Un minarete en la sierra de Huelva
Almonaster la Real conserva la mezquita m¨¢s vieja de Espa?a
El nombre de esta villa serrana evoca la ocupaci¨®n ¨¢rabe; tiempos de lunas musulmanas sobre cruces cristianas, que han dejado en ella los vestigios hist¨®ricos y el recuerdo de su pret¨¦rito esplendor.
La sierra de Aracena pone el marco al pueblo blanco de Almonaster la Real, donde el sol consigue desprender destellos del encalado de sus casas y de las enrojecidas tejas con que se rematan. Sigue los c¨¢nones est¨¦ticos de esos n¨²cleos urbanos tan predicados en los panfletos tur¨ªsticos que se distribuyen en las oficinas de turismo, agarrado a la ladera de una loma coronada por los restos testimoniales de la historia de la ciudad. En el otero estrat¨¦gico mejor situado de los alrededores se levant¨®, en el siglo V, un templo visig¨®tico que despu¨¦s modific¨® estructura y culto para convertirse en mezquita rural, de la que se conservan su sala principal y la torre minarete. Abrazada por una fortaleza, muchos estudiosos la consideran el templo musulm¨¢n m¨¢s a?ejo que se conserva en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica.
Aunque el origen verdadero de la poblaci¨®n se remonta a la ¨¦poca romana, hecho avalado por los capiteles, fustes y un ara funeraria encontrados en las cercan¨ªas del castillo, fueron los ¨¢rabes los que bautizaron como Al-munia, que significa la fortaleza, a la primera versi¨®n urbana de lo que hoy es Almonaster. Como la mayor¨ªa de las mezquitas peninsulares, ¨¦sta tambi¨¦n fue transformada en iglesia tras la Reconquista y su alminar en campanario, pero la restauraci¨®n realizada hace unos a?os le ha devuelto su funci¨®n primigenia.
Corre la Edad Media y los siglos transcurren bajo los reinados taifas, mientras las huestes cristianas recuperan poco a poco las tierras perdidas por debajo del Duero, hasta que en la primera mitad del siglo XIII toda la comarca occidental de Sierra Morena es reconquistada por las ¨®rdenes militares portuguesas. Es tiempo de mixturas de culturas y civilizaciones; un periodo rico que se aprecia todav¨ªa en las distintas muestras de estilo mud¨¦jar que permanecen en pie.
Hoy d¨ªa el pueblo se ve cambiado y tambi¨¦n su entorno m¨¢s cercano. La vieja vegetaci¨®n mediterr¨¢nea de encinas, alcornoques, jaras, brezos y madro?os se ha visto desplazada en muchas laderas por ingentes repoblaciones de eucaliptos y pinos en busca de rentabilidad maderera. Pero, a pesar de estos cambios, queda asegurado el poder de seducci¨®n de estas tierras que en gran parte se resguardan bajo el toldo protector del parque natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
Ruta del buitre negro
A un paso de Almonaster la Real, sin salir siquiera de su t¨¦rmino municipal, se halla un cordel monta?oso que cobija algunos de los rincones m¨¢s solitarios y agrestes de la provincia de Huelva, sierra Pelada. Los gastados lomos que componen estos montes, junto a las riberas del arroyo del Aserrador, que nace en sus laderas, se encuentran declarados paraje natural desde el a?o 1989, adem¨¢s de zona de especial protecci¨®n para las aves (ZEPA). En las casi 13.000 hect¨¢reas protegidas en este enclave vive la mayor colonia de buitres negros de Andaluc¨ªa y una de las m¨¢s nutridas de la Pen¨ªnsula.
Para recorrer estas tierras onubenses vigiladas por los grandes necr¨®fagos se puede realizar una interesante excursi¨®n a pie o en bicicleta por la pista forestal que une las aldeas de Gil M¨¢rquez y El Mustio a trav¨¦s del pico Pelada. Partiendo de Almonaster sale una estrecha carretera, que se cuela rumbo suroeste paralela al curso del arroyo del mismo nombre hasta el peque?o villorrio de Gil M¨¢rquez. Este escueto n¨²cleo rural guarda, como pocos, las antiguas hechuras de los pueblitos serranos de Huelva, arropado por un entorno que a¨²n conserva la pureza natural de los montes andaluces. Desde la estaci¨®n ferroviaria de Gil M¨¢rquez, tras saltar las v¨ªas hacia el lado contrario, parte el camino que se interna en sierra Pelada. Las nefastas repoblaciones de eucaliptos flanquean la ruta en los primeros tramos, pero pronto dejan paso sobre las laderas m¨¢s abruptas y pedregosas a la verdadera vegetaci¨®n aut¨®ctona de jaguarzos, jaras, madro?os, encinas y alcornoques. La senda asciende oculta entre la abundancia de matorral hasta coronar la cuerda de la sierra en la divisoria de sus dos vertientes. A esta altura la fronda arb¨®rea ha desaparecido y el monte reconoce su propio nombre de sierra Pelada, cubierto tan s¨®lo por los matojos t¨ªpicos del clima mediterr¨¢neo. Traspuestas las dos cumbres de la serrata, Pelada y Mojonalto, bajo el planeo de los buitres negros, el sendero desciende despacio hasta topar con el poblado forestal de El Mustio. Desde aqu¨ª, los m¨¢s intr¨¦pidos pueden continuar la senda que recorre la ribera del arroyo Aserrador, hasta la frontera portuguesa, por un tupido barranco cubierto de ¨¢lamos, sauces, alisos y adelfas.
GU?A PR?CTICA
C¨®mo llegar
- La comarca de la sierra de Aracena se halla atravesada de sur a norte por la carretera N-435, que une Huelva con Badajoz. Poco antes de llegar a la localidad de Jabugo, sale por la izquierda un cruce que acerca en tan s¨®lo siete kil¨®metros hasta Almonaster la Real.
Dormir
- Huerta de Santa Mar¨ªa (959 50 11 81). Galaroza. Antiguo convento del siglo XVII. La doble: 36,06 euros.
- Casa Villacinta (959 13 15 22). Cortegana. Cas¨®n restaurado, con inmejorables vistas del castillo y la sierra. Habitaci¨®n doble: 42,07 euros.
- Finca La Silladilla (959 50 13 50). Los Romeros. Jabugo. Finca de 140 hect¨¢reas dedicada a la cr¨ªa de cerdos ib¨¦ricos, con parte de las instalaciones habilitadas para el hospedaje. Habitaci¨®n doble:60-75 euros.
Comer
- Casa Garc¨ªa (959 14 31 09). Cortegana. Cocina tradicional de la sierra de Aracena. Precio medio: 12,02 euros.
- Bodega Jabugo (959 12 15 96). Carretera de San Juan del Puerto, s/n. Jabugo. Cocina regional con el cerdo ib¨¦rico como protagonista. Precio medio: 18 euros.
- Restaurante Casas (959 12 80 44). Pozo de Nieve, 37. Aracena. Cocina tradicional en un ambiente serrano. Precio medio: 18 euros.
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