Kenia cambia de v¨ªa
Sacudirse a la vez a un partido que ha mandado durante 40 a?os y a su aspirante a la presidencia no es poco logro. Eso es lo que han hecho, y adem¨¢s pac¨ªficamente, los kenianos al votar mayoritariamente a Mwai Kibaki como pr¨®ximo jefe del Estado para suceder a Daniel Arap Moi, vetado constitucionalmente para ser reelegido tras 24 a?os de poder absoluto. El candidato de Moi y su partido, la Uni¨®n Nacional Africana de Kenia (KANU), ha sido barrido, pese a ser hijo del padre fundador, Jomo Kenyatta.
Aun sin pertenecer al furg¨®n de cola africano, la historia reciente de Kenia es deprimente. Infraestructuras ruinosas, pobreza rampante (m¨¢s de la mitad de sus 30 millones viven con un euro al d¨ªa), sida en progresi¨®n, corrupci¨®n imparable, violento tribalismo pol¨ªtico ocasional, todo bajo el manto venal e incompetente de Moi. El presidente saliente, al que su anticomunismo militante dio carta blanca para todos los excesos, ha hecho y deshecho a su antojo hasta hace muy poco tiempo, incluso despu¨¦s de las primeras elecciones multipardidistas de 1992. La irrupci¨®n del terrorismo fundamentalista -ataque a la Embajada de EE UU en 1998 y la reciente voladura de un hotel en Mombasa- ha dado un golpe de gracia al turismo, una vital fuente de ingresos.
En Kenia acaba una era y comienza lo m¨¢s dif¨ªcil.El nuevo presidente, tercero desde la independencia en 1963, a cuya toma de posesi¨®n asist¨ªan ayer centenares de miles de jubilosos kenianos, ha prometido en su primer discurso casi todo lo bueno imaginable e imposible de cumplir en un pa¨ªs tan degradado. Pero resulta reconfortante escuchar a un l¨ªder africano que la corrupci¨®n dejar¨¢ de ser un medio de vida o que la salud, el empleo y el fortalecimiento de las instituciones democr¨¢ticas ser¨¢n prioridades absolutas.
Mwai Kibaki, un ex ministro de Finanzas con claroscuros pol¨ªticos, no es un novicio. Tiene 71 a?os y una salud fr¨¢gil. Su coalici¨®n est¨¢ llena de tr¨¢nsfugas, pero tambi¨¦n de idealistas, y tendr¨¢ que sacar de ella un Gobierno eficaz y limpio si quiere escuchar el clamor de sus conciudadanos y recobrar la confianza de las instituciones crediticias internacionales. Merece suerte.
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