El tesoro del L¨¢zaro Galdiano
La exposici¨®n titulada Obras maestras de la Colecci¨®n L¨¢zaro Galdiano, que re¨²ne una selecci¨®n de 124 piezas art¨ªsticas pertenecientes a la Fundaci¨®n L¨¢zaro Galdiano, incluye cuadros, dibujos, grabados, esculturas, esmaltes, plater¨ªa, joyas, tejidos, marfiles, cer¨¢mica, libros, miniaturas, medallas, monedas, etc¨¦tera. La muestra se puede apreciar en la Fundaci¨®n Santander Central Hispano, de Madrid, teniendo en cuenta que la c¨¦ntrica y hermosa sede de la Fundaci¨®n en la calle de Serrano se encuentra en obras de remodelaci¨®n interior.
Como comisaria de la muestra ha actuado Letizia Arbeteta, directora de la Fundaci¨®n L¨¢zaro Galdiano, que ha realizado su trabajo de forma esmerada y generosa. Con lo dicho, el buen aficionado puede comprender de antemano la importancia de esta convocatoria, porque sabe muy bien que no va a poder contemplar este selecto conjunto en forma tan id¨®nea como ahora, ni siquiera cuando el museo reabra sus puertas, pero pienso, adem¨¢s, que, para una buena parte del p¨²blico, incluso madrile?o, esta exposici¨®n resultar¨¢ un deslumbrante descubrimiento, el cual seguramente les har¨¢ ser conscientes del esplendor de esta soberbia y muy singular colecci¨®n art¨ªstica y visitar despu¨¦s su palacete remodelado.
OBRAS MAESTRAS DE LA COLECCI?N L?ZARO GALDIANO
Fundaci¨®n Santander Central Hispano Marqu¨¦s de Villamagna, 3 Madrid Hasta el 9 de febrero de 2003
De todas formas, se co-
nozca previamente o no la sede y la colecci¨®n de la Fundaci¨®n L¨¢zaro Galdiano, s¨®lo una minor¨ªa est¨¢ informada sobre la vida y la personalidad de su creador, Jos¨¦ L¨¢zaro Galdiano (1862-1947), uno de los pocos mecenas y coleccionistas espa?oles de su ¨¦poca con aut¨¦ntica talla internacional, que no s¨®lo atesor¨® un formidable conjunto art¨ªstico, trayendo a nuestro pa¨ªs obras de primer orden adquiridas en el mercado internacional, sino que lo don¨® todo al Estado espa?ol, que cuida esta magn¨ªfica heredad desde comienzos de los a?os de 1950. Los grandes coleccionistas suelen reunir en su persona pasi¨®n, criterio y generosidad, como le ocurri¨® a Jos¨¦ L¨¢zaro, que puede considerarse uno de los miembros m¨¢s destacados del esp¨ªritu regeneracionista del 98, algo que demostr¨® no s¨®lo mediante el esp¨ªritu y la calidad de su colecci¨®n art¨ªstica, sino tambi¨¦n con un sinf¨ªn de otras actividades de promoci¨®n cultural que no cabe comentar aqu¨ª.
En cualquier caso, la revisi¨®n de lo que ahora se nos ofrece en la muestra que comentamos es quiz¨¢ el mejor medio para comprender lo que est¨¢ visible y el esp¨ªritu de quien lo junt¨®, que fue de muy altas y refinadas miras. Como ya se ha indicado, la colecci¨®n L¨¢zaro abarca pr¨¢cticamente todos los campos y ¨¦pocas del arte y la cultura universales, aunque la pintura ocupa un papel muy destacado y por ello se convierte en la protagonista de la presente exposici¨®n. En este campo, es ciertamente dif¨ªcil destacar lo m¨¢s excelente por uno o por otro motivo, ya que nos encontramos con cuadros de El Bosco, Lucas Cranach, El Greco, Vel¨¢zquez, Murillo, Cavallino, Mengs, Reynolds, Paret, Goya, Constable, adem¨¢s de una muy cumplida representaci¨®n de grandes maestros espa?oles, am¨¦n de los antes citados, los cuales pertenecen a diversos siglos, llegando hasta un muy adentrado siglo XIX. Por otra parte, es muy digno de resaltar el buen estado en que se presentan casi todas estas obras, sin desigualdades de limpieza entre s¨ª, aunque, como parece inevitable en estos casos, con restauraciones m¨¢s o menos afortunadas.
Si no es posible aqu¨ª detenerse a comentar cuadro por cuadro este abrumador conjunto pict¨®rico, ni siquiera en las piezas mejores, a¨²n menos cabe hacerlo con el resto de lo exhibido, entre lo que nos encontramos con restos arqueol¨®gicos notabil¨ªsimos, como ese jarr¨®n tart¨¦sico en bronce del siglo VI antes de Cristo, hasta con otras soberbias manifestaciones del arte medieval, renacentista, barroco, etc¨¦tera. No se trata de indicar que hay todo el elenco de lo que se entiende como artes industriales, suntuarias, populares, etc¨¦tera, sino aut¨¦nticos tesoros de bibliofilia y documentaci¨®n, sin olvidarnos de la escultura y el grabado.
Todo este maravilloso ma
terial est¨¢, adem¨¢s, presentado en condiciones ideales para apreciar su valor en cada caso, lo que significa que el visitante nunca queda aturdido por la diversidad y el n¨²mero, sino que puede hacer su recorrido con continua sensaci¨®n de claridad y, por supuesto, con pleno disfrute. Por ¨²ltimo, tambi¨¦n hay que llamar la atenci¨®n acerca del magn¨ªfico cat¨¢logo editado con motivo de la exposici¨®n, en el que no s¨®lo se puede obtener la informaci¨®n precisa acerca de lo exhibido en ella, sino varios estudios sobre Jos¨¦ L¨¢zaro y la enorme riqueza art¨ªstica de su legado.
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