza desde cero", explica con su dulce acento.
Aplicadas sobre sus ordenadores, siete mujeres aprenden correo electr¨®nico en la Asociaci¨®n de Mujeres Progresistas, una de las seis aulas que Red Conecta de la Fundaci¨®n Esplai ha abierto en Madrid. En el ¨²ltimo a?o se han inaugurado otras 16 en Espa?a.
Resueltas a que el desarrollo no pase de largo frente a ellas, estas mujeres, casi todas inmigrantes, pasan la ma?ana en una corrala del castizo barrio madrile?o de Lavapi¨¦s. Llevan varias semanas aprendiendo a navegar, a manejarse con un procesador de texto, a redactar un curr¨ªculo y colgarlo en la red. Su formaci¨®n durar¨¢ dos meses.
"Todo el mundo habla de esto, y yo es la primera vez que me meto aqu¨ª", se justifica Susan, inmigrante filipina que ha pulido su acento castellano tras 15 a?os en Espa?a. El sueldo de su empleo en la hosteler¨ªa, que divide con su familia en Filipinas, no le llega para un curso de inform¨¢tica. "En el Inem me dicen que si no estoy en paro no me lo dan", cuenta."Si s¨®lo sabes fregar y limpiar te vas a pasar toda la vida en ello", reconoce con acento for¨¢neo Clara, otra de las mujeres que saca tiempo de donde puede para sentarse cada ma?ana frente a un PC. "Ahora hay m¨¢s oportunidades y yo quiero progresar". Jos¨¦ Castro es el coordinador del proyecto, que ha sido financiado principalmente por Lucent Technologies. "Intentamos que pierdan el miedo y que comiencen a ver la tecnolog¨ªa como una herramienta". Mujeres maduras y desempleadas, j¨®venes, y en general los grupos sociales m¨¢s desfavorecidos son los destinatarios de un programa que trata de reducir la diferencia entre los que saben y los que no saben manejar un ordenador.
En Espa?a usa el ordenador un tercio de la poblaci¨®n, y algo menos de un cuarto se conecta a Internet, m¨¢s hombres que mujeres. La proporci¨®n es de seis a cuatro, seg¨²n EGM.
M¨¢s de 2.000 personas han recibido formaci¨®n en los centros de Conecta, en la primera mitad del a?o. "Los alumnos recuperan un poquito de autoestima, y esto s¨ª que lo valoran", comenta Castro. Algunas acaban por engancharse. "Dos se?oras de 56 a?os han decidido matricularse en la Universidad tras finalizar el curso", cuenta Lola, dinamizadora de un aula.
Otras piensan sacarle a las clases todo el partido. Como Sagrario, desempleada, que se ha visto superada por los cambios acelerados de las nuevas tecnolog¨ªas. Siete a?os atr¨¢s manejaba un ordenador en su empleo de administrativa, hasta que tuvo que abandonarlo. Ahora se pasa casi dos horas en el transporte p¨²blico cada ma?ana para llegar puntual a las clases. "Ma?ana me traen el ordenador, pero lo voy a utilizar para m¨¢s cosas que para buscar trabajo", habla orgullosa. "Voy a editar un cuento que preparo con una amiga".
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