Espa?a y Marruecos, por una nueva etapa
Los ¨²ltimos acontecimientos acaecidos han afectado al normal desarrollo de las relaciones econ¨®micas entre Espa?a y Marruecos, aunque los datos de los ¨²ltimos meses de este a?o apuntan hacia un crecimiento tanto de las exportaciones como de las inversiones.
Nunca antes estas relaciones hab¨ªan alcanzado un nivel tan intenso como el actual. Baste citar que Espa?a es el segundo socio econ¨®mico de Marruecos a nivel mundial y Marruecos uno de los primeros socios comerciales de Espa?a, y Catalu?a es la comunidad aut¨®noma que genera el mayor volumen de este intercambio, que representa el 30% del total.
La existencia de estos intereses comunes y la complementariedad de las dos econom¨ªas son hechos que se reflejan en el incremento de las relaciones comerciales (3.000 millones euros en 2001), las inversiones (900 empresas instaladas en Marruecos), la apertura de importantes l¨ªneas de cr¨¦dito y programas para la cooperaci¨®n al desarrollo (158 millones euros en 1995-2000). A lo que es necesario a?adir la presencia de una comunidad de 200.000 marroqu¨ªes residentes en Espa?a que transfieren anualmente unos 200 millones de euros, de los cuales unos 140.000 est¨¢n afiliados a la Seguridad Social.
La vecindad, la complementariedad econ¨®mica y el destino hist¨®rico com¨²n exigen dar un nuevo impulso a la cooperaci¨®n bilateral y que las relaciones econ¨®micas y sociales entre ambos pa¨ªses inauguren una nueva etapa. Pero para que ello sea posible, se hace imprescindible la creaci¨®n de marcos estables de cooperaci¨®n que no s¨®lo favorezcan la difusi¨®n adecuada de la realidad econ¨®mica y social de ambos pa¨ªses, sino que a la vez fomenten la actuaci¨®n de los agentes econ¨®micos y sociales favoreciendo el desarrollo de los sectores productivos, potencien la presencia empresarial catalana y espa?ola, y promuevan su asociaci¨®n con las empresas marroqu¨ªes.
En resumidas cuentas, se trata de crear mecanismos que permitan superar el desconocimiento mutuo existente y puedan funcionar como un "cintur¨®n de seguridad" para prevenir futuras crisis. Porque no hay que olvidar que en el entendimiento com¨²n y la normalizaci¨®n de las relaciones de buena vecindad entre Espa?a y Marruecos reposa buena parte de su futura prosperidad econ¨®mica. Y un Marruecos pr¨®spero es una necesidad para Espa?a y Europa.
Miquel Valls i Maseda es presidente de la C¨¢mara de Comercio de Barcelona.
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