EE UU inicia el despliegue final para la guerra
El objetivo del Pent¨¢gono es disponer el 27 de enero de 120.000 hombres en la zona del golfo P¨¦rsico
El derribo de un avi¨®n esp¨ªa norteamericano Predator sobre la zona de exclusi¨®n a¨¦rea del sur de Irak puso el lunes al portaviones Constellation en estado de m¨¢xima alerta. Fueron cortadas todas las comunicaciones con el exterior y buena parte de pilotos y tripulantes pensaron que a Sadam Husein se le iban a enviar los primeros regalos por Navidad. En vez de las esperadas salidas de combate, el buque volvi¨® el d¨ªa 25 a la rutina en aguas pr¨®ximas a Irak. Sus 4.500 tripulantes forman parte de los 60.000 soldados y 400 aviones norteamericanos desplegados en la zona, que en las pr¨®ximas semanas van a ser reforzados por otros tantos combatientes. Todos a la espera de que, como en febrero de hace 11 a?os, helic¨®pteros Apache emprendan vuelo para desactivar defensas iraqu¨ªes y den paso a una primera jornada con entre 500 y mil misiones de aviones capaces de alcanzar m¨²ltiples objetivos a la vez. Aunque, como el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, ha querido poner de manifiesto, este impresionante despliegue no significa que la guerra sea inevitable. No obstante, Rumsfeld firm¨® el martes una orden de despliegue en la zona del golfo P¨¦rsico de un "significativo" n¨²mero de fuerzas terrestres, aviones de combate y tropas de apoyo log¨ªstico. Esta orden clasificada, incluida en un documento de 20 p¨¢ginas, est¨¢ destinada al despliegue de tropas en Kuwait, Qatar, Bahrein y otros pa¨ªses del golfo P¨¦rsico. En la actualidad, Estados Unidos tiene desplegados un total de 60.000 soldados de los ej¨¦rcitos de tierra, mar y aire y 400 aviones entre Turqu¨ªa, Arabia Saud¨ª, Kuwait, Om¨¢n y Bahrein.
Las aguas de ?ndico y las bases militares de los pa¨ªses vecinos de Irak son un hervidero de actividad, con un intenso tr¨¢fico de barcos y aviones que transportan a la zona hombres y miles de toneladas de equipo y armamento desde bases en Estados Unidos y Europa. Los soldados se mantienen en alerta, preparados para intervenir en cualquier momento. "Lo estamos esperando. Sabemos que van a llegar. Hay mucha expectaci¨®n", dec¨ªa un tripulante del Constellation en aquellas horas de incertidumbre de principios de semana que luego quedaron en nada.
Es el sentimiento dominante entre los hombres que a lo largo de los ¨²ltimos meses EE UU ha destacado discretamente en posiciones de combate y bases en Turqu¨ªa, Kuwait, Arabia Saud¨ª, Bahrein, Om¨¢n y Qatar. Este anillo de fuego -cerrado en el mar con el veterano Constellation y el Harry Truman, m¨¢s otros tres portaaviones en disposici¨®n de sumarse al ataque si hace falta, incluido el Kitty Hawk, estacionado en Jap¨®n- va a ser consolidado con nuevos efectivos a partir del 1 de enero, fecha para la que los 17.500 hombres de la primera fuerza expedicionaria de marines, con base en California, han recibido orden de estar preparados para partir.
El objetivo de Washington es tener sobre el terreno unos 120.000 hombres en disposici¨®n de combate para el 27 de enero, cuando el Consejo de Seguridad reciba el primer informe del inspector Hans Blix sobre si Sadam tiene armas de destrucci¨®n masiva en sus arsenales. Junto a las tropas de ataque, el Pent¨¢gono va a movilizar a m¨¢s de 200.000 reservistas para desarrollar labores de protecci¨®n sobre el terreno y en EE UU.
Nuevas tropas y equipos van a llegar desde EE UU en un proceso sin la discreci¨®n empleada hasta ahora, debido a la rapidez prevista para el despliegue y porque Washington ya quiere mostrar determinaci¨®n. Una divisi¨®n blindada y otra de infanter¨ªa destacadas en Alemania, junto a una brigada aerotransportada con base en Italia, est¨¢n pendientes de la orden de marcha. Alas de aviones de combate F-117, invisibles al radar, son esperadas en Kuwait, y, llegada la hora, los tambi¨¦n indetectables bombarderos B-2, con forma de rayas voladoras, partir¨¢n desde la isla de Diego Garc¨ªa, en el ?ndico, para atacar posiciones en Irak, junto a los gigantescos B-52 y B-1, que pueden volar desde Estados Unidos y las islas brit¨¢nicas.
