"Hay una ola de credibilidad que ya se nota en los mercados"
Luiz Fernando Furl¨¢n, de 56 a?os, forma parte de los ministros t¨¦cnicos elegidos por Lula para integrar su Gobierno. Sin adscripci¨®n pol¨ªtica, es un conocido hombre de negocios, vicepresidente de la patronal de S?o Paulo, la m¨¢s poderosa del pa¨ªs y, sobre todo, presidente del grupo Sadia, un gigante alimentario que exporta a m¨¢s de 70 pa¨ªses y factura 1.800 millones de euros. Conoce bien Espa?a, pues, no en vano, el presidente de Telef¨®nica, C¨¦sar Alierta, le nombr¨® hace dos a?os como consejero del grupo, cargo que dej¨® el mes pasado.
Pregunta. ?Por qu¨¦ un hombre de negocios como usted acepta formar parte del Gobierno de Lula?
Respuesta. No tengo v¨ªnculos con ning¨²n partido ni intenci¨®n de seguir una carrera pol¨ªtica. A m¨ª me gusta enfrentar desaf¨ªos y despu¨¦s de 10 a?os como presidente de Sadia y casi 30 a?os trabajando en la empresa, estaba pensando hacer algo nuevo. No es f¨¢cil salir de una situaci¨®n de confort, tanto familiar como profesional y financiera. Pero tuve una reuni¨®n con Lula y despu¨¦s de media hora me convenci¨® para aceptar el desaf¨ªo de poder contribuir para que el nuevo Gobierno lleve a cabo las reformas que conduzcan a Brasil por la senda de la equidad social y el desarrollo para que estemos en la selecci¨®n de pa¨ªses del Primer Mundo.
P. Pero sorprende encontrar en ese Gobierno a gente como el cantante Gilberto Gil junto al ex presidente del Bank of Boston, Enrique Meirelles.
R. El presidente tiene el reto de componer un equipo que salga de tres extracciones diferentes: en primer lugar, la gente de su partido (PT), entre los que est¨¢n los ministros de Econom¨ªa y Medio Ambiente; los expertos, entre los que estoy yo junto a otros ministros, como el de Agricultura y Asuntos Exteriores, y, por ¨²ltimo, los elegidos entre los partidos aliados. La opini¨®n p¨²blica ha recibido bien nuestro nombramiento porque, dicen, 'bueno, al menos, ¨¦stos entienden de esto'.
P. El mundo financiero reaccion¨® con p¨¢nico cuando se supo que Lula ten¨ªa muchas posibilidades de ganar las elecciones. Bueno, ya las gan¨®, ?ha pasado ya el efecto Lula?
R. Ha pasado el temor inicial, pero el efecto no pasar¨¢ hasta que el nuevo Gobierno no est¨¦ en condiciones de tomar decisiones y construir un activo de credibilidad. Por lo pronto, Lula est¨¢ sorprendiendo gratamente por sus declaraciones. La visita a Bush fue muy bien recibida y el equipo econ¨®mico no est¨¢ diciendo barbaridades; al contrario, s¨®lo dice que vamos a tener un 2003 muy duro, pero que se van a controlar los gastos.
P. ?Va a poder usted trabajar libremente en el Gobierno?
R. La ¨²nica restricci¨®n que me puso el presidente para elegir a mi equipo es que estuvieran en el listado de funcionarios honestos.
P. ?Se cumplir¨¢ el proyecto Hambre Cero para garantizar a todos los brasile?os la alimentaci¨®n?
R. Si analizamos el problema, eso puede costar un 1% del producto interior bruto (PIB). El Gobierno recauda el 34% del PIB, por lo que cumplir con esa promesa equivale al 3% del presupuesto, que no es mucho. Sin embargo, no es un proyecto del Gobierno, sino de la sociedad. Vamos a requerir el apoyo de las empresas, las ONG y de mucha gente interesada. He propuesto al presidente movilizar a un ej¨¦rcito de 10 millones de voluntarios, que quieren ayudar y ahora no saben c¨®mo hacerlo.
P. La deuda externa, de 200.000 millones de d¨®lares, puede trastocar esos planes.
R. En agosto firmamos un acuerdo con el FMI para una l¨ªnea de cr¨¦dito de 30.000 millones, de los que se han utilizado 6.000. Pero hay que considerar que s¨®lo el 44% de la deuda pertenece a las administraciones p¨²blicas; el resto es privada. Y adem¨¢s, vamos a cerrar el ejercicio pasado con m¨¢s de 12.000 millones de d¨®lares de super¨¢vit comercial, que en 2003 se elevar¨¢ hasta los 18.000. Es decir, que hay una generaci¨®n extraordinaria de divisas que pone las cuentas en mucho mejor que en el pasado.
P. ?Y la devaluaci¨®n?
R. La devaluaci¨®n del real fue coyuntural, pero ya se est¨¢ recuperando. La moneda se depreci¨® por las elecciones, pero el mercado ya est¨¢ reconociendo que hay un Gobierno comprometido con temas sociales, pero tambi¨¦n con la austeridad presupuestaria. Hay una ola de credibilidad en torno al proyecto de Lula que va a hacer volver a la situaci¨®n anterior a las elecciones. Y los mercados ya lo est¨¢n apreciando.
P. ?Cu¨¢les son las reformas m¨¢s urgentes?
R. En materia econ¨®mica, la m¨¢s urgente es la de las pensiones. En Brasil, gracias a los privilegios conseguidos en el pasado, el 20% de los jubilados, funcionarios en su mayor¨ªa, se lleva el 80% de los recursos. Hay que equipararlas, poniendo un techo, lo que supondr¨¢ rebajar las de los funcionarios, pero elevar notablemente empleados privados. Tambi¨¦n es precisa una profunda reforma tributaria y fiscal. En Brasil hay demasiados impuestos (m¨¢s de 50) y es necesario una simplificaci¨®n. Adem¨¢s, para el consumidor son invisibles. A diferencia del IVA, no sabe lo que paga. Pero todo esto pasa por una profunda reforma pol¨ªtica, porque ahora no hay lealtad partidaria. Muchos diputados est¨¢n cambiando ahora mismo de partido y se habla incluso de alquiler de votos. Hemos llegado a tener un presidente sin partido.
P. Brasil ha hecho un gran esfuerzo privatizador. ?Cabe la posibilidad de dar una vuelta atr¨¢s?
R. El PT tiene dudas sobre las privatizaciones pendientes, que no son muchas. Pero en ning¨²n caso se va renacionalizar lo privatizado. La opini¨®n p¨²blica est¨¢ muy contenta porque los servicios funcionan.
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