La huelga general contra el despido paraliza las ciudades de Portugal
El Gobierno califica de "fracaso" la convocatoria sindical
La paralizaci¨®n del transporte sembr¨® ayer el caos en las ciudades portuguesas, lo que permiti¨® a los sindicatos clamar "victoria" en la huelga general, la tercera convocada en Portugal desde la revoluci¨®n de los claveles, en 1974. Por el contrario, el Gobierno portugu¨¦s calific¨® la protesta sindical de "pseudohuelga general" y se?al¨® que la convocatoria apenas fue seguida por un 15% de trabajadores a nivel nacional.
Como siempre acontece en estas circunstancias, no pod¨ªan ser m¨¢s antag¨®nicas las lecturas hechas del paro por el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Bag?o F¨¦lix, y por Manuel Carvalho da Silva, el l¨ªder de la Confederaci¨®n General de los Trabajadores Portugueses (CGTP), la central sindical cercana al Partido Comunista y convocante de la huelga.
El detonante de la protesta fue impedir la entrada en vigor de un nuevo paquete de leyes laborales, cuyo objetivo es liberalizar y flexibilizar el mercado de trabajo. Pero, al contrario de lo que ocurri¨® en la ¨²ltima huelga general, en 1988, la otra gran central sindical portuguesa, la Uni¨®n General de Trabajadores (UGT) no apoy¨® el paro, que consider¨® inoportuno. La UGT, que tambi¨¦n tiene una opini¨®n muy cr¨ªtica sobre la nueva legislaci¨®n, prefiere esperar al fin de las negociaciones que se desarrollan entre el Gobierno y los representantes sociales hasta el 8 de enero, fecha en que el nuevo C¨®digo de Trabajo ser¨¢ votado en el Parlamento portugu¨¦s.
La verdad sobre la dimensi¨®n real de la huelga general estar¨¢ probablemente entre las interpretaciones del Gobierno y de la central sindical convocante. Pero el hecho de que los transportes -metro, autobuses, trenes suburbanos y los barcos que hacen la traves¨ªa del Tajo- se hayan paralizado al 100% fue suficiente para desatar el caos en las dos grandes ciudades del pa¨ªs. Las principales v¨ªas de acceso a Lisboa presentaban en la ma?ana de ayer embotellamientos gigantescos. Mucha gente esper¨® y desesper¨® en las paradas de los transportes p¨²blicos por el cumplimiento de los servicios m¨ªnimos o por transportes alternativos. Los servicios m¨ªnimos decretados por el Gobierno no se cumplieron porque la CGTP los consider¨® "ilegales". El Gobierno, por su parte, argument¨® que la paralizaci¨®n del transporte era una forma de "obligar" a la gente a secundar el paro.
A pesar de ello, el ministro Bag?o F¨¦lix prometi¨® en un tono conciliador que no habr¨¢ consecuencias disciplinarias ningunas contra las empresas de transportes por no haber cumplido los servicios m¨ªnimos. El Gobierno quiere evitar a toda costa que esta huelga cree un clima de crispaci¨®n social, perjudicial para las negociaciones del proyecto del C¨®digo de Trabajo y otras reformas estructurales, como la de la Seguridad Social, cuya Ley de Bases fue ayer firmada por el presidente de la Rep¨²blica, en una coincidencia que el Gobierno no se olvid¨® de destacar.
Restando valor al impacto de la huelga general, que "no alcanz¨® los resultados ni las expectativas pretendidos", el ministro de Trabajo -un cat¨®lico practicante bastante sensible a las recomendaciones sociales de la Iglesia- volvi¨® a insistir en que "lo importantes es seguir negociando por una ley mejor para el pa¨ªs".
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