La Costa da Morte sufre una nueva marea negra con manchas de fuel de un metro de grosor
Los marineros de Fisterra recogen m¨¢s de 200 toneladas de chapapote en un s¨®lo d¨ªa
Dice el Gobierno que el chapapote se est¨¢ espesando. Y debe de ser cierto, porque a la Costa da Morte, el lugar donde choc¨® la primera marea negra, est¨¢n llegando manchas de m¨¢s de un metro de grosor, hasta ahora nunca vistas. Los marineros las est¨¢n pescando de la ¨²nica manera que sus escasos medios les permiten: la parten con las h¨¦lices y la recogen con rastrillos. Reunieron m¨¢s de 200 toneladas de combustible en un solo d¨ªa. Por la noche, cuando no hay nadie para pescarla, el engrudo viscoso llega a las playas. La marea negra en esta zona se ha convertido casi en una rutina, lo que desv¨ªa la atenci¨®n hacia las R¨ªas Bajas. Pero ayer, una vez m¨¢s, afect¨® a playas y acantilados de la Costa da Morte, sobre todo en Camari?as, Corme y Carnota.
Eran enormes manchas negras de varios metros de ancho y hasta metro y medio de grosor. "Con una sola de ellas se llenaba un barco grande", explica Germ¨¢n Mart¨ªnez, patr¨®n del Mercedes III, que lleva 35 a?os en el mar, aunque nunca pesc¨® nada parecido. Ayer descansaba tras una jornada del lunes intens¨ªsima en la que lograron sacar m¨¢s de 200 toneladas entre 33 barcos. Todo para tratar de evitar que el fuel llegue a entrar en la r¨ªa de Corcubi¨®n. Las manchas pesan tanto que se hunden, y muchas veces los marineros ni siquiera las ven hasta que no est¨¢n en tierra y han contaminado ya la costa.
Todos est¨¢n dispuestos a pescar fuel. Los marineros de la Costa da Morte no tienen otra cosa que hacer y ya empiezan a estar nerviosos tras un mes de inactividad pesquera, as¨ª que cada vez que llega un aviso se lanzan al mar. "Vamos, vamos, a por la merda", gritaba ayer Ernesto Rivera, patr¨®n del Temerario, a su hijo, para que se preparara para salir a recoger fuel. Tras unas horas de trabajo, s¨®lo lograron sacar unas cinco toneladas, porque el combustible estaba muy troceado, de la forma que los marineros ya han acu?ado como galletas.
Como en casi todas partes, y ante la falta de medios de la que todos se quejan, los marineros improvisan. Aqu¨ª lo que han decidido hacer es doblar las puntas de los rastrillos, las horquillas, para poder subir el fuel a paladas a los barcos grandes, los m¨¢s ¨²tiles cuando hay mala mar, como en estos d¨ªas. Pero cada mancha enorme puede pesar cinco toneladas, as¨ª que tienen que partirla pasando encima de ella con las h¨¦lices. Los 220 caballos de sus motores logran destrozar la masa y as¨ª pueden recogerla con esos rastrillos retocados. Los barcos peque?os la capturan con m¨¢s facilidad porque sus marineros llegan a la mancha con las manos.
Coordinar los trabajos
Desde tierra, el patr¨®n mayor, Jos¨¦ Manuel Mart¨ªnez, trata de coordinar los trabajos. Las olas de m¨¢s de dos metros, el viento y la lluvia daban ayer un aspecto fantasmag¨®rico a la r¨ªa, pero eso para los marineros es normal, as¨ª que Mart¨ªnez mand¨® ocho barcos a pescar fuel. Ya no se f¨ªan de nadie, y mucho menos de la capitan¨ªa mar¨ªtima de A Coru?a, responsable te¨®rica de organizar las salidas. "El lunes seg¨²n ellos no hab¨ªa nada, y fue el d¨ªa que sacamos las 200 toneladas", se queja Mart¨ªnez. As¨ª que ha tirado por la tangente: ha organizado un ret¨¦n de barcos que navegan siempre por la r¨ªa a la caza del fuel.
Pero por la noche nada se puede hacer, as¨ª que cada ma?ana las playas y los acantilados amanecen llenos del chapapote que los voluntarios retiraron el d¨ªa anterior. As¨ª pas¨® ayer en Carnota, en Camari?as y en Corme, donde la entrada de fuel es constante desde hace al menos tres d¨ªas.
El recorrido por la Costa da Morte cualquier d¨ªa supone encontrarse con un paisaje lunar: voluntarios vestidos de blanco y te?idos de negro en todas las playas, barcos repletos de chapapote en todos los puertos y camiones de militares adelante y atr¨¢s. A¨²n as¨ª, los marineros se quejan de que el inter¨¦s se ha centrado en las ricas R¨ªas Bajas, donde a¨²n no entr¨® el vertido, mientras ellos siguen sufri¨¦ndolo cada d¨ªa desde hace m¨¢s de un mes.
Lo cierto es que sigue habiendo una gran concentraci¨®n de manchas frente a las R¨ªas Bajas. Est¨¢ all¨ª, serpenteando, desde hace cinco d¨ªas, donde los cambios del viento la acercan y alejan alternativamente de la costa. Ocupa un ¨¢rea de unas 10 millas por tres y se mantiene a unas 20 millas de la entrada de las R¨ªas Bajas. Algunas manchas, sin embargo, se aproximan y, a ¨²ltima hora de ayer, fueron avistadas a s¨®lo cinco millas de la bocana de Arousa.
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