El dirigente etarra Urrusolo Sistiaga, condenado a 37 a?os por asesinato

El dirigente de la banda terrorista ETA Jos¨¦ Luis Urrusolo Sistiaga, Langile, fue condenado ayer a 37 a?os y 4 meses de prisi¨®n por su intervenci¨®n en la colocaci¨®n de un coche bomba en un t¨²nel bajo la autopista A-18, en el t¨¦rmino de San Quirce del Vall¨¦s (Barcelona). La explosi¨®n, ocurrida a las 7.45 horas del 19 de marzo de 1992, caus¨® la muerte instant¨¢nea del peat¨®n Antonio Jos¨¦ Martos Mart¨ªnez, que cruzaba por el lugar para dirigirse a su trabajo.

La Audiencia Nacional ha condenado a Urrusolo, de 46 a?os y natural de San Sebasti¨¢n (Guip¨²zcoa), a 29 a?os por el asesinato; a cuatro a?os, dos meses y un d¨ªa, por un delito de estragos, y a otros cuatro a?os, dos meses y un d¨ªa por el robo del veh¨ªculo en el que se coloc¨® el explosivo.

Por este crimen ya estaba condenado otro de los autores, Fernando D¨ªaz Torres, que integraba el comando Ekaitz que dirig¨ªa Urrusolo. La tercera integrante del grupo, Idoia Mart¨ªnez Garc¨ªa, contin¨²a en paradero desconocido.

La sentencia declara probado que Urrusolo y D¨ªaz Torres se desplazaron a Tarrasa, donde la noche del 10 al 11 de marzo sustrajeron un veh¨ªculo Ford Fiesta, que estaba aparcado en las inmediaciones del domicilio de su propietaria.

D¨ªas despu¨¦s, los condenados prepararon dos artefactos explosivos con sendas ollas en las que colocaron 10 kilos de amonal y abundante torniller¨ªa. Adem¨¢s incluyeron un mecanismo de iniciaci¨®n doble, con un temporizador para asegurarse de que no estallase antes de las 7.45 horas y con un dispositivo antimovimiento y otro de detecci¨®n de personas para que se activase si alguien intentaba mover el veh¨ªculo o si se acercaban al mismo.

Los terroristas avisaron a las seis y media de la ma?ana al Real Autom¨®vil Club de Catalu?a y a la Guardia Civil de la colocaci¨®n del coche bomba. Sin embargo, la explosi¨®n se produjo antes de que las fuerzas de seguridad hubieran acordonado la zona y caus¨® la muerte de Antonio Martos.

Matar a guardias civiles

Urrusolo Sistiaga declar¨® en el juicio que el coche estaba preparado con la intenci¨®n de matar a uno o varios guardias civiles y que fue la tardanza de ¨¦stos en acordonar la zona la que caus¨® la muerte del peat¨®n. "Disocia as¨ª", dice la sentencia, "en perversa e inadmisible cronolog¨ªa, la acci¨®n -colocaci¨®n de un coche con una potente carga explosiva en un lugar p¨²blico a escasos metros de diversas empresas- del resultado. Y contrasta, adem¨¢s, con que afirme que no hay nadie de ETA all¨ª cuando explosiona el artefacto y a la vez mantenga que ya antes de llegar el peat¨®n hab¨ªa guardias civiles, dato que se revela falso".