Los 10 ¨²ltimos d¨ªas a bordo del 'Prestige'
La cr¨®nica recogida en el cuaderno de bit¨¢cora del 'Prestige' de la traves¨ªa del petrolero hasta su accidente frente a las costas gallegas
T¨¢cito no habr¨ªa sido m¨¢s lac¨®nico que los tres oficiales que se turnaron en el Prestige para anotar las incidencias de sus guardias. El relato de la ¨²ltima singladura de este petrolero ocupa nueve p¨¢ginas. Es un retrato rutinario pero cobr¨® un inter¨¦s inusitado el 13 de noviembre de 2002 a las 14.10, cuando el oficial de guardia de turno le puso bruscamente punto final. El cuaderno de bit¨¢cora del petrolero acaba el d¨ªa en que el Prestige empez¨® a ocupar otras p¨¢ginas: las de los peri¨®dicos que daban cuenta del siniestro de un buque frente a la costa gallega que hac¨ªa temer, entonces s¨®lo amenazaba, con un mortal vertido de 77.000 toneladas de fuel.
El cuaderno arranca el 4 de noviembre de 2002. Ese d¨ªa, el Prestige no se enfrenta a ning¨²n elemento hostil. Est¨¢ al abrigo del puerto let¨®n de Ventspils. Es el ¨²nico d¨ªa en que el diario no registra la fuerza del viento. La temperatura es baja, entre dos y tres grados, pero el fr¨ªo no impide trabajar en la carga de fuel. La operaci¨®n comienza temprano. A las cuatro de la madrugada, la tripulaci¨®n ya est¨¢ en plena faena. Cinco horas m¨¢s tarde, han completado el primer bloque de carga. Pero con la segunda remesa hay problemas: por causas indeterminadas se interrumpe (12.43 horas) la carga porque se produce un vertido de fuel. La tripulaci¨®n del Prestige se afana entonces en limpiar la cubierta. La administraci¨®n medioambiental letona abre una investigaci¨®n sobre dicho incidente. Punto. El buque nodriza desde el que se trasvasa el fuel es el Gudermes, de bandera maltesa. La operaci¨®n de carga sigue durante la noche. A las 9.36 del d¨ªa 5, el Prestige ya acumula en sus tanques las 77.000 toneladas de fuel que tras su hundimiento regar¨¢ las costas espa?olas y francesas. La marea negra ya est¨¢ almacenada. El oficial registra as¨ª la rutina: completada la desconexi¨®n del Gudermes, documentaci¨®n de la carga a bordo; v¨ªa libre para la salida con la carga.
La noche anterior al accidente, la tripulaci¨®n hizo un simulacro de emergencia por incendio
Antes de salir de Ventpils, el barco sufre un vertido de fuel investigado por las autoridades de Letonia
La maniobra de desatraque lleva veinte minutos. Zarpa a las 15.00 bajo un cielo encapotado y un viento moderado. La visibilidad es buena. El pron¨®stico del tiempo en Finisterre no les interesa ahora. M¨¢s adelante ser¨¢ su pesadilla.
El 6 de noviembre, el Prestige avanza a buena marcha. El viento tambi¨¦n va aumentando su m¨¢quina: su fuerza a primeras horas s¨®lo se puede tildar de brisa. La brisa, horas m¨¢s tarde, se apellida fresca y luego, fuerte. A medianoche, ya no es brisa. Es viento fuerte.
A las 5.40 lo que era fuerte marejada ya apunta a mar gruesa. Y a medianoche es ya sin titubeos mar muy gruesa. No son superlativos literarios del oficial que anota estos t¨¦rminos en el cuaderno de bit¨¢cora. Las olas alcanzan a esas horas de cinco a seis metros de altura. Lejos de los 2,5 metros que ten¨ªan al amanecer. Un pr¨¢ctico dan¨¦s sube a bordo a las 21.54. Su presencia es obligada ante la dificultad de navegar por aguas muy pr¨®ximas a la costa danesa. Ese d¨ªa, el cuaderno refleja por primera vez un supuesto destino: Gibraltar.
El pr¨¢ctico dan¨¦s explicar¨ªa muchos d¨ªas despu¨¦s, cuando el barco ya estaba hundido, que el petrolero era "pura chatarra" y "no funcionaba correctamente el r¨¢dar ni el sistema anticolisi¨®n".
El 8 de noviembre, Mangouras recupera el control de su barco muy temprano. El piloto dan¨¦s desembarca a la una de la madrugada tras cumplir su misi¨®n de llevar el buque por los sinuosos estrechos escandinavos. Mangouras retoma el tim¨®n y sus oficiales, la pluma. Ese d¨ªa recuperan el relato de incidencias en el cuaderno de bit¨¢cora. Y se reitera el fin de la misi¨®n: direcci¨®n a Gibraltar a la espera de ¨®rdenes.
