"La literatura infantil no tiene que ser did¨¢ctica"
Poeta, escritor y traductor de Petrarca y Shakespeare, entre otros autores, Miquel Desclot (Barcelona, 1952) lleva m¨¢s de 30 a?os transitando de la literatura para adultos a la infantil. La tarea, dice, no es siempre f¨¢cil en un pa¨ªs donde una y otra todav¨ªa se miran con recelo. A finales de octubre, el Ministerio de Cultura le otorg¨® el Premio Nacional de Literatura Infantil por M¨¦s m¨²sica, mestre! (La Galera), un conjunto de poemas y adivinanzas en catal¨¢n sobre los m¨¢s diversos instrumentos musicales. Militante de un concepto l¨²dico de la lectura, Desclot -seud¨®nimo de Miquel Creus i Mu?oz- juega con las palabras para que los m¨¢s peque?os empiecen a descubrir las posibilidades pl¨¢sticas y el¨¢sticas del lenguaje.
PREGUNTA. ?Por qu¨¦ cree que es necesaria una poes¨ªa para ni?os?
RESPUESTA. Hasta hace dos o tres generaciones, los ni?os estaban constantemente en contacto con la poes¨ªa tradicional. Desde las canciones de cuna, que no las entienden pero s¨ª las sienten, hasta las canciones de juegos... Para todo hab¨ªa una canci¨®n. Tanto, que cuando iban creciendo, las personas s¨®lo cambiaban las canciones, pero no el contacto con la tradici¨®n. Quiz¨¢ eran analfabetos, pero no ignorantes. Se relacionaban con una literatura no tan elaborada como la escrita, pero que era considerable. En el momento en que la tradici¨®n oral se rompe, se produce un vac¨ªo que va desde el Sol, solet [canci¨®n tradicional] del parvulario a la lectura de Sol, i de dol [de J. V. Foix] en el instituto. Es un salto terrible que los poetas deber¨ªamos llenar con alguna poes¨ªa espec¨ªfica. Cuando miras a los pa¨ªses anglosajones, germ¨¢nicos, eslavos y escandinavos ves que tienen una tradici¨®n de poes¨ªas para ni?os escritas por los grandes poetas de sus literaturas, Eliot, Brecht, Hughes...
P. Usted ha combinado las dos cosas.
R. Empec¨¦ haciendo poes¨ªa solamente para adultos, pero unos compa?eros que se dedicaban a la ense?anza me pidieron enseguida que escribiera para ni?os. Creo que esto ha sido bueno para m¨ª y que tener esa doble perspectiva es bueno para la literatura infantil. Pero, a veces, dentro del mundo de la literatura infantil me he sentido un poco intruso entre los que se consideran especialistas. Y viceversa: entre los autores para adultos parece que si te dedicas a los ni?os ya has dejado de hacer literatura seria. Esto es un s¨ªntoma de anormalidad.
P. ?Y c¨®mo se resuelve?
R. No lo s¨¦. Quiz¨¢ con un poco m¨¢s de humildad. Me gustar¨ªa que Pere Gimferrer pudiera escribir una poes¨ªa para ni?os, caray. Pero parece que la mayor¨ªa de nuestros poetas viven en otro planeta.
P. ?Cu¨¢l es la especificidad de la poes¨ªa infantil?
R. Espec¨ªfica s¨®lo quiere decir que no contenga una excesiva abstracci¨®n y que no pida una experiencia compleja de la vida. Y acentuar el aspecto del juego porque a los ni?os les engancha mucho. La literatura para ni?os no tiene que ser did¨¢ctica, pero s¨ª tiene que ser literatura. Si es literatura, ya es una cosa formativa. Y si es fundamentalmente did¨¢ctica, ya no es literatura. Cuando yo propongo una adivinanza, lo que hago es poner en circulaci¨®n el lenguaje metaf¨®rico. Adem¨¢s, si no haces de maestro cuando te diriges a los mayores tampoco puedes hacerlo cuando hablas a los peque?os.
P. Sus libros se concentran en la parte l¨²dica. ?La risa educa?
R. Un escritor no puede menospreciar a los ni?os lectores. Cuando escribes, ya sea para adultos o para ni?os, la actitud est¨¦tica debe ser la misma y s¨®lo tener en cuenta esas peque?as limitaciones. Adem¨¢s, t¨² puedes dar a un ni?o una poes¨ªa que no entiende y ver que le gusta, mientras que una persona mayor la dejar¨ªa de lado. La poes¨ªa vehicula unas emociones que se comunican de una manera no exactamente l¨¦xica, sino a trav¨¦s de la m¨²sica, las im¨¢genes y otros muchos aspectos no racionalizables... Eliot, que era una bestia sagrada, dec¨ªa que mucha de la poes¨ªa que m¨¢s le hab¨ªa interesado en la vida no la hab¨ªa entendido desde el primer momento. Ese dejarse llevar, los ni?os lo asumen con naturalidad. Y la risa, claro, es una emoci¨®n como cualquier otra.
P. En poes¨ªa, los ni?os necesitan un mediador.
R. S¨ª, la poes¨ªa entra por los o¨ªdos. En los ¨²ltimos a?os he dado muchas lecturas en escuelas y centros culturales, y la experiencia dice que cuanto m¨¢s mayores, m¨¢s asustados vienen los chicos. Pero enseguida se dejan llevar y los maestros son los primeros sorprendidos, porque se encuentran con que los ni?os escuchan a un se?or que no canta ni hace payasadas, en un escenario sin m¨²sica ni nada. S¨®lo la palabra pura y cruda. Si la poes¨ªa sonara en la escuela con toda naturalidad, los ni?os la tendr¨ªan como algo suyo. Pero esto no sucede porque los maestros no tienen esa formaci¨®n.
P. ?La falta de contacto con la poes¨ªa empobrece el lenguaje?
R. Es uno de los motivos, s¨ª. El rechazo a la poes¨ªa se produce en una sociedad que ha ido perdiendo la riqueza y precisi¨®n de la lengua. En el campo ya se empieza a no distinguir entre los nombres de los p¨¢jaros y los ¨¢rboles. Y lo que no tiene nombre, no existe. As¨ª, hemos ido empobreciendo no s¨®lo el lenguaje, sino nuestra capacidad mental.
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