?Qui¨¦n hace de hombre malo?

El Real Madrid lleg¨® a estar tan obsesionado con el antiguo vicepresidente del Barcelona, el que se declaraba m¨¢s cercano a los boixos nois que a los socios de la tribuna, que incluso design¨® a un directivo con la misi¨®n expresa de que desempe?ara el papel de antigaspart. Pero ¨¦se es un trabajo para el que no vale cualquiera. Joan Gaspart era entonces el delf¨ªn de Josep Llu¨ªs N¨²?ez, quien, a pesar de que no estaba siempre de acuerdo al ciento por ciento con sus actuaciones, le daba rienda suelta. Al ex presidente azulgrana le iba de perillas contar con alguien como Gaspart, capaz de ejercer por la tarde de bombero para apagar el fuego que ¨¦l mismo hab¨ªa encendido por la ma?ana.

Si hab¨ªa que echar con cajas destempladas a Maradona, a Cruyff o al sumsum corda, no hab¨ªa problema. All¨ª estaba Gaspart. Si hab¨ªa que agitar al entorno medi¨¢tico, zaherir al Madrid o al Espanyol -en diferentes etapas fue declarado persona no grata por ambos clubes-, ning¨²n problema. Gaspart se encargaba de ello. Y tambi¨¦n de agitar las asambleas de la Liga de F¨²tbol Profesional o de la Federaci¨®n Espa?ola o de montar shows medi¨¢ticos como su ba?o en el r¨ªo T¨¢mesis tras el triunfo en la Copa de Europa sobre el Sampdoria o el par de vueltas que dio al c¨¦sped del Bernab¨¦u cuando se gan¨® la Copa ante el Betis.

Lo dicen todos los representantes de jugadores: no hab¨ªa quien resistiera la negociaci¨®n de un fichaje cuando ¨¦l estaba al otro lado de la mesa. Entonces, como vicepresidente, Gaspart se pod¨ªa permitir el lujo de romper las conversaciones de madrugada para reemprenderlas al amanecer o cuando el futbolista en cuesti¨®n ya estaba en el aeropuerto.

Ahora, como presidente, las cosas han cambiado para Gaspart. Desde su primer d¨ªa como m¨¢ximo mandatario, desde que negoci¨® la renovaci¨®n de Rivaldo -tan fuera de medida que se rompi¨® un a?o despu¨¦s-, pasando por su viaje rel¨¢mpago a Londres para cerrar la onerosa contrataci¨®n de Overmars y Petit, hasta su reciente intervenci¨®n personal en la continuidad de Puyol, ha hecho gala, en opini¨®n de los responsables econ¨®micos del club, de una excesiva manga ancha en los dispendios. Todo lo contrario de lo que suced¨ªa cuando era vicepresidente. "Si para ahorrarle una peseta al club tengo que trabajar toda la madrugada, ning¨²n problema", dec¨ªa como resumen de su filosof¨ªa.

El Barcelona ya no tiene quien desempe?e aquel papel de hombre malo. Cuando tuvo acceso a la presidencia, Gaspart cont¨® con la colaboraci¨®n de un vicepresidente que tom¨® el relevo en esa labor ingrata. Fue ?ngel Fern¨¢ndez, capaz de declarar en p¨²blico que los jugadores hab¨ªan jugado un f¨²tbol "de baile de sal¨®n" tras perder ante el Besitkas por 3-0 o de cruzarse insultos en un programa de radio con el cabeza visible de la oposici¨®n, Llu¨ªs Bassat.

Pero Fern¨¢ndez, el pasado mayo, fue el tercero de los cinco vicepresidentes que han dimitido en los dos a?os y medio de mandato de Gaspart. Una cosa era ejercer el papel de hombre malo y otra muy diferente aceptar que "no pintaba nada", como ¨¦l mismo admiti¨®.

Desde entonces, al culebr¨®n azulgrana le falta un actor y Gaspart, inasequible al desaliento, desdobla sus camale¨®nicos registros.