Un retrato distorsionado
Como estaba previsto por el consenso de analistas de coyuntura y avanz¨® el Banco de Espa?a hace semanas, el PIB creci¨® en el tercer trimestre un 0,8% respecto al trimestre anterior (3,2% en tasa anualizada, como acostumbran a presentar los norteamericanos) y un 1,8% respecto al mismo periodo del a?o anterior. Estas cifras tienen dos interpretaciones aparentemente contradictorias. Si utilizamos la tasa intertrimestral, podemos decir que la econom¨ªa espa?ola ha acelerado su ritmo de crecimiento, puesto que esta tasa fue del 0,5% en los dos primeros trimestres del a?o. Pero si, como es usual por estos pagos, se utiliza la tasa interanual, entonces la conclusi¨®n es la contraria, pues la tasa del segundo trimestre fue superior en dos d¨¦cimas porcentuales.
La econom¨ªa espa?ola crece m¨¢s que el resto de socios de la UE, pero de forma desequilibrada
Ya he comentado en ocasiones anteriores que, en teor¨ªa, las tasas m¨¢s id¨®neas para saber cu¨¢l es el comportamiento reciente de una econom¨ªa son las trimestrales, pues las interanuales nos dicen cu¨¢l ha sido el crecimiento en los ¨²ltimos cuatro trimestres, pero no en el ¨²ltimo. El problema es que nuestro sistema estad¨ªstico (y el del resto de pa¨ªses europeos) no tiene la calidad suficiente para dar por fiables las primeras estimaciones de la Contabilidad Nacional Trimestral (CNTR). ?stas suelen cambiar notablemente en sucesivas revisiones, lo que da lugar a cambios en las tasas, mucho m¨¢s acusados en las intertrimestrales que en las interanuales, por lo que ser¨ªa arriesgado sacar conclusiones definitivas a partir de las primeras. Tendremos que seguir utilizando, pues, las tasas interanuales, pero siendo conscientes de que las mismas son indicadores retrasados. As¨ª, la desaceleraci¨®n del crecimiento que se deduce de la cifra se?alada del 1,8% hay que atribuirla al trimestre anterior, no al ¨²ltimo. Para saber qu¨¦ ha pasado en el tercer trimestre tendremos que esperar a las estimaciones del cuarto. En definitiva, es complicado conocer cu¨¢l es el ritmo de crecimiento reciente de nuestra econom¨ªa. Por eso resulta absurdo pelearse por unas d¨¦cimas, siendo m¨¢s significativo analizar las tendencias y la composici¨®n del crecimiento, pues eso nos dir¨¢ qu¨¦ puede pasar en el futuro pr¨®ximo.
Hablando de fiabilidad, a m¨ª me parece que la CNTR no est¨¢ reflejando adecuadamente el comportamiento de nuestra econom¨ªa y las bases de su crecimiento. Con los indicadores disponibles, da la impresi¨®n de que el consumo privado crece a tasas significativamente superiores a las estimadas y, en vez de desacelerarse, parece haber recobrado nuevos br¨ªos. Tambi¨¦n me da la impresi¨®n de que hay m¨¢s consumo p¨²blico, a pesar de que el INE ya ha revisado al alza las cifras de los trimestres anteriores. Todo ser¨ªa m¨¢s coherente tambi¨¦n con la elevada inflaci¨®n que padecemos. Sin embargo, esto no nos llevar¨ªa a elevar la tasa de crecimiento del PIB, pues tambi¨¦n los flujos del comercio exterior en t¨¦rminos reales parecen distorsionados. A la vista de los datos de Aduanas de septiembre publicados un d¨ªa despu¨¦s de la CNTR, las exportaciones parecen sobreestimadas y, sobre todo, las importaciones, bastante infraestimadas. Es decir, que la aportaci¨®n del sector exterior al crecimiento no habr¨ªa sido neutra, sino varias d¨¦cimas negativa.
En definitiva, la econom¨ªa espa?ola crece m¨¢s que el resto de socios de la UE, pero de forma desequilibrada, con demasiada inflaci¨®n y escasez de ahorro, lo que no constituye una base s¨®lida para los pr¨®ximos a?os.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigaci¨®n Econ¨®mica y Social (FUNCAS).
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