El Atl¨¢ntico arroja los cad¨¢veres de 32 subsaharianos a una playa del norte del S¨¢hara Occidental
Las autoridades marroqu¨ªes que controlan el S¨¢hara Occidental han comunicado a la agencia oficial MAP el hallazgo de 32 cad¨¢veres de ciudadanos subsaharianos en la zona de costa situada 40 kil¨®metros al norte de El Aai¨²n, a la altura de la localidad de Daora. La agencia France Presse, que cita fuentes de la Gendarmer¨ªa Real, va m¨¢s all¨¢: seg¨²n afirma, el n¨²mero de cuerpos encontrados asciende a 39 y podr¨ªa aumentar en las pr¨®ximas horas.
Los marroqu¨ªes especulan que los fallecidos deb¨ªan ir a bordo de una patera que naufrag¨® cuando intentaba llegar a Canarias. Sin embargo, la capacidad de las embarcaciones de madera que zarpan desde las costas saharauis hacia el archipi¨¦lago no suele superar las 20 personas. Esto hace sospechar que se trata del naufragio de m¨¢s de una lancha. Los cad¨¢veres fueron trasladados la noche del s¨¢bado a la morgue de El Aai¨²n.
El hecho de que las autoridades de Rabat hayan decidido dar publicidad a una tragedia de este tipo es inusual. Los habitantes de El Aai¨²n, tanto saharauis como marroqu¨ªes, est¨¢n al corriente de la continua aparici¨®n en las playas de cad¨¢veres de subsaharianos que intentan alcanzar las costas de Lanzarote y de Fuerteventura en fr¨¢giles embarcaciones patroneadas por sus propios vecinos. Esos hallazgos no suelen trascender a los medios de comunicaci¨®n.
Hace un mes, un habitante del territorio recorri¨® durante tres d¨ªas y tres noches la costa cercana a la capital del S¨¢hara en busca de un hijo adolescente que acababa de huir en una patera. Ese hombre angustiado relat¨® a EL PA?S que en el trayecto encontr¨® 11 cad¨¢veres de subsaharianos tirados en la arena. ?l les iba dando la vuelta para comprobar si alguno de ellos era el de su muchacho.
Subirse a una patera y llegar al para¨ªso canario es la ambici¨®n de gran parte de los habitantes de El Aai¨²n, sobre todo de los j¨®venes. Los saharauis manifiestan su deseo de huir de la represi¨®n de las autoridades, y los colonos marroqu¨ªes no ocultan su intenci¨®n de escapar de la pobreza y la falta de expectativas. Durante la ¨²ltima d¨¦cada, Rabat ha inyectado en la antigua provincia espa?ola 400.000 colonos a los que prometi¨® un futuro halag¨¹e?o y con los que intent¨® alterar el censo del refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n previsto por la ONU. La mayor¨ªa de ellos se hacinan hoy en arrabales de adobe y viven de las subvenciones oficiales. El ocio y el malestar les llevan a arriesgar la vida en embarcaciones que a veces fletan ellos mismos y otras veces contratan a las mafias que operan en el territorio.
Las autoridades marroqu¨ªes aseguran que han abierto una investigaci¨®n para determinar las causas de la tragedia. Tambi¨¦n afirman que han detenido a numerosos inmigrantes subsaharianos, que son internados en el antiguo polideportivo de la ciudad. Sin embargo, nunca han podido responder a las acusaciones de corrupci¨®n contra los militares encargados de vigilar los muros y los campos de minas desplegados contra el Frente Polisario, que los subsaharianos deben atravesar para alcanzar la costa.
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