Verbena b¨¦tica en Montju?c

Lo de ayer en Montju?c super¨®, si cabe, la Feria de abril que anualmente se celebra tambi¨¦n en Barcelona y colm¨® todas las expectativas, del beticismo, se entiende. M¨¢s que un partido, fue una verbena y, mejor amenizada por el Espanyol, imposible. El equipo blanquiazul se dej¨® media vida en un intento que, de tan ut¨®pico y valeroso, result¨® bell¨ªsimo y conmovedor.

El Espanyol quem¨® sus naves frente a un equipo netamente superior. S¨®lo al pensar en los duelos que se pod¨ªan observar sobre el c¨¦sped prend¨ªa el miedo en la grada de Montju?c. Y pese a que V¨ªctor Fern¨¢ndez reserv¨® de entrada a Denilson, pas¨® lo que se tem¨ªa: que a Joaqu¨ªn no le echaba el lazo ni David Garc¨ªa ni nadie, que Assun?ao exhibi¨® con toda impunidad el comp¨¢s desde la zona de medio centro, que Alfonso se convirti¨® en el estilete que a veces tanto desquicia a quienes lo sufren, que Capi, actuando por la izquierda, le rob¨® la cartera al imberbe Marc Bertr¨¢n, y que, por si no fuera suficiente, Fernando, como medio punta, acab¨® de resquebrajar la temblorosa defensa del Espanyol. Resultado: en veinte minutos, el Betis se mov¨ªa como Pedro por su casa, ganaba por 0-2 y desplegaba un juego y una pegada de lo m¨¢s intimidantes.

Todav¨ªa hab¨ªa una traca imprevista, la que prendi¨® el ¨¢rbitro. En lugar de atemperar, encendi¨®; en vez de sofocar los incendios, los provoc¨®. S¨®lo as¨ª se entienden las expulsiones de Domoraud, muy temprano, y de Joaqu¨ªn, en plena p¨¢jara b¨¦tica, nada m¨¢s iniciada la segunda parte. Moya dio entrada a Roger, que se aplic¨® en un brillante trabajo de construcci¨®n, mientras que Morales se retrasaba para hacer pareja en el centro de la defensa con Soldevilla, y Posse se situ¨® en la punta izquierda, donde hizo m¨¢s da?o que en el carril derecho. ?lex envi¨® un bal¨®n al palo y al Betis le fueron anulados dos goles en acciones que retrataron la fragilidad de la zaga blanquiazul.

Tras el descanso, el v¨¦rtigo y, a ratos, la sinraz¨®n, se apoderaron de un juego con un ritmo fren¨¦tico. Argens¨® por dos veces evit¨® el 0-3, la primera porque Alfonso, de tan solo que estaba, se recre¨® en exceso con el estoque. Se produjo entonces la absurda expulsi¨®n de Joaqu¨ªn. Por si no tuviera bastante con lo que le hab¨ªa pasado, al Espanyol se le lesion¨® Tamudo. Entr¨® con urgencia Milosevic y en su primera intervenci¨®n fall¨® estrepitosamente ante Prats. Pero Roger primero y el propio Milosevic despu¨¦s, siempre tras asistencias de Posse por la izquierda, lograron el empate. V¨ªctor Fern¨¢ndez era la viva imagen de la desesperaci¨®n. El Betis hab¨ªa podido abrir una brecha de esc¨¢ndalo y, sin embargo, all¨ª estaba perdiendo dos puntos. Su gran suerte fue que, no bien hab¨ªan transcurrido un par de minutos, la defensa del Espanyol volvi¨® a facilitarle las cosas, de manera tan escandalosa que ni el propio Fernando, autor del tercer y cuarto tantos, daba cr¨¦dito.