Joan Perucho gana el Premio Nacional de las Letras
"Ante todo soy y me siento poeta", afirm¨® ayer el escritor catal¨¢n
Joan Perucho (Barcelona, 1920), poeta, narrador y ensayista, obtuvo ayer el Premio Nacional de las Letras con estupor, emoci¨®n y alegr¨ªa. Desbordado por llamadas de felicitaci¨®n y por la prensa, su mayor sorpresa fue enterarse que este galard¨®n, en reconocimiento a toda su obra, ten¨ªa, adem¨¢s, dotaci¨®n econ¨®mica (30.060 euros). Perucho, que ha practicado todos los g¨¦neros y ha roto las fronteras entre ellos, dijo que sobre todo es poeta.
Perucho, que naci¨® en el barcelon¨¦s barrio de Gr¨¤cia, se siente "c¨®modamente biling¨¹e". "Mi padre era catal¨¢n y mi madre naci¨® en Medina del Campo. Me he educado leyendo tanto a Ramon Llull y Ausi¨¤s March como a Quevedo y Cervantes". Lector desde muy joven de Eugeni d'Ors, ha seguido siempre su consejo: "Ser¨¢s escritor siempre que sigas los consejos del ¨¢ngel custodio: la vocaci¨®n y el destino". "Y eso he hecho, he trabajado mucho".
Autor de una vasta obra, se inici¨® en la poes¨ªa con Sota la sang (1947) y Aurora per a vosaltres (1951). En 1953 public¨® Diana i la mar morta, prosas breves, que obtuvo el Premio Xandri, que se otorg¨® en S?o Paulo (Brasil) en los Juegos Florales de la Lengua Catalana en el exilio. Posteriormente fue incluido, junto a otros textos, en Roses, diables i somriures. La mayor satisfacci¨®n de Perucho es que Diana i la mar morta la reeditar¨¢ en enero Edicions 62, editorial que ha publicado buena parte de su obra. "Diana i la mar morta es mi libro preferido", afirm¨® ayer Perucho.
Pese a que algunas de sus novelas, como Llibre de cavalleries (1957) o Les hist¨°ries naturals (1960) le dieron un gran reconocimiento, ¨¦l iniste en que, por encima de todo es y se siente poeta. "Te miras en un espejo y te ves a ti mismo. ?Pero qu¨¦ hay detr¨¢s? Los ¨²nicos que lo saben son los santos y los poetas: detr¨¢s del espejo, est¨¢ la eternidad".
Aunque se reconoce biling¨¹e y ha publicado indistintamente en catal¨¢n y en castellano, explic¨® ayer que algunos hechos le inclinaron hacia el catal¨¢n. "El primero fue la experiencia de la guerra. Estuve en los dos ej¨¦rcitos. Con el republicano estuve en una unidad de bater¨ªas antia¨¦reas en el barrio del Carmel en Barcelona. Cuando entraron los nacionales y, como no me encontraron con un arma en la mano, el ¨²nico castigo fue que me llevaron a Valladolid y me incorporaron en el cuartel de San Quint¨ªn. Ten¨ªa un r¨®tulo que dec¨ªa: 'De aqu¨ª se sale para la muerte'. ?Qu¨¦ horror! Nunca lo olvidar¨¦". Cuando empez¨® la guerra Perucho ten¨ªa 16 a?os.
El regreso a Barcelona fue de impacto. "Lo primero que vi en la universidad, donde estudi¨¦ Derecho, fue un cartel que dec¨ªa: 'Si eres espa?ol habla la lengua del Imperio'. Con mis compa?eros Antoni Vilanova y N¨¦stor Luj¨¢n pens¨¦ qu¨¦ ten¨ªamos que hacer algo y empezamos a trabajar en la revista Destino. Pero no sirvi¨® de nada".
Acabada la carrera, hizo oposiciones a juez y en la judicatura estuvo hasta 1984. "Era un trabajo muy ingrato, nunca sab¨ªas si acertabas o no, si dictabas una sentencia justa o no, si te enga?aban... Lo ¨²nico bueno que ten¨ªa es que s¨®lo trabajaba por la ma?ana. Por la tarde me dedicaba a lo que m¨¢s me gustaba: escribir. Puedo decir que buena parte de mi obra la he escrito por la tarde en el despacho de los juzgados".
Escribi¨® novelas como Les aventures del cavaller Kosmas (1981), Pamela (1983) o Un viatge amb espectres (1984). El humor y la iron¨ªa son constantes de su obras, como tambi¨¦n su gusto por lo fant¨¢stico. "Escrib¨ª literatura fant¨¢stica, porque no me gusta la realidad".
De su narrativa cabe citar asimismo Galer¨ªa de espejos sin fondo, Aparicions i fantasmes, Historias secretas de balnearios, Diario ap¨®crifo de Octavio Romeu o Perucho: cuentos.
Perucho, que ejerci¨® desde muy joven como cr¨ªtico de arte, ha escrito ensayos como Gaud¨ª, una arquitectura de emancipaci¨®n o Joan Mir¨® y Catalu?a.
Ayer, entre risas, cont¨® c¨®mo la exhumaci¨®n de un cad¨¢ver le hizo pensar en T¨¤pies. "Una vez, cuando era juez, me toc¨® asistir junto al m¨¦dico forense a la exhumaci¨®n de un cad¨¢ver. Me impresion¨® mucho cuando sacaron el f¨¦retro, la tapa era de un color gris, se reflejaban una especie de grafismos y parec¨ªa que sal¨ªan unos flujos rojizos. Pens¨¦ que lo hab¨ªan enterrado vivo, pero el forense me tranquiliz¨®. Es normal, me dijo, pero lo relacion¨¦ con un cuadro de T¨¤pies: las estructuras y elementos de la muerte que est¨¢n detr¨¢s de las cosas. Cuando se lo dije a T¨¤pies no le gust¨® nada". El jurado del premio, dotado con 30.060 euros, estaba presidido por el director general del Libro, Fernando Lanzas, e integrado por Luis Gonz¨¢lez Mart¨ªn, Gregorio Salvador, Andr¨¦s Fern¨¢ndez-Albalat, Andolin Eguzkitza, Joaquim Mallafr¨¦, Enrique Baena, Luis Landero, Julia Barella, Carme Riera, Francesc Parcerisas y Miguel Garc¨ªa-Posada.
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