"No podemos volver a llegar tarde, hay que evitar otro 'Prestige"

Loyola de Palacio dice rebelarse contra la fatalidad. Vicepresidenta de la Comisi¨®n Europea, adem¨¢s de responsable de Transportes, De Palacio (Madrid, 1950), la persona que ha gestionado la crisis del Prestige desde Bruselas, ha encajado la cat¨¢strofe con indignaci¨®n. Asegura que ya antes de la marea negra del Erika en Francia, en diciembre de 1999, hab¨ªa empezado a trabajar en la seguridad mar¨ªtima porque ama el mar y vivi¨® de cerca otro desastre ecol¨®gico: el del Mar Egeo. Ahora quiere aprovechar la nueva cat¨¢strofe, "coger en caliente" a los gobiernos de la UE para que dejen de arrastrar los pies y refuercen la seguridad mar¨ªtima.

Pregunta. La Comisi¨®n se ha apresurado a presentar nuevas medidas.

"Hemos descubierto tras el accidente que hay puertos que casi no inspeccionan"

Respuesta. Que conste que hice lo mismo tras la cat¨¢strofe del Erika. Ahora, adem¨¢s, es que conozco esas costas. Este verano nad¨¦ cerca de Noia junto a unos delfines. Pero yo he podido ir ahora all¨ª y mirar a los ojos a los patrones de las cofrad¨ªas y decirles que no ha sido culpa de la Comisi¨®n, que hicimos propuestas, avisamos de la urgencia y lamentablemente hemos llegado tarde. Y no hay que volver a llegar tarde. Hay otros barcos con riesgo cierto todos los d¨ªas. Tenemos que evitar otro Prestige.

P. Por lo que estamos viendo, parece que estuvi¨¦ramos indefensos ante unas normas internacionales complicadas que rigen en el mar y cuyas consecuencias pagan otros.

R. El derecho mar¨ªtimo internacional no ha evolucionado. Hasta principios del siglo XX, el capit¨¢n era due?o y se?or del barco; antes ten¨ªa sentido porque s¨®lo pon¨ªa en riesgo al barco, a sus pasajeros y su mercanc¨ªa. Ahora puede contaminar cientos de kil¨®metros, arruinar a miles de familias y generar un desastre ecol¨®gico importante. Y ha habido demasiados casos, Amoco C¨¢diz, Mar Egeo, Erika, Prestige. EE UU lo solucion¨® f¨¢cilmente gracias a su situaci¨®n geogr¨¢fica aislada, pero tambi¨¦n porque tuvo decisi¨®n y voluntad pol¨ªtica. Y Europa no la tuvo. Y la tuvo arrastrando los pies tras el Erika. Por eso hemos llegado tarde.

P. Ustedes proponen ahora medidas penales. ?Se conseguir¨¢ as¨ª que haya m¨¢s indemnizaciones por parte de los que provocan el desastre?

R. Ahora las indemnizaciones se afrontan con dinero p¨²blico y con ese fondo creado por las petroleras y limitado a 200 millones de d¨®lares. El armador aporta 25 millones, lo que es muy poco. Por eso pido que suba el techo del fondo y que en caso de negligencia grave pueda haber una responsabilidad penal. Pero ya hay medidas a nivel europeo que si estuvieran en vigor habr¨ªan podido evitar un nuevo desastre. Con ellas, el Prestige habr¨ªa sido controlado en Kalamata (Grecia) o en Gibraltar. Hay que aprovechar esta tragedia para reforzar las medidas. Los Estados no pueden retrasarlas.

P. Ha vivido usted un fuerte encontronazo por esta crisis con Grecia, pero sobre todo con el Reino Unido por el puerto de Gibraltar.

R. Hemos descubierto tras el accidente que hay puertos que casi no inspeccionan y algunos se han picado por ello. Lo siento mucho, pero no soy la culpable de que en un puerto con miles de escalas s¨®lo haya dos controles . Si no queremos banderas de conveniencia, tampoco puertos de conveniencia. Y me dan igual los intereses que haya detr¨¢s. En una sociedad desarrollada como la europea, nadie puede permitir que mercanc¨ªas peligrosas, como el fuel pesado, pueda viajar en unos barcos viejos que se pueden partir por la mitad, como ha pasado ya dos veces en los ¨²ltimos a?os. ?Desde cu¨¢ndo permitimos que material peligroso circule por nuestras carreteras en camiones anticuados? Lo mismo que exigimos en las carreteras y en el aire tenemos que exigir en el mar. ?Acaso ensuciar el mar es gratis?

P. Esta ma?ana no ha querido pronunciarse sobre las cr¨ªticas que est¨¢ recibiendo el Gobierno espa?ol. ?Ni siquiera hay normas internacionales sobre c¨®mo gestionar una marea negra?

R. He vivido el desastre del Erika y del Prestige. Son dos casos similares en los que sendos gobiernos han actuado exactamente de la misma manera. A partir de ah¨ª, mi responsabilidad es otra: actuar en la prevenci¨®n, porque ante un vertido como este ya es muy dif¨ªcil responder. Estoy trabajando con Philippe Busquin para ver tambi¨¦n c¨®mo reaccionar ante tales situaciones. S¨®lo hay estudios sobre la valoraci¨®n del envejecimiento de los barcos en relaci¨®n con su actividad y las reparaciones sufridas. Tambi¨¦n estoy trabajando con Margot Wallstr?m, comisaria de Medio Ambiente, sobre estas cuestiones.