"Nuestra detenci¨®n fue un error" afirma el espa?ol retenido por el atentado de Kenia

Con cara de no haber dormido en varios d¨ªas, la ropa y el pelo mugrientos, pero con una sonrisa abandonaron ayer por la ma?ana la comisar¨ªa del puerto de Mombasa el espa?ol Jos¨¦ Tena, de 26 a?os, y la norteamericana Alicia Kalhammer, de 31, el matrimonio de turistas confundidos por terroristas por la polic¨ªa de Kenia. La investigacion ha demostrado que no tienen relaci¨®n con el doble atentado antiisrael¨ª en Mombasa que se cobr¨® 16 vidas. "Nuestra detencion fue un error. Nos separaron y no nos dejaron llamar a casa", dijo ayer el madrile?o Jos¨¦ Tena.

"Nos detuvieron por estar en el sitio equivocado en el momento equivocado", a?ad¨ªa ayer Jos¨¦ Tena, un madrile?o residente en Florida. El lugar equivocado fue el hotel Le Soleil, uno de los muchos complejos tur¨ªsticos que salpican la paradis¨ªaca playa de Kikambala, pero ubicado muy cerca del hotel que sufri¨® el atentado.

"As¨ª son las leyes en Kenia, sin ning¨²n motivo te pueden detener y encarcelar"

"Hab¨ªamos llegado all¨ª dos d¨ªas antes", comenta Jos¨¦ Tena. "El hotel estaba lleno de israel¨ªes y el jueves por la ma?ana nos asustamos mucho porque todo el mundo estaba llamando a la Embajada, a sus familias, muchos lloraban. No hab¨ªamos escuchado la explosi¨®n. No sab¨ªamos nada acerca de ella hasta que nos lo dijo el gerente del hotel y puso las noticias de la CNN".

La noticia del atentado asust¨® a Jos¨¦ y a Alicia. "Quer¨ªamos estar seguros de que nada nos iba a ocurrir", agreg¨® Jos¨¦, "por eso decidimos salir de ah¨ª cuanto antes. En caso de que hubiera un nuevo ataque quer¨ªamos estar en un lugar seguro". Sin embargo, fue su urgencia por abandonar el hotel lo que levant¨® las sospechas del personal de la recepci¨®n. Cuando la pareja hispano-estadounidense sal¨ªa del recinto en su veh¨ªculo alquilado, un polic¨ªa de paisano y el guarda de seguridad del hotel los detuvieron y les obligaron a acompa?arles a comisar¨ªa.

"As¨ª son las leyes en Kenia, sin ning¨²n motivo te pueden detener y encarcelar por el tiempo que quieran", espeta Tena. Por su parte, Alicia, una norteamericana hija de un diplom¨¢tico retirado, asegura que "no nos dejaron siquiera telefonear a nuestras familias". "Nos llevaron a comisar¨ªa", relata, "y nos separaron para interrogarnos. Nos preguntaron tonter¨ªas, de d¨®nde ¨¦ramos, d¨®nde hab¨ªamos estudiado. Nada en relaci¨®n a los atentados". Seg¨²n la joven, el primer d¨ªa "estaba aterrorizada, porque no ten¨ªamos ni idea de por qu¨¦ nos ten¨ªan detenidos y nadie, ni nuestras familias ni la Embajada, sab¨ªa d¨®nde est¨¢bamos y lo que nos estaba pasando. Yo he vivido en el extranjero con mi familia y s¨¦ lo que pasa. Adem¨¢s, tambi¨¦n veo pel¨ªculas. Yo me estaba imaginando lo peor". "El segundo d¨ªa", prosigue Alicia, "uno de nuestros amigos nos localiz¨® y a trav¨¦s de ¨¦l nos pusimos en contacto con la Embajada. Entonces me sent¨ª mucho mejor y toda la tensi¨®n acumulada que llevaba dentro explot¨®. Me puse a llorar sin parar. Fue una sensaci¨®n de alivio incre¨ªble".

Enseguida lleg¨® el personal de la Embajada norteamericana, as¨ª como el c¨®nsul honorario de Espa?a en Mombasa, que han agilizado los tr¨¢mites para la liberaci¨®n de los j¨®venes. Durante las m¨¢s de 48 horas que la pareja estuvo retenida fue interrogada por la polic¨ªa en tres ocasiones, "aunque fueron muy correctos", puntualiza Alicia.

Su condici¨®n de extranjeros, blancos y turistas no les ayud¨® a conseguir un trato de favor: "La primera noche la pasamos tras el mostrador de la recepci¨®n, durmiendo sobre unas sillas. El segundo d¨ªa, tras interrogarnos por tercera vez, nos llevaron a una celda en el patio interior de la comisar¨ªa. All¨ª hemos dormido, sobre el suelo y a la intemperie, como cualquier detenido".

En cuanto a la comida, Alicia asegura que "no nos dieron ninguna, excepto la noche del viernes, que cenamos ugali (pasta de harina de ma¨ªz) con jud¨ªas, pero no hemos pasado hambre porque dimos dinero a los guardias y ellos fueron a comprar galletas o aquello que pudieran encontrar". Tanto Jos¨¦ como Alicia aseguran, a pesar de todo, que "la gente que nos rodeaba, los funcionarios, los que nos llevaban agua, comida, todos nos han ayudado mucho. Nos dec¨ªan 'parece que no es nada grave, pronto vais a ser liberados porque obviamente ha habido un error'. Est¨¢bamos con gente que nos hac¨ªa sentir bien".

No es la primera vez que Alicia viaja a Kenia. De ni?a vivi¨® con su familia en Nairobi durante cuatro a?os. Para ella, ¨¦ste era un viaje nost¨¢lgico, para recuperar, junto con su marido, Jos¨¦, el recuerdo de su ni?ez. Pero la mala suerte les ha acompa?ado durante las tres semanas que llevan en el pa¨ªs: "En Nairobi estuvieron a punto de robarnos el coche que conduc¨ªamos. Menos mal que cerramos los seguros a tiempo". Y a pesar de esta experiencia decidieron viajar a Mombasa y ahora est¨¢n decididos a continuar sus vacaciones. Pero antes se dar¨¢n una ducha y se tomar¨¢n una cerveza.