Nobel a la memoria
Ma?ana recibe de manos de los reyes de Suecia el Premio Nobel de Literatura un gran escritor y un hombre extraordinario, Imre Kert¨¦sz. En la conferencia que pronuncia tradicionalmente el premiado d¨ªas antes de la ceremonia oficial, se mostr¨® tan feliz por el premio como perplejo por el hecho de haberlo recibido. La biograf¨ªa de Kert¨¦sz lo explica. El mero hecho de que no muriera, como toda su familia, en el campo de exterminio de Auschwitz, adonde fue deportado a los 14 a?os desde su Hungr¨ªa natal, su supervivencia como jud¨ªo al nazismo, fue el primer paso de su larga segunda vida. ?sta la vivi¨® en su mayor parte bajo el otro gran r¨¦gimen totalitario, de vocaci¨®n redentora y criminal del siglo XX, que fue el comunismo. Tambi¨¦n lo sobrevivi¨®.
Pero mientras en esas d¨¦cadas oscuras los h¨²ngaros albergaban escasas esperanzas de llegar a vivir en libertad y los pocos jud¨ªos h¨²ngaros sobrevivientes hicieron de su vida un desesperado -en general in¨²til- esfuerzo por huir de los fantasmas del pasado, Kert¨¦sz se puso a escribir. Sobre lo que hab¨ªa visto y sentido y lo que hab¨ªa visto sufrir, sobre las almas, el rezo y el luto. Sin sentimentalismo. Sin prisa, porque los reg¨ªmenes comunistas no eran proclives a publicar literatura sobre el holocausto, de la que se desprend¨ªan demasiados paralelismos indeseados.
Tiene raz¨®n Kert¨¦sz cuando dice que la Academia Sueca ha sido valiente al otorgarle el premio. La literatura sobre el holocausto ha sido sospechosa para muchos editores y para el p¨²blico en general. Pero si hay algo evidente es que, aunque escriba en h¨²ngaro, Kert¨¦sz no es un escritor h¨²ngaro en la tradici¨®n -magn¨ªfica, por otra parte- que se extiende desde Sandor Pet?fi, por Marai, despu¨¦s Honrad y hoy Ester¨¢hazy. No escribe como h¨²ngaro ni como jud¨ªo -identidad que le impusieron los nazis-, escribe como Jean Am¨¦ry, Primo Levi o Jorge Sempr¨²n, con la identidad que comparten s¨®lo quienes conocieron la sima moral y cultural m¨¢s profunda de la historia de la humanidad. "Auschwitz sucedi¨®, y la aventura de la Revoluci¨®n Francesa acaba ah¨ª", declara hoy a este peri¨®dico. Ese abismo es el tema de su prosa bella y de una tensi¨®n compasiva y l¨²cida que le hacen tan digno ganador del m¨¢ximo galard¨®n literario del mundo. Est¨¢ de enhorabuena Kert¨¦sz, pero tambi¨¦n sus viejos y nuevos lectores y la literatura de la memoria, el monumento de las letras a las v¨ªctimas y, por tanto, a la dignidad y a la esperanza.
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