El rap 'agita' las pistolas
La polic¨ªa brit¨¢nica culpa a la industria musical de la violencia urbana
Era Nochevieja en Birmingham cuando cuatro quincea?eras se encontraron en medio de un tiroteo. Dos de ellas, Charlene Ellis y Latisha Shakespeare, murieron, mientras Cheryl Shaw y Sophie Ellis, hermana gemela de Charlene, resultaron heridas. Se vieron atrapadas en lo que parece una guerra entre bandas rivales de j¨®venes negros. La polic¨ªa brit¨¢nica, que encontr¨® 30 casquillos de bala en el lugar de los hechos pero tiene muy pocas pistas para encontrar a los culpables, le echa ahora las culpas de la violencia urbana a la industria discogr¨¢fica. La acusa de mitificar la cultura de las pistolas y de impedir que los grupos de m¨²sica rap y de garaje cooperen con la Polic¨ªa Metropolitana para llevar a cabo campa?as de concienciaci¨®n.
Dos j¨®venes murieron la noche de fin de a?o en Birmingham atrapadas en un tiroteo entre bandas rivales
La tragedia ha impresionado al Reino Unido. La polic¨ªa ha divulgado una foto en la que las cuatro j¨®venes aparecen sonrientes y confiadas apenas unas horas antes de su cita con la tragedia. Ven¨ªan de un concierto que acab¨® antes de lo previsto y decidieron darse una vuelta por la fiesta, en una peluquer¨ªa del barrio. Estaban haciendo una pausa, tomando el fresco detr¨¢s de la peluquer¨ªa, cuando empezaron los tiros. Treinta disparos con tres armas. No se sabe ni de qui¨¦n, ni por qu¨¦, ni c¨®mo. No se sabe si fue una banda disparando desde un coche por venganza o si fue un enfrentamiento entre dos bandas. Ellas eran inocentes. Su ¨²nico pecado fue estar en el sitio equivocado en el peor momento.
La polic¨ªa ha puesto precio a la informaci¨®n: 85.000 libras a cambio de pistas, 130.000 euros. Pero en Birmingham nadie suelta prenda. La polic¨ªa cree que los 30 disparos proced¨ªan de pistolas semiautom¨¢ticas Uzi, el arma favorita de las patrulleras israel¨ªes y de muchos grupos de g¨¢nsteres, que llega a las islas a trav¨¦s de albaneses y turcos. Pero, sea por miedo o por ignorancia, nadie quiere contarle a la polic¨ªa las rivalidades que enfrentan a negros contra negros en Birmingham.
Ha sido un polic¨ªa quien ha roto el silencio, el comisionado asistente, Tarique Ghaffur. No es un cualquiera. Ghaffur es el polic¨ªa de origen asi¨¢tico de m¨¢s alta graduaci¨®n en el Reino Unido y desde oto?o es responsable de la direcci¨®n que investiga los cr¨ªmenes especiales. Ayer lanz¨® unas explosivas declaraciones a trav¨¦s del diario The Observer en las que hace responsable a la industria musical del aumento de esta delincuencia.
Ghaffur se queja del "fondo musical" que est¨¢ alienando a los j¨®venes al elevar a los altares el culto a las pistolas. "Son chicos j¨®venes, impresionables, inmaduros", explica. Y acusa a la industria musical de esconderse detr¨¢s de legalismos contractuales para impedir que los raperos participen en el frente antipistolas, con la ¨²nica excepci¨®n de Ms Dynamite. Y llam¨® tambi¨¦n a acabar con los juegos cibern¨¦ticos violentos que fomentan la caza del hombre, como el nuevo The Getaway de la PlayStation.
Desde que los laboristas llegaron al poder, los delitos con armas de fuego casi se han doblado, al pasar de 4.903 en 1998 a 9.300 el a?o pasado, seg¨²n las cifras que publicar¨¢ el Ministerio del Interior el jueves y adelantadas ayer en primera p¨¢gina por el conservador The Mail on Sunday. El aumento se debe no s¨®lo a delitos tradicionales, como los robos y atracos, sino al uso de las armas en ri?as, como las peleas por asuntos de faldas.
La lucha contra la criminalidad es una de las banderas pol¨ªticas del Gobierno laborista, que en los pr¨®ximos d¨ªas anunciar¨¢ una catarata de medidas de choque para acabar "con una cultura de las pistolas que es t¨ªpica de Estados Unidos y que hasta ahora nosotros no hemos tenido", explicaron fuentes de Interior al Observer. El Gobierno intenta prohibir las armas de juguete que replican a las verdaderas, aunque tiene problemas para dar con la f¨®rmula legal m¨¢s adecuada. Y aumentar¨¢ las sentencias por tenencia il¨ªcita de armas, tanto verdaderas como reactivadas: armas supuestamente obsoletas y reconvertidas de manera ilegal.
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