EE UU reabre su Embajada en Guinea para controlar mejor el negocio del petr¨®leo
Washington cerr¨® la legaci¨®n en 1995 para protestar por las violaciones de derechos
Guinea Ecuatorial se ha convertido en un pa¨ªs de alto inter¨¦s estrat¨¦gico para EE UU. Washington, que en 1995 cerr¨® su Embajada en la antigua colonia espa?ola para mostrar su rechazo a las violaciones de los derechos humanos practicadas por el presidente Teodoro Obiang Nguema, ha decidido volver a Malabo. Obiang sigue siendo el presidente, y la escasez de libertades es similar a la de 1995. Lo que ha cambiado es el petr¨®leo. Las grandes reservas guineanas fueron descubiertas despu¨¦s de que Bill Clinton ordenara abandonar el pa¨ªs.
La embajada se reabrir¨¢ en los pr¨®ximos meses. La combinaci¨®n de intereses econ¨®micos y geoestrat¨¦gicos ha hecho que la diplomacia regrese, con el objetivo de que Estados Unidos controle la extracci¨®n de crudo en el golfo de Guinea.
La presencia diplom¨¢tica de la primera potencia mundial en Guinea se extingui¨® discretamente hace casi ocho a?os. El Departamento de Estado decidi¨® recortar gastos y cerr¨® 16 de sus embajadas, situadas en pa¨ªses de poco inter¨¦s econ¨®mico y geoestrat¨¦gico. Una de ellas fue la de Malabo. "No hab¨ªa ciudadanos ni empresas estadounidenses, la actividad era escasa y el Gobierno local carec¨ªa de todo respeto por los derechos humanos; fue una decisi¨®n f¨¢cil de tomar", explic¨® ayer un portavoz del Departamento de Estado. Desde entonces, los asuntos guineanos que afectaban a EE UU fueron asumidos por la embajada en Camer¨²n, uno de cuyos funcionarios se desplazaba peri¨®dicamente a Malabo.
El fin de la guerra fr¨ªa, la expansi¨®n de la econom¨ªa mundial, los avances tecnol¨®gicos y la liberalizaci¨®n del comercio permitieron descubrir, en la segunda mitad de la pasada d¨¦cada, que ?frica occidental, y m¨¢s concretamente la costa del golfo de Guinea, dispon¨ªa de enormes reservas de petr¨®leo. Nigeria ya es una potencia petrolera, y otros pa¨ªses de la zona, como Guinea Ecuatorial, Gab¨®n, Chad, Camer¨²n, Gab¨®n y Angola lo ser¨¢n pronto. La producci¨®n actual de la zona sobrepasa los 4,5 millones de barriles diarios, superando a Ir¨¢n o Venezuela. El 16% de las importaciones estadounidenses de petr¨®leo procede de ?frica, que iguala ya en ese sentido a Arabia Saud¨ª. El Ministerio de Energ¨ªa de Washington prev¨¦ que empresas como ExxonMobil, la m¨¢s interesada en Guinea, y Chevron-Texaco invertir¨¢n este a?o m¨¢s de 10.000 millones de d¨®lares en Guinea.
"Nos encontramos con que un n¨²mero creciente de ciudadanos y empresas estadounidenses se establec¨ªan en Guinea Ecuatorial, y que era necesario disponer de embajada en Malabo", explic¨® un portavoz diplom¨¢tico de Washington. ?Y los derechos humanos? "Creemos que nuestra presencia en el pa¨ªs puede ayudar a que se aceleren las reformas democr¨¢ticas y que aumente el respeto a los derechos humanos", dijo la misma fuente. En 1995, el argumento fue el contrario.
Consecuencias negativas
Otros temen que las consecuencias de la presencia diplom¨¢tica y econ¨®mica estadounidense sean negativas. Ed Royce, presidente del Subcomit¨¦ de ?frica de la C¨¢mara de Representantes, considera que los grandes beneficios del petr¨®leo tienden a estimular la corrupci¨®n en los pa¨ªses subdesarrollados. "La gente de Nigeria est¨¢ peor ahora que hace 25 a?os, a pesar de los 300.000 millones de d¨®lares generados por la industria petrolera", indica. Royce es uno de los promotores de una iniciativa en el Congreso encaminada a exigir que la explotaci¨®n estadounidense del petr¨®leo africano vaya acompa?ada de exigencias sobre democratizaci¨®n y reparto social de la riqueza.
El retorno de la embajada, "muy modesta", seg¨²n el Departamento de Estado, puede suponer la consolidaci¨®n definitiva de Obiang, que hace unos meses gan¨® unas elecciones con el 97% de los votos. El Departamento de Estado acept¨® en su momento que las acusaciones de corrupci¨®n electoral contra Obiang eran "justificadas", pero a?adi¨® que la votaci¨®n se hab¨ªa desarrollado en un ambiente "de calma y orden". Obiang, que accedi¨® al poder gracias a un golpe de Estado en 1979, form¨® parte de un grupo de dirigentes africanos recibidos por el presidente George W. Bush en septiembre pasado. Ha pasado de proscrito a aliado de la superpotencia, lo cual, seg¨²n grupos opositores guineanos como la Convergencia para la Democracia Social, hace a¨²n m¨¢s improbable que decida impulsar reformas democr¨¢ticas.
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