El fuel contamina las islas protegidas de S¨¢lvora y Ons y amenaza el archipi¨¦lago de las C¨ªes
Los pescadores y mariscadores de la R¨ªa de Arousa se quejan de la falta de apoyo del Gobierno
La marea negra sigui¨® ayer avanzado hacia el sur, se situ¨® en la fachada de las tres R¨ªas Bajas gallegas y llev¨® consigo un rastro de c¨®lera y abatimiento entre centenares de pescadores que tuvieron que salir al mar para defenderse por su propios medios de la invasi¨®n de fuel. La batalla para salvar estas r¨ªas ofrece un cuadro desolador de la impotencia de las autoridades espa?olas para hacer frente a la cat¨¢strofe, que amenaza tambi¨¦n con llegar a Francia, cuyo Gobierno ha declarado la alerta en su costa atl¨¢ntica.
En primera l¨ªnea de defensa de las R¨ªas Bajas est¨¢n los barcos anticontaminaci¨®n, todos extranjeros. Por detr¨¢s de ellos, pescadores y mariscadores que se las ingenian para achicar fuel de forma casi artesanal, sin contenedores suficientes para depositar los residuos, cubiertos de alquitr¨¢n hasta la cabeza y rif¨¢ndose ropas de agua, mascarillas y guantes.
"Hace quince d¨ªas nos llamaban alarmistas y ahora tenemos las manchas a la puerta"
"El barco es ahora lo que menos importa. Barcos hay muchos, pero r¨ªa s¨®lo hay una"
La cat¨¢strofe avanza, y con ella, el desastre organizativo, que depara escenas inveros¨ªmiles en algunos puertos e hizo estallar la tensi¨®n entre los marineros, obligados a valerse por s¨ª mismos. Hartos de partirse el espinazo achicando fuel con gr¨²as y aparejos de pesca, un grupo de mejilloneros increp¨® en el puerto de Agui?o al alcalde de Ribeira, Jos¨¦ Luis Torres Colomer, y a su colega de Boiro, Jes¨²s Alonso.
Los barcos, ansiosos por volver al mar para seguir achicando fuel, tuvieron que estar parados casi tres horas. Las imprecaciones fueron subiendo de tono y al final no dejaban libre a ninguna autoridad. "?Por favor, m¨¢ndame lo que tengas, cualquier cosa!", gritaba desesperado por su m¨®vil Guillermo Alonso, gerente de una asociaci¨®n mejillonera, a un empresario de efectos navales de la zona. "?Cualquier contenedor que puedas m¨¢ndamelo ya! Tenemos que buscarnos la vida porque nos han dejado tirados". Cuando aparecieron los contenedores, algunos barcos ya no pudieron volver al mar. El d¨ªa se hab¨ªa cerrado de niebla, mientras las malditas manchas segu¨ªan avanzando hacia la r¨ªa.
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