Control en origen
La UE dedicar¨¢ 934 millones de euros a programas orientados a controlar en origen los flujos de inmigrantes. Es la primera vez que se ordenan y cuantifican pol¨ªticas hasta ahora dispersas en relaci¨®n a un problema que figura entre las preocupaciones primeras de los europeos, seg¨²n las encuestas. La decisi¨®n incide en el debate, abierto en junio en la cumbre de Sevilla, sobre la relaci¨®n entre ayuda exterior e inmigraci¨®n.
Los 13 millones de inmigrantes legales que hay en la UE han compensado la baja tasa de natalidad de la mayor¨ªa de sus pa¨ªses. El reciente informe de la ONU sobre poblaci¨®n mundial (que, por ejemplo, prev¨¦ una reducci¨®n de 10 millones en la espa?ola para 2050) alerta sobre los efectos de esa baja tasa sobre la sostenibilidad del Estado de bienestar. Pero un flujo incontrolado (m¨¢s de tres millones de irregulares en la UE) puede tener efectos sociales desestabilizadores, en particular por su incidencia en el mercado laboral, y favorecer un modelo de desarrollo econ¨®mico basado en mano de obra barata, insostenible a medio plazo.
Hay consenso por ello en buscar un equilibrio, lo que implica la cooperaci¨®n de los pa¨ªses de origen. La idea de condicionar la ayuda al desarrollo de esos pa¨ªses a un control m¨¢s efectivo de su emigraci¨®n no ha sido abandonada del todo. El argumento en contra es que a menos ayuda, m¨¢s inmigraci¨®n: regular e irregular. El criterio dominante en la UE es mantener las ayudas comprometidas pero con posibilidad de congelarlas si no hay cooperaci¨®n. Ello plantea problemas delicados, como el de Marruecos, pa¨ªs al que se pide que controle tanto a sus emigrantes potenciales como a los de terceros pa¨ªses (incluidos aquellos que no necesitan visado para entrar), instalados en su territorio a la espera de una oportunidad de pasar a Europa.
Un mayor control de tales movimientos requiere m¨¢s fondos, pero incluso esto plantea problemas: Marruecos ha rechazado, y seguramente por razones m¨¢s psicol¨®gicas que pol¨ªticas, unos equipos de control de documentaci¨®n en frontera facilitados por Espa?a (y financiados en parte por la UE) para detectar pasaportes falsos. El debate, por tanto, no est¨¢ cerrado. La idea que simplemente propugna eliminar todo control y aumentar las ayudas para que no haya necesidad de emigrar es ut¨®pica: pasar¨¢n d¨¦cadas antes de que se manifiesten los efectos de esas ayudas. M¨¢s l¨®gico ser¨ªa eliminar las trabas a las exportaciones de sus productos, pero ello choca con intereses muy arraigados en esta parte del mundo.
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