En el museo imaginario
Los antecedentes penales de algunos escritores hacen que convenga echarse a temblar cada vez que un literato se pone a hablar de arte. Muchos acostumbran a conceder a un cuadro aquello que nunca permitir¨ªan a un poema. As¨ª, comparadas con su teor¨ªa literaria, las ideas de Barthes sobre la fotograf¨ªa resultan decimon¨®nicas. Eso s¨ª, deliciosamente decimon¨®nicas.
No es ¨¦ste el caso de Alberto Manguel, que se enfrenta a las im¨¢genes con pasi¨®n y prudencia, esto es, con los deberes hechos. No hay m¨¢s que ver la brillantez de su estilo y la s¨®lida y amena progresi¨®n de sus argumentos. El resultado es un libro honesto y sabio que busca la relaci¨®n entre narraci¨®n (tiempo) e imagen (espacio) sabiendo que ning¨²n relato es exclusivo y que al final todas las im¨¢genes son autobiogr¨¢ficas porque asumen la mirada que las contempla. Sin apelar a "vocabularios esot¨¦ricos", tan caros a cierta cr¨ªtica, las obras (y las vidas) de Tina Modotti, Picasso, Ledoux o Peter Eisenman sirven como detonante para reflexionar en torno a las posibilidades de la representaci¨®n, la utop¨ªa o la memoria. "Para convertirse en una imagen que nos permita una lectura esclarecedora", afirma Manguel, "la obra de arte nos debe obligar a un compromiso, a una confrontaci¨®n o crear al menos un espacio para el di¨¢logo". Por eso este volumen est¨¢ lleno de comprensi¨®n hacia aquellos que trataron de "resolver el problema de la vida entreg¨¢ndolo al problema del arte" y de cr¨ªtica a los monumentos conmemorativos que son "excusas para no recordar". Sostiene Manguel que, como el Dios de Flaubert y Mies van der Rohe, el mal est¨¢ en los detalles. De ah¨ª que este libro tambi¨¦n est¨¦ lleno de esos "matices de amor" de los que hablaba Joan Mitchell. Queda inaugurado este museo imaginario.
LEER IM?GENES
Alberto Manguel. Traducci¨®n de Carlos J. Restrepo Alianza. Madrid, 2002 390 p¨¢ginas. 19,58 euros
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