Las alforjas gays
Aprobada la Ley de Parejas de Hecho en el Parlamento de Andaluc¨ªa se han hecho declaraciones triunfalistas de autocomplacencia institucional que han dado escaso margen para el an¨¢lisis cr¨ªtico.
Es un paso hacia delante,pero tard¨ªo, insuficiente y plagado de errores. Una ley tard¨ªa porque el movimiento de gays, lesbianas y transexuales pide ya el derecho al matrimonio y a la adopci¨®n. La reforma del C¨®digo Civil est¨¢ en el objetivo b¨¢sico.
Esta ley pod¨ªa haber recogido instar al Gobierno central a cambiar la legislaci¨®n vigente en materia de matrimonio y adopci¨®n. No lo ha hecho.
Tampoco ha recogido el car¨¢cter retroactivo de aplicaci¨®n de la misma, con lo que los juicios pendientes entre familias de fallecidos y la pareja sobreviviente en parejas de hecho quedar¨¢n a criterio moral del juez pertinente. A la tristeza de la p¨¦rdida debe sumar ahora su indefensi¨®n ante las pretensiones de las familias que guiadas por el lucro niegan la realidad de la pareja.
Siendo esto grave, a¨²n lo es m¨¢s el concepto mismo de pareja de hecho que define esta ley. Entre las causas de disoluci¨®n de la pareja est¨¢ el que uno de los miembros contraiga matrimonio. Sorprendente. Esto es exactamente la sacralizaci¨®n del matrimonio sobre las parejas de hecho. La disoluci¨®n de una pareja se debe hacer por acuerdo mutuo o por decisi¨®n de uno de los integrantes. Posteriormente, se podr¨¢ contraer matrimonio o formar otra pareja de hecho. Parece razonable que un acuerdo se formalice en su ruptura antes de acceder a otro modelo convivencial. No es razonable que el matrimonio suponga la ruptura de la pareja de hecho de forma autom¨¢tica, porque deja en la indefensi¨®n jur¨ªdica a la parte afectada.
La definici¨®n de convivencia asociada a la pareja se hace ciertamente retr¨®grada. Algunas parejas universalmente reconocidas como tales, como Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre, no conviv¨ªan bajo el mismo techo. Esto no imped¨ªa que efectivamente fueran el uno para el otro su referente afectivo y sexual, y por lo tanto su pareja real. Si a los matrimonios esto no se le exige, ?por qu¨¦ a las parejas de hecho s¨ª?
Los transexuales ni son mencionados. Su realidad cae en un vac¨ªo de desprotecci¨®n absoluta.
Si a estas lagunas le a?adimos que el Parlamento ha tardado dos a?os, desde septiembre de 2000 en que PSOE, PA y PP derrotaron el proyecto progresista de IU, parece que el tiempo invertido ha sido excesivo para tan escasos resultados.-
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