Las pulsaciones ocultas
Extra?a y asombrosa novela, sin duda el logro m¨¢s alto de su autor junto a Moby Dick, Pierre ha tenido la desdicha de ser rechazada en su ¨¦poca y considerada despu¨¦s, en el mejor de los casos, como una heroica extravagancia de su autor. Pero no: el mismo Melville la consideraba una obra de mayor calado y ambici¨®n que la historia de la ballena blanca y con ese ¨¢nimo se meti¨® en ella. Lo que sucede es que donde en Moby Dick predomina el valor simb¨®lico aqu¨ª domina lo tr¨¢gico, aunque ambos sean dos relatos construidos de modo semejante: alternando los acontecimientos con reflexiones e informaciones sobre la vida ballenera, en el uno, y con consideraciones de orden moral y filos¨®fico, en el otro. En uno, el monstruo es la ballena; en el otro, el monstruo es Pierre Glendinning.
PIERRE O LAS AMBIG?EDADES
Herman Melville Traducci¨®n de Marta P¨¦rez Alfaguara. Madrid, 2002 552 p¨¢ginas. 23,20 euros
Unas palabras de la madre de Pierre -cuyo orgullo no es inferior al de su hijo- resumen el sentido tr¨¢gico de esta historia: "Ruego a los cielos", dice, "que (Pierre) muestre su valor en alguna grata empresa que le aporte la dicha, y que no sea llamado a comportarse como h¨¦roe de una causa sin esperanza, ya que las causas oscuras o desesperadas convierten al hombre, por su crueldad, en un salvaje". Una causa desesperada -heroicamente desesperada, para ser m¨¢s precisos- es la que llevar¨¢ a Pierre al desastre. Tras la exposici¨®n de los paradisiacos anhelos de Pierre y su madre, la aflicci¨®n se cuela en el para¨ªso en forma de una carta que revela a Pierre un terrible secreto: la existencia de una medio hermana bastarda. Todo el orden moral y familiar aprendido hasta entonces se tambalea bajo el efecto de esta realidad que pronto constata, pero -y ¨¦sta es la formidable apuesta de Melville y su no menos formidable originalidad- Pierre reacciona ante ello no acomod¨¢ndose a las circunstancias, sino por medio de un acto de sublimaci¨®n de la r¨ªgida educaci¨®n recibida: ofreciendo en sacrificio su propia persona y poniendo en ello todo el ardor en cumplirlo que ponen el h¨¦roe o el santo, pero tambi¨¦n el fan¨¢tico: hasta el extremo de la inmolaci¨®n. Y eso lo convertir¨¢ en un ser monstruoso.
Del fondo del asunto emerge en primer lugar su conciencia de perfecci¨®n; en segundo lugar, su propio inconsciente, ?y este conflicto lo plantea cuatro a?os antes del nacimiento de Freud! El choque entre la idea de perfecci¨®n y sabidur¨ªa de un alma educada en la honorabilidad y las pulsiones ocultas que la acompa?an al expandirse ese alma juvenil es la l¨ªnea conductora del conflicto de este libro. Eso supone intentar construir un personaje desde adentro; Melville no dispone de los medios de expresi¨®n de la psicolog¨ªa de personajes de que dispondr¨¢n Henry James o Marcel Proust y, por tanto, se los inventa. Esto recarga de filosof¨ªa, de reflexi¨®n y de una prosa empastada entre lo g¨®tico y lo rom¨¢ntico el paso lento y firme de la novela. Rom¨¢ntica es la parte que trata de los ideales de vida; g¨®tica la parte oscura e incontrolable; la recargada prosa se enreda y se nutre de ello hasta el fin, pero el exceso se convierte en perspectiva.
De este modo, podr¨ªamos
calificar esta novela de "formaci¨®n y muerte". Pierre es un joven salido de la adolescencia al que un serio conflicto dram¨¢tico enfrenta por vez primera consigo mismo. La desmesura idealista de su reacci¨®n nos deja claro que no es el personaje Pierre, sino lo que el personaje Pierre representa, lo que de verdad interesa y conmueve a Melville. En un panfleto que Pierre, camino de la ciudad, encuentra abandonado y cuyo sentido no entiende aunque le inquieta, est¨¢ la clave de esta novela. El autor del panfleto, Plotinus Plimlimmon -un pensador laico y ciudadano, contrafigura del predicador rural Falsgrave; el libro est¨¢ construido por medio de opuestos-, argumenta: "Para la masa humana, la m¨¢s elevada y abstracta perfecci¨®n del firmamento no s¨®lo resulta imposible, sino que adem¨¢s estar¨ªa por completo fuera de lugar en un mundo (el terreno) donde aparecer¨ªa como un error (...) en las cosas terrestres el hombre no debe estar gobernado por ideas celestiales". La reacci¨®n de Pierre es una reacci¨®n celestial. Si a esa actitud a?adimos la presencia decisiva y sugerente de las pulsiones e incertidumbres sexuales de un joven, representadas en su relaci¨®n con la madre, la hermana y la novia, la valent¨ªa de esta novela de formaci¨®n e indagaci¨®n de los fantasmas interiores engrandece a¨²n m¨¢s su logro.
Porque, si Moby Dick es una novela global y apocal¨ªptica, culmen de la escritura simb¨®lica, Pierre es una novela que abre el futuro, una novela de introspecci¨®n psicol¨®gica, de extrema indagaci¨®n interior. Lo apocal¨ªptico, aqu¨ª, no es el Leviat¨¢n, es la tragedia de la imperfecci¨®n del yo. Novela de lectura compleja y premiosa, acaba atrapando la lector desprejuiciado y revel¨¢ndole su inmenso caudal. Las ilustraciones del gran Maurice Sendak, apasionado lector de este libro, son una lectura del subconsciente de Pierre: una aportaci¨®n extraordinaria.
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