La UE reconoce su olvido de la industria europea para impulsar el 'boom' tecnol¨®gico
La productividad del sector manufacturero en Espa?a cay¨® un 5,4% en la ¨²ltima d¨¦cada
La Comisi¨®n Europea reconoce que la industria manufacturera ha sido la gran descuidada por los dirigentes durante los ¨²ltimos a?os. Bruselas advierte ahora, tras la explosi¨®n de la burbuja tecnol¨®gica, que la UE est¨¢ entrando en una situaci¨®n de declive industrial, que se agravar¨¢ todav¨ªa m¨¢s si no se adoptan a tiempo medidas para mejorar su competitividad y productividad. En Espa?a la productividad de la industria ha ca¨ªdo un 5,4% en la ¨²ltima d¨¦cada, frente al estancamiento de Europa. La adhesi¨®n de diez nuevos pa¨ªses y la pujanza de las econom¨ªas asi¨¢ticas puede empeorar la situaci¨®n.
El pr¨®ximo 21 de enero se celebrar¨¢ una conferencia internacional en Bruselas en la que se debatir¨¢n por primera vez los cambios que se deben emprender para "apoyar" el desarrollo de la industria manufacturera en una Europa ampliada. La Comisi¨®n Europea no excluye la posibilidad de que a partir de finales del a?o 2003 lance iniciativas legislativas para mejorar la competitividad de la industria.
La estructura productiva de la econom¨ªa europea ha sufrido cambios notables durante las ¨²ltimas tres d¨¦cadas. La parte del sector servicios ha pasado de un 52% a comienzos de la d¨¦cada de los setenta hasta el 71% a finales del a?o pasado. Durante ese mismo periodo, la industria manufacturera ha ca¨ªdo de un 30% a un 18%. EE UU ha ido aumentando entre tanto la ventaja productiva de su industria respecto a la UE. De un crecimiento del 3,1% registrado en la primera mitad de los a?os noventa, se pas¨® a un 5,5% a final de la d¨¦cada. La productividad de la industria europea apenas mejor¨® dos d¨¦cimas, de un 3% a un 3,2%.
El caso espa?ol
Las diferencias internas en la UE son enormes. La industria manufacturera irlandesa (con el 9,2%) y la finlandesa (8,8%) registraron los incrementos de productividad m¨¢s altos entre 1996 y 2000. En Alemania, el motor industrial de la econom¨ªa europea, ese crecimiento fue del 4,9%. Los ratios de crecimiento m¨¢s bajos se observaron durante ese mismo periodo en Italia (1,2%) y Portugal (1,8%). La productividad de la industria espa?ola fue la ¨²nica que registr¨® un descenso (ver gr¨¢fico), del 1,4%. La media de toda la d¨¦cada eleva la ca¨ªda en Espa?a a un 5,4%, lo que hace m¨¢s preocupante esta situaci¨®n en el caso espa?ol.
El panorama se hace a¨²n mucho menos alentador si lo que se toma como referencia para conocer el estado de la industria europea es el nivel de innovaci¨®n y de formaci¨®n, claramente insuficiente. Las inversiones en investigaci¨®n representan en la actualidad el 1,9% del PIB en la UE, contra el 2,7% en EE UU. El gasto en formaci¨®n se ha reducido en Europa siete d¨¦cimas en una d¨¦cada, de un 5,7% del PIB en 1990 a un 5% en 2001. La Comisi¨®n Europea no oculta su "seria preocupaci¨®n" por estos datos, recogidos en su ¨²ltimo informe sobre la pol¨ªtica industrial de la UE.
El estudio elaborado por los servicios del comisario europeo de Empresa, Erkki Liikanen, achaca esta falta de empuje, o mejor dicho, de este "peligroso deterioro" de la competitividad industrial europea a que "los dirigentes europeos no han mantenido una atenci¨®n suficiente sobre la industria manufacturera. Cre¨ªan, err¨®neamente, que no podr¨ªa jugar un papel clave en la sociedad de la informaci¨®n", contin¨²a. A Bruselas tampoco se le puede excluir de esta forma de pensar, porque ha sido una de las principales promotoras de la econom¨ªa virtual.
La Comisi¨®n Europea rectifica ahora y opta por lanzar un mensaje de alerta serio: la prosperidad de la econom¨ªa europea corre peligro si se sigue descuidando su base industrial. "Europa necesita de una industria competitiva y din¨¢mica que genere los recursos financieros necesarios para mantener e incrementar su prosperidad", afirma el informe. Es decir, la UE reconoce que para convertirse en el l¨ªder econ¨®mico mundial en 2010 se necesita de un tejido industrial s¨®lido que utilice las nuevas tecnolog¨ªas como un medio para mejorar su competitividad y productividad, y no como un fin.
El punto de inflexi¨®n en esta forma de pensar coincide con la ¨²ltima reuni¨®n del canciller alem¨¢n, Gehrard Schr?der, con el Colegio de Comisarios de la UE, en la que reivindic¨® que desde Bruselas se deb¨ªa defender con m¨¢s ¨ªmpetu a la industria de base, la que est¨¢ en el origen del poder¨ªo econ¨®mico de Alemania. Ahora ese motor est¨¢ muy tocado y una buena parte de las grandes empresas manufactureras alemanas est¨¢n en situaci¨®n de bancarrota.
La Comisi¨®n Europea acepta desde entonces que se d¨¦ un enfoque m¨¢s equilibrado a la pol¨ªtica industrial europea, en vigor desde 1990, en t¨¦rminos de exigencias laborales, sociales y medioambientales para que los empresarios se aventuren a asumir nuevos riegos.
La ampliaci¨®n de la UE a diez nuevos pa¨ªses en 2004 se ve como una "fuente de oportunidades" para reactivar la industria europea. Pero a la vez puede ocasionar "nuevas trabas". "Incluso si la industria de los futuros Estados miembros est¨¢ lista para afrontar la competencia en una Europa ampliada, es necesario seguir adelante con los procesos de reestructuraci¨®n para resolver los problemas" de sobrecapacidad y de productividad, indica el informe.
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