"La gimnasia te hace m¨¢s espabilada"
A Elena G¨®mez no se le ha movido ni un pelo del flequillo tras ganar la primera medalla de oro en unos mundiales de la gimnasia art¨ªstica femenina espa?ola. La diminuta gimnasta de Manacor (Mallorca) -1,46 metros y 38 kilos de peso-, de piel blanqu¨ªsima y sonrisa f¨¢cil cuando no est¨¢ compitiendo, ha recibido m¨¢s atenci¨®n en las ¨²ltimas semanas que muchas deportistas de su especialidad en toda su vida. Lo acepta con resignaci¨®n porque es consciente de que su triunfo puede llevar a otras ni?as a un deporte que a ella le enganch¨® con seis a?os y al que dedica unas siete horas diarias.
El minuto y medio de su ejercicio de suelo en Debrecen (Hungr¨ªa) s¨®lo le ha cambiado la vida en una cosa: "ahora hago m¨¢s entrevistas". La campeona del mundo de suelo, que cumpli¨® 17 a?os el mes pasado, tampoco teme la presi¨®n que se le vendr¨¢ encima en los pr¨®ximos campeonatos, cuando se le exijan nuevos triunfos. "Repetir la medalla es muy dif¨ªcil. A lo mejor la gente espera mucho de m¨ª, pero tengo que hacerlo como hasta ahora", dice. Seguir entrenando igual". En el horizonte cercano, en agosto pr¨®ximo, el Mundial de Anaheim (Estados Unidos), el Mundial completo; y un poco m¨¢s lejos, pero ya en sus oraciones y preocupaciones, los Juegos Ol¨ªmpicos de Atenas 2004.
"Pienso bastante en los Juegos Ol¨ªmpicos porque nunca he ido y es la competici¨®n m¨¢s grande"
Para Elena G¨®mez, su vida no es ning¨²n sacrificio. "Me gusta lo que hago", explica
Para ella, su vida no es ning¨²n sacrificio. "Me gusta lo que hago", explica. Es m¨¢s, encuentra en este deporte exigente y con pocas compensaciones muchos m¨¢s beneficios que riesgos. "Hacer gimnasia sirve m¨¢s que otras cosas que hacen los j¨®venes hoy. Aprendes cosas nuevas, es una experiencia totalmente distinta. Creo que te ayuda a saber ir solo, a salir de los problemas m¨¢s f¨¢cilmente, a no rendirte a la primera. Te hace m¨¢s espabilada. Es una experiencia que te ayuda despu¨¦s en la vida", asegura que le dir¨ªa a quienes critican la dureza de la gimnasia. En el otro lado de la balanza, entre las cosas a las que ha tenido que renunciar, la campeona de Espa?a absoluta s¨®lo pone una cosa, su familia, padres y cinco hermanos, que siguen en Manacor. "Como cada mes vamos a casa y mis padres vienen tambi¨¦n a Madrid, cada 15 d¨ªas nos vemos, as¨ª que no es un sacrificio muy grande. Es lo ¨²nico", matiza esta joven que lleg¨® al Centro de Alto Rendimiento de Madrid hace m¨¢s de tres a?os. Ni una sola referencia a novios, ni a tener m¨¢s tiempo libre.
"La gimnasia dura poco, as¨ª que ya tendr¨¦ tiempo para hacer lo que quiera despu¨¦s", explica, resuelta, justo antes de empezar la sesi¨®n de entrenamiento de la tarde. Incluso estudiar. Elena dej¨® colgado el curso pasado y ha retrasado el principio de ¨¦ste para cumplir con sus compromisos deportivos. Pero tiene claro que volver¨¢ a coger los libros alg¨²n d¨ªa. "No he pensado a qu¨¦ quiero dedicarme cuando deje la gimnasia, pero me gusta mucho la fotograf¨ªa".
De momento parece dif¨ªcil que deje su deportiva vida muy pronto, porque el a?o que viene tiene una cita mucho m¨¢s importante que el bachillerato."En verano est¨¢n los mundiales clasificatorios para los Juegos Ol¨ªmpicos [de 2004]", las dos citas m¨¢s importantes para una gimnasta, dos retos por los que a¨²n no ha pasado Elena y en los que deber¨ªa competir en los cuatro aparatos -en Hungr¨ªa s¨®lo participo en dos pruebas, ya que era el Mundial por aparatos- y liderar el equipo espa?ol. "Pienso bastante en los Juegos Ol¨ªmpicos porque nunca he ido y es la competici¨®n m¨¢s importante. Con ir ya me bastar¨ªa", asegura esta gimnasta que ha aprendido a competir, a controlar los nervios, prueba a prueba. Su primer recuerdo de un torneo es el Campeonato de Espa?a de hace nueve a?os, cuando la mallorquina apenas ten¨ªa ocho a?os.
"He tenido suerte y nunca he sufrido una lesi¨®n grave. A lo mejor influye la concentraci¨®n porque si uno se despista se hace da?o m¨¢s f¨¢cilmente", razona esta gimnasta que prefiere "desde peque?a" el suelo que le dio el oro y a la que le ha costado sobre todo conseguir un buen nivel en el salto.
La campeona del mundo rompe con algunos t¨®picos que pesan sobre las gimnastas. Le gusta hablar, aunque no acaba de sentirse c¨®moda en las entrevistas; lee "todos los d¨ªas a no ser que llegue muy cansada" -ahora lee una novela en catal¨¢n, su idioma materno, que le regal¨® su hermano mayor-; no es supersticiosa, no tiene man¨ªas ni colecciona amuletos; y la ¨²nica gimnasta a la que admira no es rusa ni rumana, es su compa?era de equipo y litera, Sara Moro. "No es porque sea mi amiga, me gusta como gimnasta, como persona y c¨®mo se entrena. Siempre tiene muchas ganas y aunque un d¨ªa le salga mal, al siguiente lo hace bien. Siempre tiene ilusi¨®n".
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