El cielo se apiada. El viento s¨®lo al morir el d¨ªa llega a brisa fuerte. A las 22.00, se realiza un simulacro de incendio. Las amenazas son a¨²n s¨®lo rutinas de respuestas a fingidas emergencias. En cinco d¨ªas, la cita en cubierta por alarma ser¨ªa real. Las anotaciones del d¨ªa 9 de noviembre se reparten entre coordenadas y partes meteorol¨®gicos. A mediod¨ªa, la mar empeora. El diagn¨®stico es de mar muy gruesa. Nuevamente, olas de hasta seis metros golpean el vetusto casco del buque. Ning¨²n dato apunta entonces arrugas o imperfecciones de su remozada faz en China. La noche rebaja la presi¨®n. El mar se calma, si por tal se entienden olas de hasta 2,5 metros. Fuerte marejada.
El d¨ªa 10 la fuerza del viento no baja de seis (40 a 50 kil¨®metros por hora). Esto basta para pintar una situaci¨®n de mar muy gruesa. Un t¨¦rmino que los oficiales debieron imprimir con tamp¨®n para ahorrarse su fatigosa repetici¨®n durante toda su singladura. No hay ninguna novedad que altere la vida del buque. La alarma suena a la misma hora, 22.00. Toca simulacro de incendio. Pone punto final a la jornada.
El d¨ªa 11, el Prestige recibe malas noticias. El cuaderno de bit¨¢cora inserta un pron¨®stico del tiempo. La previsi¨®n garantiza a Mangouras que el enemigo vela armas. Le aguarda al d¨ªa siguiente en Finisterre. "Galerna del suroeste fuerza ocho que en ocasiones llegar¨¢ a temporal fuerte con fuerza nueve (entre 75 y 87 kil¨®metros por hora) desde las primeras horas del d¨ªa 12". El mar les anticipa ese mismo d¨ªa lo fundado del parte meteorol¨®gico. Un aperitivo de lo que les espera. A las cuatro de la tarde, el viento ya es de fuerza ocho.Y de ah¨ª ya no bajar¨¢ en lo que queda de jornada. Por el contrario, a medianoche el viento sopla ya con un d¨ªgito m¨¢s de violencia. La velocidad media del buque baja de los briosos 11,5 nudos de la v¨ªspera a 10,5 nudos. Nuevamente, se finge un incendio a las 22.00. La visibilidad es buena. Pero escrutar la noche no sirve para entrever que el Prestige entra en la v¨ªspera del desastre.
El d¨ªa 12 su proa choca ya con la realidad pronosticada. La visibilidad ha empeorado. El viento no baja de ocho a nueve grados. Su repercusi¨®n se ve sobre cubierta: el Prestige embarca olas. Hay anotaciones ilegibles sobre la guardia de cubierta. Aparentemente, un cambio de turno o su refuerzo. A las 16 horas, el barco est¨¢ bajo la sacudida de un aut¨¦ntico temporal. Y un denso aguacero hace la vida m¨¢s dif¨ªcil a los tripulantes. Ninguna ola pierde ocasi¨®n de desfilar sobre cubierta. Pero nada de esta tortura meteorol¨®gica impide que se desarrolle en punto el simulacro diario de incendio a las diez de la noche. Es la ¨²ltima que presenciar¨¢ este buque. Los pr¨®ximos ensayos se har¨¢n desde tierra para conocer v¨ªa ordenador d¨®nde salpicar¨¢ su negra carga cuando revienten sus entra?as. La velocidad del buque sigue bajando: 9,57 nudos.
El parte meteor¨®logico de las 8.47 del d¨ªa 12 de Finisterre para el d¨ªa siguiente fue breve como un epitafio. "Galerna del suroreste de fuerza ocho a fuerza nueve". El pron¨®stico es v¨¢lido hasta las 12.00. Cuando expire ese pron¨®stico, Mangouras tendr¨¢ para preocuparse algo m¨¢s grave que el propio temporal.
13 de noviembre. El d¨ªa del desastre, de la cuenta atr¨¢s hacia el hundimiento, nace baje el mismo combate naval. El Prestige embarca ola tras ola sobre cubierta. Las bofetadas marinas son constantes. Temporal fuerte. La velocidad ha bajado a s¨®lo 6,5 nudos. El ¨²ltimo dato meteorol¨®gico se anota a las 12.00. A las dos horas, el barco entra en la UVI sin detallar enfermedad. Lanza se?al de alarma (distress) y pide socorro (mayday) al control de Finisterre. Punto. El ep¨ªlogo del cuaderno de bit¨¢cora es el pr¨®logo de la mayor novela negra de Galicia.
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