Un barco hundido en Jap¨®n rezuma combustible desde hace casi seis a?os

Un petrolero ruso "rezuma peque?as cantidades de fuel" desde hace casi seis a?os en el lugar donde se hundi¨®, cerca de la isla japonesa de Honshu, seg¨²n el organismo franc¨¦s Centro de Investigaci¨®n de la Contaminaci¨®n de las Aguas (Cedre).

El 2 de enero de 1997, el Nakhodka, en ruta desde Sanghai a Vladivostok, se parti¨® en dos en medio de una tempestad, provocando la mayor marea negra en la historia de Jap¨®n. La proa del nav¨ªo se estrell¨® contra el litoral, mientras la popa se hundi¨® lejos de la costa, a unos 1.800 metros de profundidad.

El Gobierno japon¨¦s estudi¨® intentar el bombeo submarino del combustible aprisionado en el petrolero, pero desisti¨® de hacerlo despu¨¦s de considerar las dificultades t¨¦cnicas que planteaba la operaci¨®n y su coste enorme. Una exploraci¨®n submarina y la vigilancia de superficie, ejercidas por instituciones cient¨ªficas, han puesto de relieve la salida de peque?as cantidades de hidrocarburos, que producen manchas de una dimensi¨®n comparable a las provocadas por las limpiezas de fondos de los grandes barcos.

Numerosos nav¨ªos se encuentran en el fondo de los mares. Poco se sabe de la mayor¨ªa, sobre todo de los que se hundieron a grandes profundidades. Por el contrario, se han dado casos de intervenciones sobre algunos hundidos cerca de la costa. Durante los ¨²ltimos diez a?os, una zona de la costa oeste de Estados Unidos sufri¨® una mortandad de aves marinas y mam¨ªferos. Las investigaciones establecieron una relaci¨®n con los restos del carguero Jacob Luckenbach, que se hundi¨® en 1953, a 17 millas de San Francisco. Sus restos quedaron sumergidos a 50 metros de profundidad. Este barco ha sido objeto de una intervenci¨®n muy complicada, con objeto de bombear el fuel que conten¨ªa a¨²n en sus tanques y sellar su casco. Un equipo de 40 personas tuvo que trabajar en una c¨¢mara presurizada, respirando una mezcla de ox¨ªgeno y helio, para llevar a cabo la intervenci¨®n.