La basura televisiva
Nuestras televisiones sufren un enfermedad cr¨®nica y lo que es peor, nos contagian su virus.
Si hoy d¨ªa un nuevo Tocqueville analizara la personalidad de los espa?oles a trav¨¦s de sus emisiones televisivas dictaminar¨ªa o bien que somos una naci¨®n de inmaduros y d¨¦biles mentales o que hemos descubierto el m¨¦todo m¨¢s zafio y ap¨¢tico de sacudirnos nuestro estr¨¦s diario o nuestro vac¨ªo existencial sin movernos del sill¨®n y a modo de catarsis colectiva. Cotilleos "seudo-rosa" y chabacaner¨ªa para desayunar, merendar y cenar es demasiada dosis de veneno para cualquier mente.
Ante esta pandemia urge un ant¨ªdoto. Al nuevo alquimista ya no nos atrevemos a pedir una televisi¨®n que a¨²ne cultura con amenidad (s¨®lo se salva La 2 de TVE), ya que esa aleaci¨®n "qu¨ªmica" ha sido descartada por la poderosa industria publicitaria, pero al menos s¨ª le pedimos que deje de tomarnos el pelo.
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