Credibilidad decreciente
Hace algo m¨¢s de tres a?os, la Comunidad de Madrid asum¨ªa el importante reto de gestionar la totalidad de nuestro sistema educativo. El Gobierno de Alberto Ruiz-Gallard¨®n acogi¨® el hecho con satisfacci¨®n y la propia sociedad madrile?a, o al menos los sectores m¨¢s relacionados con la educaci¨®n, asistieron a ese momento con ciertas dosis de esperanza, percibiendo la oportunidad que se nos brindaba para mejorar los ¨ªndices de calidad y equidad de la educaci¨®n.
Tres a?os despu¨¦s, lo que fue oportunidad se ti?e del color gris del desencanto. No hay, pr¨¢cticamente, colectivo, asociaci¨®n u organizaci¨®n social, sindical o profesional que no expongan quejas sobre la situaci¨®n de la educaci¨®n y sobre la evoluci¨®n negativa de la capacidad de gesti¨®n y di¨¢logo de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n. La reciente petici¨®n de cese del consejero realizada por casi 200 directores de instituto, apoyada por la Junta de Directores de Escuelas Infantiles y por la Federaci¨®n de APAS Giner de los R¨ªos, que agrupa a m¨¢s de 800 asociaciones de madres y padres de alumnos, es el pen¨²ltimo episodio de la progresiva p¨¦rdida de credibilidad del Gobierno regional.
La incapacidad del Gobierno para aprovechar la favorable expectativa de las transferencias educativas es uno de los grandes fracasos de Ruiz-Gallard¨®n que para redondear su faena quiere pasar el testigo a Esperanza Aguirre, primera ministra de Educaci¨®n del PP, responsable entre otras cosas de que las transferencias madrile?as trajeran consigo un d¨¦ficit de 60.000 millones de las antiguas pesetas. Este agujero se ha tragado de modo inmisericorde todos los esfuerzos presupuestarios del Gobierno regional. Han crecido los presupuestos -aunque de modo asim¨¦trico: en cuatro presupuestos la ense?anza p¨²blica creci¨® un 31%, mientras la concertada lo ha hecho en un 56%-, pero la herencia fue tan parca que los resultados han sido y son muy poco lucidos.
Al presidente y a sus dos consejeros de Educaci¨®n se les llen¨® y se les llena la boca de palabras como excelencia, y alta calidad de la educaci¨®n. Pero la realidad es tozuda y no solo porque se la recuerden a diario todos los sectores de la comunidad educativa, sino porque algunos datos hablan por s¨ª mismos.
En efecto, tres a?os despu¨¦s, 18.151 familias no han obtenido la plaza que solicitaron en una escuela infantil p¨²blica para sus hijos menores de tres a?os. A pesar de las promesas del Gobierno, sobre un censo de m¨¢s de 110.000 madrile?os nacidos en el 2000, el 2001 o el 2002 s¨®lo 18.000 est¨¢n escolarizados en escuelas p¨²blicas de reconocido prestigio y calidad contrastada. Las conocidas como guarder¨ªas privadas atienden a otros 12.000 ni?os. Lo ¨²nico excelente, pues, el d¨¦ficit de plazas y las listas de espera.
La falta de planificaci¨®n -y de fondos- para ampliar la red de centros p¨²blicos hace que hoy, miles de familias madrile?as escolaricen a sus hijos en barracones -125 seg¨²n datos oficiales- o aulas masificadas -tanto p¨²blicas como concertadas- de la regi¨®n. ?Tendr¨¢ esto algo que ver con el puesto -el ¨²ltimo- que ocupa la Comunidad de Madrid en el ranking de gasto medio por alumno? Las que s¨ª han sido excelentes son las subvenciones a la ense?anza privada: si en 1999 hab¨ªa 30 aulas de 3/6 a?os concertadas en la Comunidad, hoy, tres a?os despu¨¦s, hay concertadas 1.297. El contraste con la situaci¨®n de la red p¨²blica es sencillamente clamoroso, mucho m¨¢s si observamos que se han concertado unidades de infantil en centros con rentas familiares medias alt¨ªsimas: niveles 8 y 9 sobre un m¨¢ximo de 10, en la escala de renta utilizada por la Comisi¨®n Provincial de Conciertos.
La insuficiente previsi¨®n aparece tambi¨¦n cuando se trata de la formaci¨®n profesional: m¨¢s de 4.000 alumnos no obtuvieron plaza en el curso pasado en ciclos superiores de familias profesionales tales como inform¨¢tica o imagen y sonido. Pero es que adem¨¢s el Plan Regional de FP, prometido para el a?o 2000 todav¨ªa no existe. Graves carencias de la red de centros de personas adultas y de ense?anzas art¨ªsticas y escolarizaci¨®n tard¨ªa o en malas condiciones de miles de alumnos de 12 y 13 a?os -primer ciclo de la ESO-, completan un mapa escolar con graves carencias, no resueltas tres a?os y medio despu¨¦s.
Si el fracaso escolar, seg¨²n datos de la Inspecci¨®n, se sit¨²a en el 26%, si la red p¨²blica concentra -a veces en verdaderos guetos- a la inmensa mayor¨ªa del alumnado inmigrante y otras minor¨ªas desfavorecidas, si los centros abiertos en horario no lectivo son, todav¨ªa, demasiado escasos y si, en fin, las insuficientes becas para comedores escolares y libros de texto -frente a la gratuidad de ¨¦stos en otras comunidades aut¨®nomas- est¨¢n generando una peligrosa competencia entre inmigrantes y espa?oles que necesitan estas ayudas, no es de extra?ar la inquietud y el enfado de la inmensa mayor¨ªa de la educaci¨®n madrile?a.
En este contexto, ?qui¨¦n se va a sorprender del trasvase de alumnado de la red p¨²blica a la privada, especialmente en la capital donde ¨¦sta ha ganado 7 puntos en seis a?os -pasando del 53% en 1995 al 60% en el 2001-, los mismos que ha perdido la red p¨²blica? La educaci¨®n madrile?a no va bien. Algunos avances no compensan ni de lejos los abrumadores problemas. Para rematar, el actual consejero de Educaci¨®n apoya, y de qu¨¦ modo, las medidas impopulares -como la Ley Org¨¢nica de Universidades y la Ley de Calidad- de la ministra Pilar del Castillo.
Ahora, cuando Ruiz-Gallard¨®n -mientras cambia de caballo para tratar de llegar antes a La Moncloa- aprovecha para prometer cientos de nuevos centros p¨²blicos en un extra?o plan de choque a seis meses vista de las elecciones y cuando la comunidad educativa se moviliza para frenar o al menos paliar los efectos antisociales y segregadores de la llamada Ley de Calidad, quiz¨¢ sea un buen momento para analizar con rigor la evoluci¨®n del sistema educativo, comprobar los incumplimientos del Gobierno regional, las oportunidades fallidas y destacar a modo de corolario el cr¨¦dito ciudadano perdido. El cr¨¦dito que le dieron los madrile?os se le agota en un contexto de fuerte movilizaci¨®n y conflictividad: huelgas de la ense?anza, concentraciones y manifestaciones apoyadas por sindicatos y federaciones de apas y estudiantes. El maquillaje progresista -que tanto ayud¨® al presidente a diferenciarse del Gobierno central- no le sirve ya para ocultar la verdadera cara de la educaci¨®n madrile?a.
Adolfo Navarro Mu?oz es portavoz de Educaci¨®n del PSOE en la Asamblea de Madrid.
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