Un escuadr¨®n de 21 helic¨®pteros de ataque Apache espera ¨®rdenes en Kuwait. Fueron Apache los encargados de cegar las defensas antia¨¦reas iraqu¨ªes al comienzo de la Operaci¨®n Tormenta del Desierto y los expertos esperan que ahora vuelvan a desempe?ar el mismo papel si Bush da la orden de atacar, una noche en la que habr¨¢ entre 500 y 1.000 salidas de aviones capaces de alcanzar objetivos m¨²ltiples con armas de precisi¨®n mejorada con respecto al arsenal de hace 12 a?os. El presidente estadounidense declar¨® ayer en su habitual alocuci¨®n radiof¨®nica de los s¨¢bados que EE UU afrontar¨¢ en 2003 el peligro de una "violencia catastr¨®fica" procedente de Irak y de sus armas de destrucci¨®n masiva.
Kuwait, invadido por Sadam en 1990, es el pa¨ªs vecino que m¨¢s apoyo presta al Pent¨¢gono, que tiene all¨ª desplegados unos 12.000 hombres y equipo para dos brigadas, a las que se va a sumar una tercera, cada una de ellas dotada con m¨¢s de 200 carros de combate, blindados y piezas artilleras. De bases kuwait¨ªes parten los aviones que controlan la zona de exclusi¨®n a¨¦rea del sur de Irak, incluido el Predator derribado el lunes, y en Kuwait hay destacados comandos de operaciones especiales. El grueso de la hipot¨¦tica ofensiva terrestre contra Sadam ser¨¢ lanzado desde el desierto kuwait¨ª, donde el temor de los soldados norteamericanos no se dirige tanto a la resistencia que puedan prestar los iraqu¨ªes como al posible empleo por Sadam de armas qu¨ªmicas o bacteriol¨®gicas. Bush ha hecho saber que EE UU responder¨¢ con todas sus opciones al empleo de tales armas.
Al igual que Kuwait, Qatar -con su gran base a¨¦rea de As Sailiya, donde se acaba de instalar un avanzado sistema m¨®vil de radar para detecci¨®n avanzada de misiles, y tienen los americanos su cuartel general para la zona- y Bahrein, sede de la Quinta Flota, cooperan sin reservas, todo lo contrario que Arabia Saud¨ª. EE UU tiene unos 5.000 efectivos en la base a¨¦rea Pr¨ªncipe Sult¨¢n, cerca de Riad, que no cuentan, por ahora, con autorizaci¨®n para lanzar operaciones de castigo contra Irak, aunque Washington espera contar con los saud¨ªes en caso de guerra.
Las renuencias del r¨¦gimen wahab¨ª se ven compensadas con la decidida colaboraci¨®n de los otros vecinos del Golfo. "Estamos bastante tranquilos con lo que podemos hacer desde el sur", declaraba hace unos d¨ªas en Turqu¨ªa Paul Wolfowitz, secretario de Estado adjunto de Donald Rumsfeld en el Pent¨¢gono. Para Wolfowitz "no hay alternativa" a Turqu¨ªa si se quiere lanzar una vigorosa operaci¨®n terrestre contra Sadam por el norte. El norte es la zona semiindependiente del Kurdist¨¢n iraqu¨ª, donde Turqu¨ªa tiene desplegados no menos de 5.000 soldados. Entre los 70.000 milicianos kurdos, mal preparados y peor equipados, agentes de la CIA buscan cooperaci¨®n y apoyo log¨ªstico. Desde la base turca de Incirlik, aviones aliados sobrevuelan ese territorio. EE UU querr¨ªa ampliar los 1.700 hombres ahora destacados all¨ª y usar Incirlik como base para la 101 Divisi¨®n Aerotransportada, en alerta en Kentucky, a la espera de volar al teatro de operaciones con sus Apache y Black Hawk. Esta divisi¨®n cerrar¨ªa por el norte la tenaza sobre Bagdad, pero Ankara no termina de aceptar. Recep Tayyip Erdogan, el l¨ªder turco del partido islamista moderado en el poder, escuch¨® lo que Bush le quer¨ªa decir pero no permiti¨® que le arrancase un compromiso.
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