Los ¨²ltimos trashumantes

Gerardo Barrera no es una persona vieja, pero su rostro rugoso es el m¨¢s fiel reflejo de una vida llena de fatigas y sufrimientos. Lleva 22 a?os ininterrumpidos dirigiendo la trashumancia de ganado bovino desde la turolense sierra de Albarrac¨ªn hasta Sierra Morena. Tampoco es mucho m¨¢s reconfortante el semblante de M¨¢ximo, Mariano y Juan Manuel, los otros tres vaqueros que este a?o le han acompa?ado para conducir 400 reses bravas por la Ca?ada Real Conquense, una traves¨ªa que se inici¨® el pasado 21 de noviembre y que llega hoy a su destino final, la finca La Solana, en Vilches (Ja¨¦n). Ayer, en la ¨²ltima etapa de la ruta, los cuatro vaqueros fueron recibidos a la entrada de Andaluc¨ªa por pastores y ganaderos y una expedici¨®n organizada por la Consejer¨ªa de Medio Ambiente.

?Lo m¨¢s duro? "El agua y la nieve que nos ha ca¨ªdo", comentaba Juan Manuel Ruiz, el m¨¢s joven de los vaqueros, mientras daba buena cuenta de la caldereta de cordero y los galianos (plato t¨ªpico serrano a base de tortas de harina) en la comida campera en la finca p¨²blica Sierrra el Oro de Aldeaquemada, la localidad jiennense situada en las estribaciones de Despe?aperros. Juan Manuel lleva tres a?os como jornalero trashumante desde Teruel a Ja¨¦n, y no lo hace precisamente por las compensaciones econ¨®micas (apenas 50 euros por d¨ªa). "Esto te tiene que gustar, porque si no es imposible aguantar estas condiciones de vida, durmiendo al raso y soportando los rigores del fr¨ªo, la lluvia, la nieve o la escarcha". Ma?ana se volver¨¢ a su pueblo natal, La Iruela, para emprender -esta vez como propietario del ganado- la trashumancia de sus 400 ovejas hasta Sierra Morena.

Los vaqueros fueron recibidos como h¨¦roes, sobre todo por los visitantes llegados de Sevilla, Granada o M¨¢laga, que nunca antes hab¨ªan contemplado una estampa as¨ª. "Parece una pel¨ªcula del oeste en pleno siglo XXI, es algo incre¨ªble", dec¨ªa at¨®nita la jiennense Elena Ortega.

Menos sorprendidos estaban los ancianos pastores de Aldeaquemada que ayer se reencontraron con el oficio que les ha acompa?ado toda su vida. Como Jos¨¦ Royuela, un conquense de 71 a?os que recuerda los nombres de las 40 veredas que deb¨ªa atravesar desde su tierra a Sierra Morena.

En otros casos la trashumancia no sale de Andaluc¨ªa. Como la de los hermanos Manuel y Jos¨¦ Gin¨¦s, que han estado varias d¨¦cadas trasladando a su caba?a ganadera hasta tierras m¨¢s templadas del Bajo Guadalquivir. "Tard¨¢bamos 25 d¨ªas desde Aldeaquemada a Sevilla", explica Manuel, que tampoco ha olvidado la ruta: And¨²jar, Carde?a, Pozoblanco, Villanueva de C¨®rdoba o Fuenteovejuna. En alg¨²n caso atravesaban incluso el centro del pueblo.

"Est¨¢bamos todo el d¨ªa andando y, por la noche, ten¨ªamos que hacer turnos, como la imaginaria de la mili, para vigilar al ganado y protegerlo de los lobos, mientras otros dorm¨ªan en tiendas de lienzo", comenta Emilio Masdemont, un octogenario de ascendencia alemana que prefiere acordarse de lo m¨¢s positivo. "Nos hac¨ªamos unas migas por la ma?ana para coger fuerzas". Hoy, la mayor¨ªa de los ganaderos de ovino y caprino traslada su ganado en camiones, pero los propietarios de reses bravas lo tienen m¨¢s dif¨ªcil porque necesitan m¨¢s amplitud en el transporte.