Una de cal y otra de arena
Nuevos responsables del Banco Central y de Econom¨ªa de Brasil
Despu¨¦s de atravesar varias semanas marcadas por fuertes tensiones, Luiz Inacio Lula da Silva, el futuro presidente brasile?o, ha anunciado esta semana los nombres del futuro ministro de Hacienda, Antonio Palocci, y del presidente del Banco Central, Henrique Meirelles:un antiguo militante de izquierda y un antiguo funcionario del BankBoston. Los mercados respiran aliviados gracias al segundo, y siguen atentos a cada paso que da el primero.
El m¨¦dico Antonio Palocci ocupar¨¢ la cartera de Econom¨ªa y el ingeniero Henrique Mirelles presidir¨¢ el Banco Central de Brasil
La mayor preocupaci¨®n de Lula es recuperar, a corto plazo, la confianza de los inversores y de las instituciones financieras internacionales
El ex sindicalista Luiz Inacio Lula da Silva sigue insistiendo en afirmar que el foco de su Gobierno ser¨¢ el terreno social y que impulsar¨¢ profundas reformas en la pol¨ªtica econ¨®mica. Pero tampoco han dejado de manifestarse las presiones de los agentes econ¨®micos y financieros, temerosos de los cambios anunciados.
La misma situaci¨®n de la econom¨ªa brasile?a, que vive un fuerte deterioro desde mediados del a?o, pasa a ser motivo de preocupaci¨®n: las metas inflacionarias saltaron por los aires, las llamadas barreras psicol¨®gicas de la paridad cambiaria son rotas una a una, el desempleo supera los niveles hist¨®ricos y todos se preguntan ahora c¨®mo Lula pretende superar unos desaf¨ªos de tal magnitud. Al mismo tiempo, el nuevo presidente concluye que entre sus principales y m¨¢s inmediatas tareas est¨¢ el recuperar la confianza de la comunidad financiera internacional, para no mencionar, desde luego, la nacional.
Confirmada su amplia victoria en las urnas, Lula sigue con sus promesas, y los mercados financieros, con sus presiones. La insistencia de los agentes financieros y los operadores del mercado en exigir del futuro presidente los nombres de su equipo econ¨®mico, en especial del ministro de Hacienda y del nuevo presidente del Banco Central -principal autoridad monetaria del pa¨ªs-, provoc¨® en Lula una reacci¨®n tan firme como serena. Dijo siempre que no se dejar¨ªa someter por "esa vaga entidad llamada mercado financiero", y que cumplir¨ªa los plazos previstos.
Actuando dentro de su estilo, esta semana el futuro presidente de Brasil ha desvelado dos enigmas, uno falso y uno verdadero: primero, confirm¨® lo ya sabido. Antonio Palocci, un m¨¦dico de 42 a?os, ser¨¢ su ministro de Hacienda. Lula aprovech¨® una visita a Washington para confirmar lo que todos sab¨ªan y lanzar, de paso, una broma y otra cr¨ªtica al actual Gobierno: dijo que como la econom¨ªa brasile?a se encuentra en una unidad de terapia intensiva, nada m¨¢s l¨®gico que nombrar a un m¨¦dico para cuidarla.
Termina el misterio
Ya de regreso a Brasil, en la tarde del pasado jueves, Lula termin¨® con el misterio que ven¨ªa atormentando la vida de los operadores y banqueros en el pa¨ªs y en Wall Street: anunci¨® que el pr¨®ximo presidente del Banco Central ser¨¢ el ex presidente mundial del BankBoston, Henrique Meirelles, un ingeniero de 57 a?os de edad con un m¨¢ster en administraci¨®n de empresas y conocido en el escenario financiero de todo el mundo.
Desde 1974, Meirelles estuvo vinculado al BankBoston: presidi¨® la sucursal brasile?a durante 12 a?os, y en 1996 se transform¨® en el primer presidente mundial del Boston nacido fuera de Estados Unidos. Se jubil¨® el a?o pasado para, por primera vez en su vida, ser candidato a un puesto pol¨ªtico. Ahora, tendr¨¢ de renunciar -antes de haber asumido- a su esca?o como diputado federal por Goi¨¢s, su provincia natal.
El mercado respira aliviado, al tener a uno de los suyos -y de los m¨¢s representativos, por cierto- a la cabeza del Banco Central. Entre los analistas pol¨ªticos hay un atisbo de asombro, pues Meirelles fue escogido por un Gobierno que alcanz¨® la victoria bajo la promesa de cambiar la pol¨ªtica econ¨®mica llevada a cabo en los ¨²ltimos ocho a?os.
Se considera que Lula y Palocci se han rendido a la evidencia de que era imposible encontrar a un nombre que fuese a la vez compatible con los principios de pol¨ªtica econ¨®mica del Partido de los Trabajadores (PT) y aceptable para los mercados financieros que se acostumbraron, en los ocho a?os de econom¨ªa neoliberal del presidente Cardoso, a obtener los mayores lucros de toda la historia republicana brasile?a.
Hasta definirse por Meirelles, Lula tropez¨® con varias negativas a sus invitaciones. Comprob¨®, adem¨¢s, que algunos de sus favoritos para presidir el Banco Central ser¨ªan, en realidad, polos de nuevas tensiones entre el Gobierno y los mercados financieros. As¨ª que opt¨® por correr el riesgo de desagradar a sus militantes y a algunos de sus aliados.
Meirelles, dentro del PT, cuenta con la simpat¨ªa de dos pesos pesados: el senador electo por S?o Paulo y uno de los principales asesores econ¨®micos de Lula, Aloysio Mercadante, y el futuro ministro de la Casa Civil y segundo hombre m¨¢s poderoso del pr¨®ximo Gobierno, Jos¨¦ Dirceu. Mercadante y Meirelles tienen buenas relaciones personales desde hace algunos a?os. Dirceu siempre ha declarado su admiraci¨®n por la trayectoria profesional del futuro presidente del Banco Central.
Lula sabe, a esas alturas, que al menos en el primer a?o de su Gobierno dif¨ªcilmente lograr¨¢ avanzar mucho en los cambios que pretende imponer en la conducci¨®n de la econom¨ªa brasile?a. Su principal preocupaci¨®n es recuperar, a cort¨ªsimo plazo, la confianza de los inversores y de los organismos de cr¨¦dito y financiaci¨®n.
Bajo muchos aspectos, la herencia que le toca al nuevo presidente es mucho m¨¢s pesada y dif¨ªcil de lo que parec¨ªa hasta que su equipo empez¨® trabajar. Al mismo tiempo, se ha confirmado un escenario preocupante: cualquiera de las f¨®rmulas adoptadas en Brasil para medir la inflaci¨®n indican, al un¨ªsono, que en octubre y noviembre se han alcanzado marcas in¨¦ditas en los ¨²ltimos ocho a?os. El gran temor de que retorne la cultura de la inflaci¨®n avanza r¨¢pidamente, y con id¨¦ntica velocidad, tanto los principales diirgentes del PT como el actual Gobierno han pasado, en un esfuerzo conjunto, a minimizar el peligro tanto en discursos como en palabras tranquilizadoras que, al menos por ahora, han surtido efecto.
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